🥀𝑴𝒆𝒅𝒊𝒐𝒅í𝒂🥀

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-¿Quieres pedir ayuda a un ser humano?  Yo no te hice tan desesperada.-

Adamas, sin embargo, contrariamente a las palabras que él mismo había pronunciado, no sonrió.

Los humanos eran criaturas inferiores, poco confiables y pretenciosas, que podían hincharse de orgullo ante la más mínima nimiedad, y nunca esperó que alguien como Beelzebub estuviera dispuesto a pedir ayuda a alguien, especialmente si ese alguien era uno de los futuros Einherjar que lucharían. en el Ragnarok.

-Lo voy a manipular.- Beelzebub ni siquiera lo mira;  mirando insistentemente los archivos obtenidos con inmensa precisión, los leyó con particular atención.

Cuando Adamas vio el nombre de Nikola Tesla en uno de ellos, su ira pareció aumentar dramáticamente.

-¿Quieres manipularlo? ¿Realmente? ¿Y cómo vas a llevar a cabo ese plan cuando podrías estar peleando en cualquier momento?  El tiempo es precioso, y aunque seas un demonio debes saber qué hacer o no.-

-No tengo que contestar.-

-¡Y no tengo que escuchar estas tonterías! ¿Ya olvidaste lo que han hecho los humanos?-

Ese punto dolorido no debería haber sido tocado, pero Adamas, incluso si hubiera tenido un mínimo de razón, habría llegado tan lejos.  Porque la muerte de Hades había sido un dolor insoportable, una pérdida que había dejado claro a todos los panteones que la humanidad iba en serio y que realmente podía lograr la ansiada victoria.

Porque eran fuertes, era obvio. Y si incluso ese científico loco poseía exactamente el mismo talento que los demás, Beelzebub no podía dejar pasar esta oportunidad. No por la temeridad de un dios y sus sentimientos.

-Adamantino.- Beelzebub lentamente subrayó ese nombre con un dejo de burla, y Adamas lo notó: -Entorpece mis planes, y tendré que reevaluar quiénes son mis enemigos.-

Demasiado insolente. Vivir en completa soledad debe haberlo vuelto completamente loco, y las muertes de sus amigos y Hades ciertamente no lo ayudaron.  Adamas lo miró con puro resentimiento, pero no hizo nada. Apretó la palma de su mano con tanta fuerza que creó un ruido metálico y molesto.

La vida de una deidad dependía de un demonio loco.  Un terrible giro del destino que Poseidón le había concedido a su ignorado hermano, la menor de sus crueldades.

-¡Haz lo que te de la gana, no tengo intención de escuchar tus chorradas! Y no-!-

Adamas se detuvo en seco cuando escuchó el sonido de algo pesado rodando por el suelo.  Giró la cabeza hacia la izquierda, hacia un punto un poco más alejado de Beelzebub donde no había nada más que un gran armario de forma redondeada.

"¿¡Ha habido alguna vez esta mierda antes!?"

Pensar en uno de los enésimos experimentos de ese hombre deprimido solo aumentó su ira. Con mucho gusto habría dado un paso adelante para destruirlo, pero desatar una pelea inútil no le habría sido conveniente.

Y aunque Beelzebub aún mantenía su mirada fija en los archivos proyectados en la pantalla frente a él, parecía que un aura bastante grande y letal lo había estado rodeando desde que Adamas dirigió su atención a ese tipo de guardarropa.

Una advertencia.

-Tú y tus experimentos de mierda. No quiero tener nada que ver con esta historia, ¡yo mismo me vengaré!-

Luz en la Oscuridad | BeelTesla Donde viven las historias. Descúbrelo ahora