Había pasado una semana desde que Finn comenzó a trabajar en la tienda de sillas. Se sentía bastante cómodo allí, comenzaba a relacionarse más con sus compañeras y creando lazos amistosos que con el paso de los días iba mejorando y haciéndolo sentir mucho mejor.
Sus cruces con Mary no eran tan constantes como se lo esperaba, más que todo porque este tenía que mantenerse en el almacén o directamente en la tienda mientras Mary se encontraba en la oficina la cual estaba cerrada la mayoría de los días. Sólo se veían a la hora del almuerzo y a la hora de salir, aunque eso no era óbice para seguir teniendo esos momentos de tensión entre ambos, desde roces en el área de cocina debido a lo estrecha de esta, o incluso mientras Finn trabajaba, Mary caminaba muy cerca de él para distraerlo con su esbelta figura, ya que por más que este ocultase su gusto por el cuerpo de la chica, no podía evitar dar unas pequeñas miradas cuando esta pasaba a su lado.
Al llegar el viernes, todos retornaban a sus casas, pero Mary, Finn y la vendedora que fue grosera con el chico, cuyo nombre era Margaret, se mantenían en la tienda debido a que su horario se alargaba una hora más de la habitual.
Mientras Finn recogía sus cosas y las guardaba en su mochila, escuchó como la puerta de la oficina se abrió y seguidamente fue cerrada, seguida por el sonido de los tacones de Mary en dirección a la parte frontal de la tienda. El chico culminó de arreglar sus pertenencias, cerrando la mochila y poniéndosela en su espalda para después dirigirse al mismo sitio donde Mary y Margaret.
- Cuéntanos Finn, ¿cómo te sientes trabajando acá? — preguntó Mary posando su cabeza en la silla de oficina alta de Margaret.
Finn caminó hasta el escritorio de Margaret, dándose la vuelta y sentándose en una de las sillas de exhibición de la tienda y mirando a las dos mujeres.
- Muy bien, mejor de lo que me esperaba — respondió mientras se acomodaba
- ¿Qué harás hoy viernes? — Mary volvió a hacerle una pregunta, interesada por saber que haría Finn en la noche
- Probablemente dormir, no tengo planes para hoy
- ¿No eres de salir a fiestas? — interrumpió Margaret
- No, no mucho. Soy muy casero la verdad
- No parece, Finn. Deja de mentirnos — dijo Mary con picardía
- ¡Se los juro! — exclamó con risa — soy un chico bueno de casa.
Mary lo escaneó con la mirada, mientras se mordía los labios, dejándole ver su interés en él sin ningún miedo de por medio.
Finn notó esto de inmediato y se sonrojó, pero a la par sentía que debía corresponderle esa acción, así que con su mano acomodó su pene por encima del jean ajustado que traía.
Margaret estaba concentrada realizando su reporte de ventas en la computadora, perdiéndose del espectáculo que tenían Finn y Mary. Ajena a la situación se percató el silencio que invadió al local por unos breves segundos, por lo que decidió romper el hielo.
- Mary, ¿no harás nada tu hoy tampoco?
- Y-yo — tartamudeó debido a la acción de Finn, que le dejó ver su miembro por encima del jean — n-no haré nada, c-creo. — culminó la frase para luego pasar saliva con dificultad.
- Que aburridos los dos, deberían juntarse a hacer lo que más les gusta... ¡Nada! — exclamó Margaret entre risas
Finn soltó una carcajada mientras sentía que su pene iba a explotar, en cuestión de segundos se imaginó los mil y un escenarios que podría tener con Mary en ese breve instante si ambos iban a la parte de atrás del almacén. Esta notaba completamente la erección del chico, sentía como su boca se le hacía agua y un calor le invadía la entrepierna, sus mejillas se pusieron rojas y volvió a morderse los labios, pero sin quedarse atrás desabotonó un poco su camisa dejando a la vista el escote espectacular que tenía, el cual estaba adornado con un sujetador de encaje negro con un poco de transparencia, dejándole también ver una pequeña parte de sus pezones.
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El Asistente [+18]
RomanceFinn consigue un trabajo en una empresa muy reconocida del país. Su jefa Mary y él logran tener una conexión inmediata que se evidencia en el ambiente cuando estos dos están presentes y un gran detalle es que esta mujer tiene 10 años más que Finn. ...