Temporada 1, Capítulo 4: La Madrugada Más Fría.

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Había pasado una semana y Peter seguía sin ir al instituto.

Según él estaba malo, un resfriado debido al frío del invierno.

A Jesse le extrañó mucho la situación, Peter no solía ponerse malo casi nunca y menos todo ese tiempo.

Esa semana pasó para los 3 muy lenta y muy rápida a la vez, no salieron ni un solo día, y cuando menos se lo esperaban, ya era una nueva semana.

Muy probablemente Peter cogió frío al salir a correr bajo la lluvia a las 3 de la mañana.

¿Qué fue lo que pasó después? ¿Por qué la luz de la casa estaba encendida?

Nada más ver la luz de la casa, que venía en la ventana superior, la que daba al cuarto de John, Peter se sorprendió mucho y decidió entrar.

También pensó en la posibilidad de que, simplemente, John todavía no se había dormido y que estaba haciendo sus cosas.

Esta vez la puerta si estaba cerrada y tuvo que entrar con las llaves de debajo de la piedra.

Nada más entrar a la casa, noto un escalofrío por la espalda y una sensación de peligro.

La planta de abajo estaba casi a oscuras, solo la iluminaba un poco la tenue luz cálida que surgía del piso superior.

Podía escuchar las luciérnagas y la lluvia fuera, había bastante silencio en la casa.

Tras unos segundos en silencio, Peter pudo escuchar otra respiración a parte de la suya que venía de la planta de arriba.

Comenzó a subir los escalones uno a uno, mientras tragaba saliva.

Subía más o menos un escalón cada 20 segundos, procurando no hacer nada de ruido.

Era consciente de cada parte de su cuerpo, sus pelos se le erizaron y podía notar el miedo en la espalda.

De repente, casi tuvo un infarto debido a uno de los mayores sustos de su vida.

Escuchó una mezcla de risa y de grito muy fuerte que venía del final de los escalones.

Duró varios segundos, era como la risa de un psicópata, era aterrador, Peter no imaginaba un adjetivo para el miedo que tenía en ese momento.

Al terminar de subir las escaleras, vió exactamente lo que se imaginaba.

Su primo John estaba de espaldas a él, sentado en la silla, en el escritorio de su cuarto, escribiendo algo.

Tenía una respiración muy nerviosa y acelerada, como si acabara de hacer deporte.

Estaba sin camiseta y se podía ver las gotas de sudor bajando por la piel de su espalda.

Peter estuvo indeciso, no sabía qué hacer.

Estuvo un minuto paralizado en la misma posición, sin hacer nada. Aunque para Peter, más que 60 segundos parecieron 60 años.

Peter finalmente decidió hablar.

-¿John?

Jesse y Robert quedaron para comer después del instituto.

Iban a ir a un restaurante de hamburguesas a un par de manzanas del instituto. Se llegaba andando fácilmente,

No tenían mucho dinero así que pidieron lo más barato que había y se sentaron a comer.

Los primeros temas de conversación fueron muy simples, estuvieron acompañados de un par de silencios un tanto incómodos. Todo ese tiempo, parecía relleno para introducir a la conversación el tema del que realmente los 2 querían hablar.

Peter, estaba raro.

La conversación sobre él fue densa y duró un buen rato.

Ambos coincidian en que Peter no estaba actuando como solía ser en el último mes.

Robert le contó a Jesse lo de la bolera, lo que reforzó aún más el tema.

Terminaron de comer y el cielo comenzó a ponerse oscuro.

-¿John?

John se giró rápidamente y comenzó a tapar los papeles de su mesa.

-¡Peter, qué haces aquí, es muy tarde!

-John, dime que es el contrato.

La cara de John cambió por completo de expresión, pasó de adormilado a completamente serio, daba incluso miedo.

John se levantó y caminó lentamente hacia Peter.

-Sígueme.

Ambos bajaron las escaleras y John le indico a Peter que se sentara en el sofá de su salón.

Fue un momento a la cocina y volvió con 2 tazas de chocolate caliente y le proporcionó una a Peter.

-Ahora vuelvo.

Peter comenzó a beber su chocolate mientras miraba detenidamente el salón de John, ya lo había visto varias veces, pero en esa situación, no tenía otra cosa que hacer.

John tardó un par de minutos y volvió con una camiseta sin mangas blanca. Se había secado el sudor.

Estuvo unos segundos de pie, haciendo contacto visual con Peter, luego, se sentó en el sofá de enfrente y comenzó a beber de su taza de chocolate.

-¿Qué haces aquí, Peter?

-John, dímelo de una vez.

John lo miró con unos ojos llenos de brillo y seriedad, y volvió a repetir la pregunta, esta vez con un tono más grave y cortante.

-¿Qué haces aquí, Peter?

-¡No lo se! He venido por venir.

-¿Por venir?, ¿Cómo has entrado?

-Con la llave de debajo de la piedra, la que está siempre ahí.

-Tus padres me van a matar, ¿y si se enteran de que estás aquí?

-No lo harán.

-Joder.- Dijo John resoplando mientras bebía su chocolate.

Pasaron varios segundos en silencio, aunque ambos supieran la intención del otro.

La de Peter, hablar, la de John, callar.

Esos instantes les vinieron bien a los 2 para relajarse y poner los pies en el suelo para pensar con un poco más de claridad lo que estaban haciendo.

Era una situación un tanto peculiar.

-Peter... alguna vez, ¿te has sentido vivo?

A Peter se le iluminaron los ojos, esa expresión definía exactamente de la sensación que él carecía.

John notó que Peter sabía perfectamente a lo que se refería, sabía que lo estaba comprendiendo al 100 por cien.

-Es raro verdad - continuó John - despertarse todos los días a la misma hora, ir al instituto de lunes a viernes, hacer la tarea, cenar, ducharse, dormir. Es lo mismo siempre, así durante meses hasta las vacaciones, y así curso tras curso, te sientes como un rehén de la sociedad, como un robot, no haces nada distinto. Ves por la televisión como la gente cumple sus sueños y lleva vidas increíbles, y en el fondo sabes que aunque quieras jamás podrás llegar a tener una vida como la de toda esa gente. Solo te sientes uno más, como alguien de relleno.

Peter comprendía y se identificaba totalmente con todo lo que decía. Tanta información le colapsaba la cabeza y le impedía procesar palabras, solo asentía con la boca levemente abierta.

-Peter... ¿de verdad quieres saber lo que es el contrato?

Llegó el momento.

Volvieron a mirarse una vez más, está mirada fue mucho más larga y profunda que las anteriores, cada uno podía notar como la pupila del otro se clavaba en la suya.

Peter volvió a asentir.

John, lentamente, volvió a dar un sorbo de su taza y se acomodó en su sitio.

Respiro profundamente y comenzó a hablar.

-¿Quieres saber lo que es el contrato? Está bien, escuchame.

Rhythmic ContractDonde viven las historias. Descúbrelo ahora