Angel or Demon. [Hush, Hush 5]. «FANFICTION».

Capítulo 1

Coldwater, Maine.

Día presente.

 

A pesar de mi vida como Nephilim, eso no pudo impedir que yo quiera seguir estudiando. Los ángeles caídos han muerto (a excepción de Patch) por causa del devilcraft, así que los Nephilim podrán vivir en libertad hasta la eternidad y yo podré seguir mi vida como toda chica normal... bueno, no normal, pero puedo fingir ser una.

A la edad de veintiún años, yo, Nora Grey, estoy ingresando a la universidad. Creí que lo más seguro para olvidar todo esto de la guerra entre Nephilim y ángeles caídos era simular ser una universitaria común y corriente... aunque claro, unos cuántos centímetros más alta que las demás chicas. Gracias al entrenamiento con Dante en el pasado y con Patch en el presente, me he fortalecido mucho; al principio pensé que sería exagerado seguir entrenando, puesto que ya no hay más guerra, pero Patch dice que nunca está de más estar preparados ante cualquier situación.

Ahora mismo, estoy ingresando a las puertas de la universidad. Quise seguir estudiando, y no sólo porque yo quisiera, sino porque mi madre me insistió e insistió hasta el cansancio, logrando convencerme al cien por ciento. Aunque... no será lo mismo sin mi mejor amiga, Vee, que ahora mismo está viviendo en Inglaterra con su recién esposo, Gavin. Decidió mudarse allí para no tener que estar llorando por la muerte de Scott, quien fue su novio muy poco tiempo en el pasado.

Vee, al igual que yo, es Nephilim, así que las dos somos igual de inmortales. Aquí también entra Patch; él también es inmortal, pero no es un Nephilim, es un ángel caído... ¿saben? Ya ni estoy segura de eso, ya que, cuando la guerra entre Nephilim y ángeles caídos, el Detective Basso (quién era un arcángel que custodiaba en la tierra, casualmente), me dio un regalo, y para ello, debía cortar con algo filoso mi marca de descendencia de mi vasallo Nephilim, Chauncey Langeais. De ahí nació la sensibilidad física de Patch.

Iba caminando por los enormes pasillos de la universidad, maravillándome ante tanto lujo. Miré a mi alrededor, en busca de alguna presencia no exactamente humana, porque, ¿quién sabe?, puede que alguien se haya salvado de luchar en esa guerra tan atroz que ni quiero recordar. Según mi sexto sentido, todos los humanos.

Casi todos...

Intenté convencer a Patch de que venga a la universidad conmigo, pero no aceptó. Me puso la excusa de que no quería dormirse en horarios que él no duerme, pero decidió tomar el empleo que solía tener antes de que nos conozcamos, en el Borderline. Tampoco ha dejado de asistir a sus partidas de pool y póker en el Arcade de Bo, pero no lo hace muy a menudo. Ahora vivimos juntos nuestra vida eterna a plenitud, sin preocuparnos en toparnos con Nephilim, ángeles caídos, arcángeles, o cualquier ser no humano.

Según mi talonario de horarios, ahora tengo Álgebra, salón B, piso 3. Perfecto. Comienzo a caminar, haciendo ruido con el tacón de mis bailarinas negras, dirigiéndome hasta el aula. Me adentro al lugar, y un estremecimiento recorrió mi espina dorsal. Desde que terminó la guerra de ángeles caídos contra Nephilim, nunca más he sentido algo así, que me pone en alerta a la presencia de alguien no humano. Excepto cuando estoy con Vee, ya que ella es Nephilim. Pero, nuevamente, sentí que estaba presente ante alguien que no es humano.

Y no se trataba de un Nephilim.

Ni de un ángel caído.

Y para mi temor, tampoco de un arcángel.

Si no era ninguna de esas tres opciones, entonces... ¿de quién o qué se tratará?

Sin tomarle más importancia (y preocupación) al asunto, me encaminé hasta los pupitres y me senté detrás de una chica de pelo castaño oscuro, vestida en una camisa sin mangas negras, jeans negros rotos y zapatos de cuero, también negros. Miré su espalda y vi un pequeño tatuaje en su hombro derecho, que se trataba de unas pequeñas alas negras de ángel, y en el medio de las alas, una calavera. No entiendo bien lo que quiere decir su tatuaje, pero algo, muy, pero muy, pero muy en el fondo de mi subconsciente, me dice que no es coincidencia que esa chica tenga tatuada, en su hombro, unas alas negras.