¿Tiempo o despedida?

22 7 0
                                    


Al salir de la casa del papá de Chema y después de tan conmovedora despedida con su madre, aprovechó que pasaba por un costado del lugar y llevó a Jazmín a la plaza de San Fernando donde siempre le había dicho que quería ir con él a tomar un capuchino, ya que era su lugar favorito, pensó que sería un buen lugar ya que tenían que hablar de lo ocurrido. Cuando llegaron ahí tomaron asiento en la mesa que tanto le gustaba a Jazz, debajo de la sombra del árbol que la hacía sentir paz y tranquilidad. Ella lo tomó de las manos, sabia que algo estaba pasando, no lograba entender que había pasado en las ultimas horas porque lo sentía distante a pesar de que estaban frente a frente y tocándose, ella lo toco con intención de contactar espiritualmente, al menos así era como se sentía antes de que sucediera todo lo del colgante. Chema empezó hablar para no prolongar la espera, sentía la impaciencia de Jazz y lo desesperaba ya que la forma en la que tomaba sus manos le parecía como si la chica estuviera tomando un hierro candente del cual se quisiera aferrar, aún cuando le lastimaba hacerlo, pero él tenía que ser franco con ella y hablar respecto a lo que le estaba pasando.

—Tengo que ser sincero contigo, estoy muy confundido y realmente no sé qué es lo que siento, sé que posiblemente puede ser el maleficio de tu bisabuela, quizás cuando lo rompan ya no me sentiré así, la verdad es que siento que fui usado y no todo es claro para mi.

Jazz escucho las palabras de Chema y la palabra usado resonó en su mente, no podía entender como cinco letras podían destrozar un corazón sano y deseoso de amar. Contesto un tanto desesperada.

—No es eso lo que te pasa. Ayer rompimos con la maldición y sé que funcionó porque Felipe volvió corriendo con mi hermana, ahora están haciendo planes para su futuro.

—No sé qué decirte, no sé qué es lo que siento realmente. No te quiero lastimar, pero creo que fui influido durante mucho tiempo para obsesionarme contigo y ahora no se si realmente es amor lo que siento. ¿No te pasa eso a ti?

—¿Quizá yo no sea el amor de tu vida? —Preguntó Jazmín con lágrimas en los ojos, trató de evitar que le salieran, pero al parecer ya ni eso podía controlar últimamente.

—No lo sé. ¿Qué te parece si nos damos un tiempo? —Contestó Chema limpiando sus lágrimas con sus dedos de forma gentil.

De repente Jazz después de sentir que el suelo se abría y la empezaba a tragar, como toda persona que esta a punto de morir trata de salvarse con un ultimo aliento, inyectando fuerza y valor a sus palabras comenzó a increpar a Chema.

—¿Cuánto tiempo? Creo que no quieres un tiempo, solo quieres terminar conmigo. Sabes dímelo de frente soy fuerte para soportar tu abandono. Que bajo fue que me trajeras a mi lugar favorito a terminar conmigo. ¿Cómo me pudiste hacer esto? Me lo has dañado, ahora este lugar quedará marcado y cuando lo vea ya no será donde pueda meditar, ahora será el lugar donde me partieron el corazón y no querré venir de nuevo. Terminas conmigo, sin terminar conmigo realmente, solo para tenerme como tu tonta esperando para ver cuando te decides a tener el valor de decir que realmente no me amas. Por Dios, tienes veintisiete años y no sabes si me amas. Y que con todo lo que me decías, o solo me querías seducir, todo fue mentira, solo me utilizaste. Yo me entregue a ti por amor, no a Limaó, pero si...

Chema la interrumpió en los reclamos, con cara de congojo, pero no podía mentir, tenia que ser sincero por los dos.

—Yo no fui, yo no hice nada, que no entiendes que fue Limaó.

—¡Esa es tu escusa, que fuiste manejado por un espíritu, pues tú no me dejas, yo te dejo porque al parecer el hombre del que me enamoré se lo llevó Limaó al infierno y solo me dejó a un cobarde que no se puede hacer responsable de lo que sucedió y de sus sentimientos. Tu mamá también influyo en mí, pero yo si te puedo asegurar que yo decidí hacer el amor contigo y enamorarme de ti, me hago responsable de mis actos y mis sentimientos, quiero que te quede muy claro que tú eres el responsable de romperme el corazón en este momento, nadie más, me oyes, solo tú José María. Terminamos, te pido que mandes por tu hermano, porque no te quiero volver a ver! —Jazz salió corriendo del café.

—¡Discúlpame! —Grito Chema, pero Jazz no escuchó.

En tus sueños o los míosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora