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Regresaba a la sala de esa clínica. Memo lo había llamado para avisarle que Mateo saldría en unas horas. Lo esperaría mientras llenaba unos papeles para que ese bebé pudiera ser dado de alta. Le extrañaba no ver a Thiago por ningún lado. Quizá su padre se lo había llevado con él.

Espero unos minutos hasta que el alfa regreso a la sala, recibiéndolo con una sonrisa. Sin dudarlo y sin temer a que alguien los viera, lo abrazó para recibir un pequeño beso sobre sus labios.

—¿Mateo está mejor? ¿Qué le pasó?

—Me explicaron que tuvo una reacción alérgica por el cacahuate. Seguro que Saúl le dio algo que tenía eso. Ahora está mejor, pero nos advirtieron que tenía las defensas muy bajas.

—Tendremos que cuidarlo mejor y tratar de ayudarlo en sus defensas. Juntos lo haremos. Mmm pero... —Veía por todos lados tratando de buscar al niño de 4 años— ¿Donde esta Thiago?

Suspiró, posando su mano en la espalda del omega— Tenemos que hablar Andrés.

Lo llevo hasta el auto después de que les devolvieron al bebé sano y salvo. Andres estaba feliz de tenerlo en sus brazos por fin, y más le alegraba que Mateo parecía mucho más agradable con él. Nada podía borrarle esa sonrisa, gracias a que tenía a su pareja a su lado y al bebé que amaba tanto.

Pero luego de que el alfa le confesó lo que había pasado, no podía procesar lo que estaba escuchando. Aferraba el cuerpo de Mateo contra su pecho mientras seguía escuchando lo que Guillermo le había dicho como una repetición en su cabeza. Entonces, Lionel había regresado... él volvió.

Tenía miedo de perder todo lo que tenía gracias a él.

—Thiago estaba cansado y quería comer. Deje que lo llevara a comer mientras Mateo salia de alta. Solo es eso.

—¿Por qué permitiste que se lo llevará?

—¿Qué puedo hacer yo? Lionel es su madre. Él tiene derecho de pasar tiempo con Thiago.

—¿No recuerdas que él te demandó para llevarse a tus niños?

—Él no me los quitaría de esta manera. Sabe que Thiago necesita de Mateo y Mateo esta muy débil. No —Negaba con su cabeza— él no sería capaz.

—Tengo miedo, Memo. No quiero que se lleven a Thiago...

—No se lo llevarán, príncipe. Por favor, confía en mi. Él parece haber cambiado. Regreso por Mateo porque se preocupó de su estado de salud. Esta comiendo con Thiago porque necesita tenerlo a su lado después de tanto tiempo.

Evitaba dejar ver su inseguridad. Tal como le dijo a Javier, él también presentía que Lionel tenía motivos oscuros tras de su repentino cambio de humor. Temblaba internamente por haber dejado a su pequeño solo con ese hombre que alguna vez lo lastimó tanto, pero algo en su interior algo le decía que Lionel seguía siendo ese chico dulce de quien alguna vez se enamoró.

—¿Sabes si su pareja vino con él?

—No, no lo sé.

—Espero estar equivocado y no creer que viene para llevárselos. Si trajo a su alfa consigo, puede tratar de confundir a nuestros niños. Más a Thiago. Él es tan inocente que no entendería nada de lo que estuviera pasando.

—Yo confió en Lionel. Se que no lo hará.





Nunca estuvo con él en los almuerzos o cenas, no sabía sus preferencias o como solía comer. Ahora se daba cuenta que Thiago solía distraerse con todo a la hora de comer. Aún así, trataba de ayudarlo en eso.

—¿Me podes hacer milanesas?

—¿Milanesas? Yo realmente no se cocinar, Thiago. Tu padre solía cocinar.

¿Qué hora son, mi corazón?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora