Prólogo

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Nadie podía creer que el mejor futbolista del mundo fuera un omega dominante. Habían tantos estereotipos en el fútbol que casi el juego se consideraba discriminatorio. Existían reglas de qué los omegas no podían participar en competiciones tan importantes, pero él logró vencerlas todas.

No solo él estaba orgulloso de todo lo que había logrado a pesar de su fenotipo, sus padres eran felices sabiendo que su hijo había logrado el éxito. Nunca pensaron que podía lograr algo así después de que quedó en cinta a tan temprana edad. No solo una, si no dos veces.

Siempre se habla de que un omega debe pertenecer a un alfa. Parecía una costumbre antigua, pero a pesar de tener más derechos todos los años está costumbre seguía manteniéndose. A Lionel Messi no le importaba esto y decidió que cambiara su destino y su futuro para que más omegas pudieran hacer lo mismo.

Desde Argentina buscó un nuevo futuro y lo consiguió en España. La gente no quería aceptar que estaban viendo a uno de los mejores futbolistas en los campos de Barcelona, pues era un omega. Pero poco a poco, por las acciones de Messi, aceptaron que ese chico era un mesías.

Pero él también era un omega y tenía un vida de formar aparte del fútbol. Era algo necesario.

Por eso un tiempo después de que su carrera estallará, los medios descubrieron que ese omega le pertenecía a un alfa. Eso fue poco, también buscaron en su información y vieron que ellos tenían cachorros. Es decir, Lionel tuvo que luchar por sus sueños a pesar de ser tan joven, omega y padre de niños.

Era objeto de aspiración. Muchos niños querían ser como él porque pensaban que lo tenía todo. Pero muchas personas también lo aborrecían solo por su fenotipo. Públicamente pedían que lo descalificaran de todos los premios que alguna vez recibió. El odio era grande, pero las ganas de sobresalir de Lionel eran superiores.

Su alfa se llamaba Guillermo Ochoa y también era futbolista. Llevaba enamorado de Lionel Messi desde que eran muy jóvenes. Nunca pensaron que su relación debería ser pública porque estaban tan cómodos que no había necesidad de ventilar su vida.

Por inexperiencia o por sus hormonas calientes, Lionel quedó en cinta a la edad de 17 años. Fue una noticia muy fuerte para ambos chicos. Los padres de Lionel estaban furiosos y por esa razón mandaron al omega a Barcelona, tratándolo de alejarlo de ese alfa. Ellos pensaron que Guille había truncado la carrera de su hijo, pero no fue así. Lionel no iba a dejar sus sueños por un cachorro en su vientre.

Por todos los medios ellos trataron de seguir ese amor prohibido. Tanto se pertenecían que tuvieron que arriesgar sus vidas para estar juntos. Hubo tanta pelea e insistencia por vivir su amor qué lo lograron. Cuando Ochoa abrazó a su omega después de mucho tiempo, lloró. Por fin lo tenía con él y se sentía tan bien tener al amor de tu vida en sus brazos.

Al poco tiempo nació Thiago, el primer cachorro de su familia. Fue normal, era un bebé sano que tenía más parecido a Lionel que a Memo. Su alfa estaba encantado con su hijo pues era creación de ambos. Su relación con el padre de su hijo iba bien, se querían y se amaban, también cuidaban del nene. Todo llevaba un ritmo normal.

Después de que alumbró a su hijo, sentía más presión por hacer lo que quería. Ahora tenía una "desventaja" que fue qué había parado su actividad física casi por un año. Sus entrenadores le dijeron que debía recuperarse rápido o perdería oportunidad con ese club tan famoso que quería ficharlo.

Ocupaba la mayoría de su tiempo en su trabajo físico: Asistiendo al gimnasio, a las canchas, tratamientos musculares, etc. Fue la primera vez que Guillermo tuvo que hablar con su omega, pues estaba descuidando de su relación y lo más importante, descuidaba de su Thiago. Con un beso, una disculpa y acciones solucionaron todo. Compartía su trabajo con su hijo y ahora todo era mejor.

¿Qué hora son, mi corazón?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora