prólogo

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La guerra allá fuera era dura, reñida y abrumante, un mismo escenario al de la habitación donde un colombiano y un alemán no paraban de observarse en silencio. Buscaban desesperadamente algún error para ser usado e ir directamente a la yugular con ese mínimo y miserable error.

— Te odio... tanto...

— No tengo nada que argumentar, si ya sabes que diré ¿Qué buscas con todo esto? Dudo que vaya a limpiar toda la sangre que ahora se derrama por entre tus manos. —Se detuvo para soltar una escandalosa y burlona carcajada— Tienes miedo —Continuo; más seguro que antes— Crees que con un arma tienes todo el mismo poder que con unas simples palabras yo puedo ejercer. Pero a mí no me engañas, puedo ver tus manos temblar y tu mirada dudar. Y haces bien en temer.

Los recuerdos son aquellos encargados de construirnos, pero también de destruirnos. Lo que fuimos no es lo que somos ni lo que seremos. Muchas de las veces la nostalgia puede ser tan venenosa como la picadura de una serpiente o tan dolorosa como una herida abierta.

— ¡Cúbranse!

— ¡Cuidado, Estados Unidos!

¿Pero como hacer que esos recuerdos no te consuman? Te asesinen y quiten el sueño cada noche. Todas esas sensaciones que te puede provocar el pasado podría afectar tu presente y así tu futuro: la libertad te lleva a estar condenado con cargar con tus acciones y sus consecuencias. A veces del odio nace la venganza, la necesidad de querer destruir a los que alguna vez nos hicieron daño, después de todo, la vida se trata del clásico: OJO POR OJO.

— ¡Suelten las armas, aún están a tiempo de rendirse! — Ansioso América se dispuso a negociar: acción que había estado haciendo desde antes que la guerra iniciara, sin resultados aparentes.

— Vamos, me tienes aquí... ¿Por qué no disparas?

Aunque a veces, la venganza no se lo que un alma rota y rencorosa necesita. El dolor jamás sanara otro dolor, mucho menos una acción con tantas consecuencias negativas como lo es la venganza a sangre fría.

¿Estas seguro que arriesgar todo lo vale? A veces la justicia y la venganza llegan a ser tan similares y tan diferentes al mismo tiempo. Un debate interno entre ceder a los impulsos o sentar cabeza y dejar liberar todo aquello que te ahoga y golpea día y noche. 

¿Cómo saber si estas haciendo lo correcto o simplemente te estas dejando guiar por tus emociones? Buscar la libertad por medio de crudas acciones te hará igual a todos aquellos a los que buscas olvidar ¿Qué te diferencia de ellos entonces?

¿Qué tan dispuesto estas para arriesgar todo por esa soñada libertad? Porque en una guerra ES ENTREGAR TODO O NADA.

— En mi estancia en Rusia supe de un juego muy interesante ¿conoces a mi amiga la ruleta rusa?

Debes dejar liberar ese dolor. Tus lagrimas derramaras y tu libertad se abrirá. Los métodos que usaras serán el destino que con tus manos escribirás. Dime ¿Que cuento narraras?

...Entonces...

— Por otro lado... — El cilindro dejo de girar y rápidamente el revolver fue apuntado al contrario. Con una bala en su interior dispuesto a dar esa añorada justicia poética — ¿Jugamos?...

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_ Cuanto tiempo, sinceramente no quería continuar por temas personales (fandom toxico y malas experiencias con este) pero por insistencia de alguien y porque no quería dejar todas esas anotaciones sin ser usas en mi cuaderno aquí estamos. Espero que disfruten lo que prepare y que sea de su agrado, ahora, espero esta vez hacerlo mejor (esperemos)

En fin, gracias por leer y nos vemos este domingo con el primer capitulo.. Gracias y buenas noches.


Lagrimas por LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora