Capítulo 4

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Bebe, mi dulce A-Yi, como está esa cosita hermosa – susurraba dulce y suavemente Ziteng, con su bebé en brazos.

Su sonrisita ladina, robó algunos suspiros del azabache y así mismo de los recién convertidos en padres.

El pequeño Zhan no diría nada de lo que su pequeño corazoncito sintió al ver a su hermoso baobei cómo el lo llamaba desde que su supo de su existencia aún en el vientre de su tío Ziteng, por miedo ah qué sus papis lo alejaran del bebé.

Conocio el caso de uno de sus compañeros, que le comento a sus padres que gustaba de un niño y se lo llevaron hacia otro estado, lejos del niño que le gustaba.

El no quería eso sucediera con él, solo su amigo Hai Kuan supo del amor a primera vista que tuvo con el bebé.

Con el paso del tiempo el doncelito se volvía aún más hermoso de lo que era, provocando así que muchos niños y niñas, le enviaran cartas de amor.

El azabache al enterarse de dicho acción hizo que se pusiera muy celoso, tenía ganas de arrancarle los pelos a todo aquel que se atreviera se ver a su baobei.

Baobei, siempre fue el apodo cariñoso con que el azabache llamaba al niño castaño que se volvía muy tímido y sonrojadito de sus mejillas cuando estaba cerca de este.

Ah pesar que habían una gran diferencia de ocho años de edad, ellos siempre estaban juntos desde pequeño.

El corazón de Xiao Zhan, siempre tenía presente aquel sentimiento de alegría y cosquilleo que sintió la primera vez que vio al bello bebé recién nacido.

Wang Yibo en una ocasión le había confesado a sus papis que le gustaba el azabache.

Mami, papi – corría hacia la cocina el niño castaño en busca de sus padres.

Mi amor – grito emocionado Ziteng abriendo sus brazos, para que su bebé se aferrara a él como un koala.

Que es lo que trae a mi bebé, como alma en pena – molestaba Ruohan a su hijo que estaba con sus mejillas sonrojaditas.

Eso lo había heredado de Ziteng, así se ponía el cuando estaba pequeño aún recordaba esos momentos.

Papi – hizo un pucherito – mami papi está molestando, jala sus orejitas – decía sonriendo ladinamente aún abrazado al cuello de su mami.

Amor, no molestes a mi bebé, sino te quedarás en el sillón durmiendo, mientras mi bebé y yo dormimos en nuestra cama – le guiño un ojo a su esposo para que siguiera el juego con su hijo.

Oh noo – decía dramático Ruohan – como es posible que mi propio bebé me quiera robar a mi esposa – ponía su mano en su pecho indignado.

Pero es mi mami – decía orgulloso el castaño – tu no me lo puedes robar papi – hizo pucherito que parecía boquita de pato.

Nunca mis amores bellos – se acercó para poder abrazarlos a ambos, suspiro profundo, sabía que algo había en el corazón de su hijo – ahora sí nos dirás que te trae así mi niño.

El castaño sintió como sus mejillas ardían aún más de lo nervioso que se sentía al recordar cómo su corazoncito hacía bum bum bum bum, cuando el azabache se acercó a arreglar su cabello castaño tras su orejita y le dio un toquecito en su nariz y le regaló la más linda de las sonrisas.

Me gusta alguien mami y papi – susurro mordiendo su labio inferior al igual que su mami.

Una linda sonrisa se escapó de los labios de Ziteng, al recordar que el hacia ese mismo gesto.

Y se puede saber de quién es mi amor – cuestión dulcemente el doncel mayor.

Mmmmju – suspiro profundo el niño castaño, sorprendiendo a sus padres, quienes juraban que habían visto corazoncitos en los ojitos de su bebé.

Y ese suspiro para quien es hijo.

Es para Xiao Zhan papi – respondió sonrojado y en susurros el castaño.

Ruohan sintió su mundo caer y dio un paso hacia atrás, quizo llorar pero no podía en ese momento, el no quería que su hijo pasara por lo mismo que ellos.

Pero en cuestiones del amor ellos no podrían mandar el corazón de su hijo, solo restaba clamar a las deidades para que el no sufriera.

Habían esperado este momento, ya que vieron el apego del azabache con Ziteng desde que el bebé estaba en su vientre, había algo en ellos que los hacía querer estar juntos.

Lo mismo había sucedido cuando nació su hijo, el azabache siempre lo protegía, así mismo había notado como el otro se ponía celoso al ver cómo su bebé le hablaban más niño.

Más de una ocasión Ruohan lo vio empuñar sus manos y apretar sus dientes del enojo, el solo suspiraba, habia notado esa mirada de amor pero a la vez de miedo en los ojos chocolate del azabache.

Mi amor – susurro Ziteng – prométenos, que esto quedará en secreto con nosotros por el momento si.

Exacto mi niño, no le digas a nadie lo que sientes por Xiao Zhan, hasta que seas tu un poquito más grande y estés seguro que el te corresponde mi amor – suplico preocupado Ruohan.

El castaño pudo observar en la mirada de sus padres dolor y preocupación, hizo un tierno pucherito pensando que habían sufrido ellos cuando más joven.

El era muy inteligente y observador, no cuestiono nada pero si les prometió lo que ellos decían.

Está bien mami y papi, será como ustedes digan – los abrazo a ambos y dio un besito en la mejilla.

Si sus papis le pedían eso, era porque ellos algo sabían, les haría caso, quizás lo mismo hiciera Xiao Zhan si supiera de sus sentimientos, quizás la diferencia de edad tendría mucho que ver.

Pero sus emociones, por más que el quisiera mantenerlos en secreto no podía, ellas siempre salían a flote, sus hermosas blanquecinas y regordetas mejillas, lo hacían ver aún más tierno y etéreo cuando se bañaban de un bello y tenue sonrojo carmín.

Los padres del azabache se habían percatado, como este no le quitaba la mirada al hijo de sus amigos.

Algo que sorprendió a Jing Tong, era que aquel hermoso niño tenía un bello cuerpo que toda chica envidiaría tener incluso hasta su adorada hija.

Para ser un hombre, tenía sus caderas anchas y una pequeña cinturita de avispa bien definida, su carita finita que con el hermoso cabello castaño que le llegaba hasta el hombro lo podían confundir con una bella niña, pero aún más cuando esté se hacía una media coleta.

Sonreía pícaramente al ver a su hijo apretar sus manos en puño y apretando sus dientes cuando veía que algún niño oh niña de la vecindad le regalaba alguna flor al hermoso niño castaño.

Por un momento tuvo miedo que su príncipe Zhan, se quebrara sus dientes de apretarlos tanto.

Ellos como padres tenían la leve sospecha que su hijo gustaba del niño castaño aunque viendo su comportamiento parecía que era más que un gustar.

Xiao Zhan por su inteligencia avanzo rápido hacía la universidad, en sus años de estudio cuando era un adolescente conoció a dos jóvenes más que se convirtieron en sus amigos también junto a Liu Hai Kuan.

Ellos estaban reunidos en una de las mesas de la cafetería de su universidad, conversando del amor platónico del azabache, por primera vez luego de años de ser amigos, se abría con ellos.

Entonces Zhan, me estás diciendo que estás enamorado de este niño desde que era un bebé – Wang Darren estaba sorprendido por la noticia de su amigo.

No solo eso Darren – dijo con un suspiro Hai Kuan.

Entonces que más Kuan – pregunto curioso Wang Haoxuan, hermano menor de Darren.

Desde que estaba en el vientre de su madre cuando aún tenia cinco meses de gestación – sonrió brillante el pelinegro al recordar esos años cuando pelearon por cuidar a Ziteng y al bebé en su vientre.

Cállate Hai Kuan, no me avergüences, que ya es suficiente el comentarles que estoy enamorado de un niño – suspiro profundo y melancólico el azabache.

Jajajaja – sonreían los tres jóvenes al ver el rostro sonrojado del serio y frío príncipe con los demás.

Solo con su familia y los más cercanos el era un amor, no decirlo con cierto chiquillo castaño que le robaba el sueño noche tras noche.

Ya sé – grito de repente Haoxuan, provocando que los demás dieran un brinco del susto.

Que te pasa Hao – Hai Kuan tenía su mano en el pecho del susto y es que era algo dramático – nos quieres matar oh qué con tu repente grito.

Salvando A Mi Familia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora