Parte 2 "La sombra del pasado aún prevalece"

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Bastían: ¡Esta no es una mantarraya!!


Darius: ¡¿De qué hablas?! ¿Acaso nunca vistes una?? - respondió mientras recuperaba la compostura.


El aspecto tan peculiar de la criatura despertaba incertidumbre y asombro al joven Bastían.

Consternado por la afirmación de su amigo, donde este recalcaba que la invocación si era una mantarraya; ¿Qué otra cosa podría ser?, se preguntaba en sus pensamientos.

Sin lograr obtener respuestas por sí mismo, decidió hacer lo que le parecía más lógico en esos momentos; tocar al llamativo ser traslúcido.


Bastían: La verdad me cuesta creer que pudieras lograrlo. Pero era de esperarse, fue gracias al entrenamiento del patriarca... - se expresó en un tono sarcástico.


Nuestro protagonista le pareció un comentario de mal gusto, pero lo dejo pasar ya que conocía a su amigo y su manera de expresarse. Así que para aligerar su sarcasmo le dio un leve golpe en el hombro.


Darius: Tarado; ufff bueno - suspiro mientras se estiraba -

Nos hemos tardado mucho, es mejor subirnos enseguida.


Bastián: Sí, es verdad... - respondió ambiguamente mientras contemplaba la criatura


Darius: ¡Bastían!! ¡Vámonos ya!!


Bastía: ¿Cómo??, ¿me decías algo?


Darius: ¡Ya nos vamos!!, trepa


Bastía: ¿Qué??, pero... estás diciendo...subir a esto? - con tono dudoso respondió -


Darius: Sí, sube a la mantarraya - comento mientras montaba -


Bastían: Estooo, ¡eres consciente que ...esta criatura es notablemente cristalino!!!


Darius: Si, lo sé


Bastían: Entonces, porque estas pidiéndome que me suba, sabiendo que puede ser riesgoso que se desvanezca en medio trayecto o que siquiera pudiera montarlo...


Ante las quejas y excusas, Darius no tuvo más remedio que bajar y subir a su amigo a la fuerza.


Bastían: ¡¡ESPERA!! Darius!!!


Darius: Tú sugeristes esto, así que responde ¿Estás listo para irnos?


Bastián: Pe-pero...mmmmm Jaaaa ok - el joven acepto a regaña dientes -


Una vez listos, Darius sostiene las riendas y decide tomar el liderazgo; agarrando fuertemente la cuerda, asegura a su amigo al asiento.

Sin ningún imprevisto más, esté agita las correas que rodeaban a la criatura; pero sin previo aviso esto altero y suscito que avanzara a toda velocidad.

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