La situación era incómoda para Ken. No porque no tuvieran tema de conversación, o por algún otro motivo. Se sentía incómodo por la manera en la que su pequeño amigo estaba vestido; esa falda, todo era la culpa de esa falda rosada y con pliegues.
El pequeño estaba sentado justo a su lado, mientras miraban un programa de televión en la sala. Él era consciente de que sus ojos deberían estar concentrados en el rostro del contrario, o incluso en la TV, pero al único lugar al que iban a parar eran a las piernas del muchacho.
Sus piernas desnudas cubiertas solo por ese pedazo de tela que envolvía la mitad de sus muslos. Tragó saliva imaginando lo bien que se sentiría apretarlas. Eran tan blancas que sus dedos dejarían marcas rojas si descuidaba ligeramente su fuerza, y se veían tan suaves que la palma de su mano podría rebotar si las palmeaba.
Era demasiado. Se sentía demasiado caliente, y estaba seguro que nunca antes se había sentido así por ninguna otra chica, ni siquiera por Emma.
ーKenchinー fué el llamado de su amigo lo que lo sacó de su ensoñación, quitó la vista de sus piernas y la colocó en su rostro el cual tenía un suave mohín. ー¿Me estás escuchando? ー ahora lo entendía, estaba molesto.
ーEh... sí, ¿Qué decías?
El Sano pareció enfadarse por la pregunta y él sonrió avergonzado.
ー¡Escúchame! Nunca me escuchas. ーManjiro pidió, su rostro sonrojado. Eso le hizo recordar que cada vez que su pequeño amigo se avergonzaba o se enojaba, sus mejillas se ponían tan rojas, tanto que parecía que se había enfermado. ーKenchin tonto.
Rió ante el insulto. Sabía que cuando el Sano estaba molesto no insultaba de esa manera, cuando estaba molesto se volvía una bestia insoportable con ganas de acabar el mundo con sus propias manos.
ーLo siento, ¿si?ー Una disculpa junto a una suave caricia en su cabeza fue lo que le dió. ー¿Qué me estabas diciendo? ー quiso saber.
Manjiro se sonrojó un poquito más, removiéndose en su lugar y subiendo sus piernitas, abrazandolas y escondiendo su carita entre ellas.
Él luchó consigo mismo para no inclinarse y ver lo que el muchacho escondía debajo de la faldita, aunque su sucia mente ya se lo había imaginado tantas veces en el poco tiempo que estaban ahí que podría considerarse un pervertido. Pero aunque las ganas le ganaban, no lo hizo.
Después de todo era su amigo, su mejor amigo y el hermanito de su novia.
¿Qué clase de desgraciado haría lo que él quería hacer?
Solo el peor, y él no quería ser el peor de los desgraciados, la sola idea le molestaba.
ーQue estoy feliz de que nos reunamos. ー el comentario le puso feliz, aliviándolo un poco de la culpa que sentía por sus sucios pensamientos. ーAunque bueno, me hubiera gustado que vinieras a verme a mí, no a Emma.
Ken sonrió. ーPrometo visitarte a tí de ahora en adelante. ー aseguró, sintiéndolo muy en el fondo de su corazón. Realmente deseaba compartir más con su amigo. Mikey no era cualquier amigo, y necesitaban volverse igual de cercanos que antes. ーDespués de todo, tú eres el más importante para mí.
Y era cierto, aunque no planeaba decírlo en ese momento y en esa situación. No quería que se volviera más incómodo y no quería molestar al chico; su amistad, su buena amistad había acabado hace dos años y decirle algo como eso era demasiado... cuestionable.
Cerró sus ojos, maldiciéndose en voz baja por no poder controlar su lengua. Esperaba que la reacción que le diera fuera totalmente de disgusto, desagrado y confusión, estaba preparándose para soportar, sin embargo lo que pasó a continuación no se lo habría esperado.
Mikey lo empujó suavemente poniendo una de sus manos en su pecho, tumbándondolo en el sofá, poco después se subió encima suyo, colocando sus piernas una a cada lado de su torso, dejando su trasero en un lugar muy peligrosamente cerca de su entrepierna que ya estaba despierta desde hace un rato, cuando intentó comportárse como un caballero y no hacerle nada a su amigo.
Tragó saliva y abrió sus ojos, enredando instintivamente sus manos en la pequeña y delgada cintura del muchacho que tenía encima suyo.
No estaba entendiendo nada, absolutamente nada y eso le tenía confundido. Pero a sus hormonas no les importaba la situación, lo único que les importaba era lo lindo que se veía Manjiro con las mejillas sonrojadas y los ojitos lagrimeantes.
La rápida imágen del muchacho con la misma expresión, pero esta vez gritando le placer lo golpeó de repende, apretando el agarre en su cintura, ocasionando que el más pequeño gimiera bajito.
Ahora estaba completamente duro, y no era algo de lo que estaba orgulloso.
ー¿Mikey? ¿Qué sucede?ー se esforzó por no sonar extraño al hablar, consiguiéndolo de cierta manera, pues no sonó ronco pero sí más grave de lo normal.
Manjiro no le respondió al instante, en cambio cerró fuerte sus ojitos, al parecer avergonzado por lo que estaba haciendo. ーKenchin. ー llamó con un tono extrañamente meloso que le hizo ver estrellas. Era demasiado bueno para ser real, realmente estaba haciendo hasta lo imposible para no besarlo y follarlo ahí mismo. ーY-Yo... te quiero.
Y esa era la gota que derramaría el vaso. ー¿A qué te refieres? ー se apresuró a preguntar, sus mejillas empezando a estar tan rojas como las del muchacho encima suyo.
ーMe gustas, Kenchin, me gustas mucho. ー Las palabras salieron de sus labios como miel para sus oidos. De una manera tan dulce, tan tierna que le estaba haciendo olvidar completamente que eso era incorrecto. ーDeja a Emma, por favor.
No, no. Eso estaba muy mal. El niño que tenía sentado encima suyo y el cual le había provocado una erección, no era ni más ni menos que el hermano de su novia, su mejor amigo, era el niño al cuál había cuidado y protegido de tantas personas.
Era imposible. No estaba bien, debía parar pronto, antes de que la poca cordura y moral que aún le quedaban se esfumaran entre los lindos ojos de su amigo.
Afirmó el agarre en la pequeña cintura e intentó empujarlo suavemente para sacarlo, pero el primer intento fue inútil, ya que Manjiro afirmó sus manos a su pecho y sus piernas al mueble, restregando su trasero en su cuerpo.
Gruñó. ーMikey, no. Esto no es bueno. ーPidió, haciendo que el nombrado tragara saliva y pusiera una expresión triste que no le gustó ver, sin embargo esa expresión cambió inmediatamente.
ーFóllame, Ken. ー dijo, su tono igual de dulce que antes. Demasiado como para soportarlo. ー Por favor. ー y eso fué lo que de nuevo, lo tentó más de lo que le gustaría.
Aún una pequeña voz le decía que no estaba bien, que el deseo que sentía no era bueno. Que los dañaría a ambos para siempre, que dañaría a Emma. Pero después estaba Mikey, siendo lo más bonito del mundo, y estando ahí solo para él.
¿Qué valía más? Era difícil decidirlo, y estando en esa situación lo era aún más.
Y a la mierda todo. Afirmó su agarre en su cintura y levantó la mitad de su cuerpo, restregando su miembro cubierto por su ropa con el trasero redondo y suave de Manjiro. Acercó sus labios a los del contrario, y los besó. Y rayos, que eso no debería sentirse tan malditamente bien.
Porque tenía una novia, y Mikey era su amigo.
Sin embargo siempre podía terminar con Emma, a ella no la quería tanto como sabía que quería a su pequeño amigo. En cambio no podía dejar pasar eso, no podía arriesgarse a perder nuevamente a la persona que más quería.
No podía dejar a Mikey otra vez, no cuando lo tenía en sus brazos, no cuando tenía las mejillas tan sonrojadas; no cuando tenía las piernas así de abiertas solo para él.
No cuando por fin podría ser suyo.
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Little skirt [ drakey ]
Fiksi PenggemarDonde Manjiro seduce al novio de su hermanita menor, y accidentalmente terminan teniendo sexo mientras que ella no está.