Qualifications And Sex | Paulo Dybala x Leandro Paredes

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Tanto Paredes como Paulo emprendieron luego de media hora camino al auto ajeno. Una vez estuvieron ambos sentados y con los cinturones puestos se dirigieron a la casa del mayor. Paulo, hablaba con Cristian por mensaje, iba a entrar en crisis en ese mismo momento.

paulo:
CRISTIAN ROMERO AYUDA.

Fue el mensaje que envió para su amigo, el cual le respondió el cuestión de segundos, para su suerte justo estaba en línea.

Cuti:
QUÉ PASÓ???

Paulo:
PAREDES ME ESTÁ LLEVANDO A LA CASA
ME VA A COGER
DIJO QUE MERECE UN BUEN PREMIO POR AYUDARME A ESTUDIAR
QUÉ HAGO????

Cuti:
QUE QUE??????
PAULO, SOS JODA?
COGETELO, APROVECHÁ

Paulo:
Y DESPUÉS????
ME VOY???
ME QUEDO???

Cuti:
A ver, hablemos en serio, llevan como dos o tres meses en esto, no sería raro que te quedes con él, sinó tanteá el terreno cuando terminen.
Me tengo que ir, Licha me invitó al cine
Nos vemos Paulito
Después contame si coge bien
A TODO ESTO
Nunca me dijiste si la tiene grande TRAIDOR
CONTAME

Paulo estaba a punto de contestar los últimos mensajes enviados por su mejor amigo cuando la mano del contrario empezó a acariciar su muslo izquierdo.
Al levantar la mirada se topó con los celestes ojos de Paredes, sus pupilas estaban dilatadas, se notaba que estaba con ganas, ni hablar del bulto que se le empezaba a formar entre las piernas.

Al darse cuenta de la situación se golpeó mentalmente, estaban en la entrada de la casa con el auto totalmente apagado, y al venir tan sumergido en su charla con Cristian no se había dado cuenta de que ya debían entrar.

Ambos salieron del auto y se encaminaron a la puerta principal de la casa, la cual por cierto era enorme y de las más hermosas que había visto. Paredes por su parte colocó la clave para desactivar la alarma y posteriormente abrió la puerta.

Ni bien terminaron de entrar y cerrar el menor ya estaba siendo acorralado contra la oscura y fría madera, tenía las manos de su profesor en sus caderas y sus labios recorriendo su cuello entre húmedos besos y mordidas, marcando todo pedazo de piel que se atravesara en su camino llegando a sus labios, los cuales se unieron en un fogoso beso.

Sin darle tiempo a Paulo de pensar sus muslos fueron tomados por las grandes manos de Leandro para que diera un pequeño salto y enrredara sus piernas en su cintura, una vez esto ocurrió comenzaron a dirigirse hacia la habitación del dueño de casa.

Entre besos y algunos golpes debido a que se chocaron contra algunos muebles y paredes lograron llegar a su destino. Estaban ambos en la cama, Paulo con su cuerpo totalmente apoyado sobre la suave superficie y Leandro sobre él, sin llegar a aplastarlo.
Las piernas del menor seguían enrroscadas a la cintura ajena, y ambos brazos en el cuello opuesto, quería sentirlo lo más cerca posible.

Poco a poco las prendas de los dos desaparecían, primero fue la remera blanca que llevaba Paulo ese día, dejando su pecho y abdomen al descubierto total, seguido de eso entre besos y mordidas en las clavículas Leandro continuaba desvistiendo a su acompañante.

Pasados varios minutos ambos estaban totalmente desnudos, caricias iban y venían junto a los incontables roces entre el miembro de Leandro junto al culo de Paulo, quién no podía evitar soltar gemidos sonoros con aquellas simples acciones.

Tres dedos del docente aparecieron en su campo visual, sin esperar demasiado abrió su boca dándole paso a aquellas largas falanges para chuparlas con fuerza dejándolas lo más ensalivadas posible.
En el rostro de Leandro se notaba como la excitación crecía en su cuerpo, Paulo chupaba sus dedos como si se tratara de su chota, con una carita de nene bueno e inocente que lograba enviar corrientes eléctricas directo al pene de su profesor.