+18
"Un lago.
Un lobo.
Un bebé.
Una manada.
¿Adhara estará preparada para todo lo que se le avecina?"
Libro I de la serie amores verdaderos.
Portada: @skyegrphics
Inicio: 24/9/22
Publicado: 8/10/22
Terminado: 2/04/23
*BORRADOR*
Todos los derechos r...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pov. Bastian
—Bastian.
Entre sueño escucho la voz de Adhara, siento como sus manos mueven mi cuerpo, abro mis ojos lentamente, su cara está muy cerca de mi rostro, tiene una expresión que no logro descifrar, la habitación está a oscuras, me apoyo en mis hombros para levantarme de la cama, ella traga con fuerza antes de hablar.
—Creo que rompí fuente.
Esas son las últimas palabras que escucho, antes de ponerme la ropa rápidamente y ayudarla a agarrar el bolso del bebé, no sé si estuve manejando como un desquiciado en la carretera, pero sé que llegamos en menos tiempo del previsto, entramos por emergencia, pidiendo que la ayuden, unos enfermeros la sientan en una silla de ruedas para llevarla a una habitación, pensé que nunca más experimentaría el miedo, pero me equivoqué, estoy sudando frío.
Los lloriqueos de Adhara me dan pavor, mi corazón late con fuerza cuando veo su rostro rojo, lleno de lágrimas, no escucho nada de lo que la doctora está diciendo, solo la veo asentir mientras se muerde la mano, respira con irregularidad, me piden que salga de la habitación, pero ella dice que no, que quiere que esté en ese momento, me pongo a su lado mientras agarro su mano, me gustaría absorber todo su dolor para que deje de sufrir.
—Todo va a salir bien amor.
—Me duele mucho —su voz sale cargada de sentimientos, un nudo enorme se crea en mi garganta, beso su coronilla mientras limpio las lágrimas que caen por su mejilla.
No sé qué responder, porque decirle que pronto dejará de doler, es mentirle, así que comienzo a acariciar su cuero cabelludo, para tratar de entretenerla, me piden que la levanté de la silla para quitarle la ropa y ponerle una bata, pero antes le ponen unos cables alrededor de la barriga, para monitorear al niño, todavía no ha dilatado lo suficiente para que inicie la labor de parto, están tratando por todos los medios cumplir con la exigencia de ella, de parto natural.
Aunque fue su decisión y la respeto, no le veo lo bueno a eso, con una cesárea se acabaría su agonía rápidamente, pero ella me responde diciendo que la recuperación por cesárea dura mucho más que la de parto natural, Francesca entra a la habitación saludándonos, se acerca para preguntarle a Adhara como va, le dice que hará todo lo posible para hacer el proceso más llevadero, ella solo asiente cerrando sus ojos, me pide que cuente cada cuanto minutos o segundos le vienen las contracciones.
Le digo a Adhara que apriete mi mano cada vez que le llegue una contracción fuerte, ella lo hace, tres contracciones cada diez minutos, a este paso me quedaré sin mano, ella solo se ríe, me dice que algunas son leves, otras son tan fuertes que la siente en todo el cuerpo, acerco mi rostro a su estómago y comienzo hablarle a Alem, pidiéndole que se ponga en posición para salir, así le facilitará el proceso a su mamá.
—Uh, esto duele horrible.
—La cesárea era la mejor opción.
—La mejor opción es no tener hijos. Ojalá inventarán algo para que los hombres sean los que se embaracen.