Eris

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Con Milo y Camus.

Un movimiento fuerte en la tierra durante su camino, fue lo que los alertó, Camus sabía que algo pasaría, los temblores no eran propios en esa zona.

Camus: algo anda mal - fue lo que dijo preocupado.

Milo: claro que si, pero... ¿ese cosmos? Se me hace tan familiar - susurro ella mientras veía hacia todos lados.

La tierra volvió a temblar y cuando menos se esperaron, la tierra se separó haciéndolos a todos caer de un solo.

Horas después.

No sabía cuánto tiempo había transcurrido, pero Milo, adolorida se levantó, dándose cuenta que estaba frente a una enorme jaula dorada, en la cuál se podía ver a una hermosa joven de cabellos dorados y piel blanca.

Afrodita: oh... están bien, que feliz me siento por eso - dijo la mujer.

Milo: ¿Dónde estamos? - fue lo único que pudo preguntar.

Afrodita: Eris tenía planeado enviarte al inframundo, por suerte Athena no dejo que cayeras ahí - dijo mientras Milo se levantó de golpe - estamos en la guarida de Eris así que no hagas ruido - le indicó.

Milo: Athena impidió que cayera en el inframundo. Pero para eso tuvo que pedir permiso a la reina del mismo para usar su cosmos y dudo que Perséfone este en buenos términos después de haber asesinado a Hades. Y si no lo hacía así podría tener bajas graves en su cuerpo humano ¿entonces ella? - preguntó.

Afrodita: dudo mucho que algo le haya pasado, aún siento su cosmos sobre ti - fue lo que le dijo.

Milo: señorita Athena, espero y se encuentre bien - fue lo que pensó. No muy lejos de ella vio a Kiki, por lo cual rápidamente se acerco para cargarlo - por suerte sigue vivo. Si algo le llega pasar Mü jamás me lo perdonaría - afirmó aliviada.

Afrodita: Eris viene, corre y escóndete - le dijo a lo que Milo no muy convencida así lo hizo. No pasó mucho cuando Eris apareció observando la manzana, donde tenía una vista perfecta sobre todo el inframundo.

Eris: Maldita seas Athena - molesta susurro.

Afrodita: ¿Que ocurre Eris? ¿Tus juegos no dieron frutos? - preguntó de forma burlona.

Eris: la maldita de Athena intervino una vez más... aunque bueno, no creo que haya salido bien librada de esto, todo el mundo sabe que Perséfone no está nada contenta con ella por lo cual debe de haberle pasado una gran factura al cuerpo de esa niña por meterse en su territorio sin su permiso - afirmó sonriendo.

Milo: no puede ser... Athena - pensó.

Athena: ¿Milo?... - llamo su diosa.

Milo: señorita Athena, ¿que esta haciendo? Su cosmos ahora está débil, mejor vaya a descansar no se preocupe por nosotros.

Athena: no Milo... esto es muy peligroso, ahora veo que Eris no está jugando y va a ser todo lo posible por alterar la fluidez de la realidad - fue lo que respondió la chica.

Milo: pero... entonces no podemos quedarnos sin hacer nada...

En la dimensión de Milo.

Shion: señorita Athena por favor ya deténgase, se va a desmayar si sigue así, y cuando eso ocurra la barrera del santuario caerá con usted - dijo preocupado.

Athena: Milo e estado pensando detenidamente en esto, realmente fue un grave error el haberte dejado ir solo, por eso usare lo último que me queda de energía para enviar a alguien a ayudarte - fue lo que le dijo, el santuario comenzó a temblar, poco a poco la barrera se iba debilitando.

Dohko: detenla Shion, si no lo haces, el santuario quedará expuesto a cualquier amenaza que nos esté acechando ahora - dijo preocupado.

Shion: señorita deténgase por favor - suplicó.

No tardo mucho cuándo los caballeros dorados subieron rápidamente al templo del patriarca, preocupados por lo que estaba pasando, aunque vieron sorprendidos como un portal se abrió, Shion ayudó a Athena a ponerse de pie y ella en cuanto vio a Camus le dijo.

Athena: entra ahora Camus, trae a Milo, no hay nada más que podamos hacer - pidió.

Camus: ¿pero señorita?...

Athena: la manzana dorada de en la que encerré a Eris, esta en ese lugar, muy pronto quedará inservible si no logramos hacer que entre de nuevo ahí - explicó.

Camus: ¿y cómo puedo hacer eso? - pregunto preocupado, si no la detenemos ahí vendrá a hacer desastre aquí.

Athena: ese es el plan, debes atraerla aquí para que pueda encerrarla de nuevo en la manzana, aún tengo fuerzas no te preocupes, trataré de mantenerme despierta por ahora, pero apúrate por favor - pidió.

Camus: esta bien, ¿pero esta segura que estará bien después de esto? - preguntó.

Athena: Si tranquilo, Perséfone solo quiere ponerme a dormir por algunos tres días... pero no es nada del otro mundo - animo ella.

Camus sin más demoras solo asintió, par después ir corriendo al portal, donde entró, Athena por su parte no le quiso decir nada a Milo quería que cayera de sorpresa.

Con Milo.

Milo vio como Kiki empezaba a despertar, por lo cual antes que hiciera cualquier ruido cubrió su boca con una de sus manos.

Milo: Shsss... - le dijo mientras el menor la veía, después de eso descubrió su boca - ¿sabes donde están Camus y los otros? - preguntó.

Kiki: - negó - después de que la tierra se abriera perdí el rastro de todos...

Milo: la señorita Kido debió de haberlos dejado en algún otro lugar, nosotros debemos terminar esto cuanto antes.

Kiki: ¿Donde estamos?

Milo: en el templo de Eris, Camus de este lugar está bajo la influencia de esta mujer, por lo cual debía correr peligro y la señorita Athena decidió alejarlo ¿no crees?

Kiki: Si...

Milo: esa chica, debe de ser la diosa Afrodita, es la mismísima diosa del amor, por la cual Ares intenta matar a Athena, es a ella a la que tenemos que sacar lo más pronto posible de aquí.

Kiki: hm... creo que tengo una idea, pero hay que deshacernos de Eris cuando antes.

Milo: ¿Que planeas? - preguntó.

Kiki: la sacare de aquí con mi teletransportacion, la dejare en el santuario y regresare aquí - indico - ¿pero cómo la distraigo? - preguntó.

Milo: no te preocupes yo me encargo.

Kiki: no, no puedes hacer eso, es peligroso para ti.

Milo: hay por favor Kiki no seas como Camus, por favor no me subestimes, estoy embarazada no invalida - indico sonriendo.

Kiki: Pero...

Milo: no tienes porque preocuparte, de todos modos. ¿Volverás a buscarme cierto? - preguntó a lo que el menor sonriendo asintió.

Kiki: así es...

Milo: bueno a las tres...

Continuará...

Entre otra DimensiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora