4. 𝐓𝐨𝐫𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚

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Stiles finalmente llegó a Beacon Hills.

Las nubes densas y grises en el cielo, parecían no querer abandonar su sitio, mientras los vientos soplaban fuertemente.

Halima, le había advertido que, tras este entrenamiento intensivo, sus poderes se habían incrementado y podría volverse un poco más volátil. Así que ahora tendría que vigilar mejor sus emociones, para no sentirlas a flor de piel, ya que estás alterarían inequívocamente el clima.

Stiles Stilinski, tenía que controlarse a sí mismo, para evitar destruir la ciudad en un ataque de pánico o cualquier emoción demasiado fuerte, okay, sin presiones. Pero era un adulto con TDAH, y ¡hola!. Problemas de ansiedad.

Porque si existía alguien que vivía en constante estado de alteración, ese era justamente él.

No lo culpen demasiado cuando no vean el sol por un tiempo. Esperaba que las farmacéuticas estén bien dotadas de vitamina B12. Sin mencionar qué, objetivamente, va a joder mucho a la pobre fauna y flora de los lugares a los que vaya.

Pero no había tiempo para preocuparse por las preocupaciones que deberían preocuparlo por preocuparse demasiado.

Stiles sabía que Derek no contaba con tanto tiempo, para que él pudiera adaptarse psicológicamente a la situación...

Apretó levemente los labios y se concentró en mantener cierta compostura. Tenía un trasero de lobo que salvar y su meta no cambiaría sin importar qué.

Pero, mierda, era difícil. Demándenlo.

Sin embargo Halima fue muy clara. El colgante, iba a regular su poder, más no podía contenerlo del todo.

El collar discreto, de cuerda negra tejida artesanalmente, y una preciosa piedra color verde esmeralda. Según su mentora, la piedra, era el fragmento de un trozo de luna que cayó en la tierra hace dos mil años, y que fué purificado por la magia de los druidas en la antigüedad.

Funcionaba como un talismán.

Recordó un poco abrumado, el día que descubrió que podía manipular el clima a voluntad. Cuando las nubes, en el cielo, tomaban diversas formas según sus pensamientos.

Si quería un gato, un conejo, un barco pirata, las jodidas nubes simplemente lo dibujaban en el cielo, cómo una pizarra. Al igual que la lluvia, la controlaba a su antojo, la intensidad, la duración, el granizo, los jodidos truenos, los rayos y para qué hablar del viento...

Ese día pensó en que, definitivamente iba a teñirse el cabello de blanco, y que debía cambiar su nombre a Tormenta de los Xmen.

Fue extraño, pero ya tuvo tiempo de adaptarse... Medianamente...

Al manos trataba de no pensar demasiado en eso para evitar sentirse agobiado.

Porque el agobio jodería de nuevo el clima...

Stiles respiró profundo, y finalmente salió de sus divagaciones mentales, para caminar hacia la puerta de la casa de Scott.

Obviamente, su amigo ya no vivía con Melissa, en realidad estaba rentando esta casa, o por lo menos es lo último que Stiles supo entre las llamadas cada vez menos cotidianas con su amigo...

Llamó al timbre pero nadie respondió. «¿Habrán salido?». Se preguntó internamente.

Una mujer mayor, que estaba regando sus plantas en la casa de junto lo miró sin siquiera disimular que lo hacía

—¿Buscas a alguien, jovencito?.- le preguntó la anciana con evidente curiosidad

—Buenas tardes señora, soy amigo de Scott McCall, ¿Usted sabe si salió?.- le preguntó acercándose, haciendo gala de su carismática sonrisa.

𝐅𝐞𝐚𝐫𝐥𝐞𝐬𝐬 (sterek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora