𝐅𝐞𝐚𝐫𝐥𝐞𝐬𝐬 (sterek)

18. 𝐃𝐨𝐥𝐨𝐫

Los dos llegaron hasta la casa de Noah Stilinski en el cámaro, tan rápido como Derek pudo conducir.

El atardecer tenía el cielo de un hermoso naranja violáceo que, pese a ser septiembre, pintaban las hojas de un tono rojizo, disfrazandolas de un falso otoño.

El sheriff les abrió la puerta, y en cuanto vió a su hijo lo abrazó fuertemente. Habían pasado tan solo tres días, pero fue tiempo suficiente para sentirse mortalmente preocupado.

Noah abrazó a Derek poco después que a su hijo, de forma breve, pero no por ello era con menos sentimiento de alivio. Después de todo, durante estos años había desarrollado una muy buena relación con el hombre lobo y estaba genuinamente contento de verlo bien.

Preguntó por Jordan, después de todo, era el oficial más leal que tenía a su cargo y un amigo, al que le confiaría su vida sin dudar.

Pero ellos le comentaron que, hicieron una escala antes de llegar, dónde dejaron al sabueso infernal en su hogar con su esposa e hija para reportarse después de tres días de ausencia, pero les pidió que lo mantuvieran al tanto para ayudar en caso de que lo necesiten...

—Papá... ¿Dónde está Eli?.- Stiles preguntó un poco preocupado

Noah se puso serio, y Derek pudo oler un poco de tristeza en su aroma

—En este momento está con Scott y Halima... Pero... Tendrán que prepararse mentalmente para esto.-

Derek intercambió miradas de preocupación con Stiles, y sin perder más tiempo, siguieron al sheriff hasta la habitación que solía ser del hombre de lunares.

Scott y Halima se encontraban hablando en el pasillo, justo afuera de la antigua habitación de Stiles

El latino abrazó a Derek con fuerza, y luego a su mejor amigo con el mismo sentimiento de alivio al verlos bien.

Luego fue el turno de la mujer morena de abrazar a su querido discípulo y joven amigo.

—Mtoto...- Halima le habló en su tono suave y maternal, mientras lo estrechaba en un necesario abrazo.

Stiles incluso se permitió cerrar un poco los ojos, para derretirse en los brazos de su gran maestra. Luego ella le dió una caricia en la mejilla, mientras le daba una pequeña sonrisa comprensiva.

—Mieczyslaw... Tu magia...- ella Murmuró sorprendida, dándole una mirada más contemplativa sin dejar de preocuparse por él.

Stiles sabía exactamente como se veía, porque podía sentir como gran parte de su magia se había vertido en Derek, en cerrar las grietas de su alma desollada viva. Había consumido gran parte de su poder traer a Derek de vuelta, pero lo haría una y mil veces si eso significaba salvarlo.

Si eso implicaba darle una merecida segunda oportunidad de vivir su vida. De que el hombre lobo pueda tener su final feliz.

Él le sonrió con cariño a su mentora, demostrándole que no había ni un poco de remordimiento por la pérdida de su glorioso poder.

Había ganado algo mucho más importante...

—Si... Valió la pena sacrificar un poco de mí mismo, para conseguir algo infinitamente mejor.- Stiles respondió a su pregunta sin formular, mientras volteaba a mirar a su pareja, que aún estaba de pie a su lado, manteniendose cerca del humano, en todo momento.

Halima observó a Derek y le sonrió con la misma calidez que caracterizaba a la mujer.

—Ya veo... Estoy feliz por ustedes, tienen un vínculo precioso... Pero...- la mujer entristeció al final al mirar la puerta de la habitación