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𝗱𝗲𝘀𝗱𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝗵𝗮𝗲𝗿𝗶𝗻 𝘆 𝗱𝗮𝗻𝗶𝗲𝗹𝗹𝗲 𝘀𝗼𝗻 𝗻𝗼𝘃𝗶𝗮𝘀, 𝗵𝗮𝗻 𝗮𝗽𝗿𝗲𝗻𝗱𝗶𝗱𝗼 𝗻𝘂𝗲𝘃𝗮𝘀 𝗰𝗼𝘀𝗮𝘀

— entonces ¿te sientes lista para hacerlo sola? — preguntó danielle a su novia.

Haerin nunca aprendió a andar en bicicleta por su cuenta, aún a sus diecisiete prefería un triciclo para niños que una bici para personas de su edad.

Danielle tomó responsabilidad, y aunque haerin se negara una y otra vez, terminó cumpliendo el capricho de su novia, dejando que ella le enseñará a andar en bicicleta.

Marsh rió al ver el rostro asustado de kang, se veía muy linda con sus rodilleras y su casco rosa para evitar cualquier inconveniente, según haerin, parecía una niña y a danielle le encantaba.

— hagámoslo — dijo haerin segura, quería terminar con esto lo más pronto posible.

La bicicleta comenzó a avanzar siendo sostenida por danielle, haerin, con miedo, puso sus pies en los pedales y comenzó lento, luego aceleró un poco.

— ¡¡N-NO ME SUELTES!! — gritó kang al sentir una turbulencia que a danielle, sólo le hacía gracia — ¡¡DANIELLE MARSH!!

— Sigo aquí haerin — la voz de su novia tranquilizó un poco su mente — no caerás, estoy aquí para ayudarte a no caer, nunca.

Haerin sintió como su respiración se calmaba, estaba segura con danielle, lo sabía, sabía que ella estaría ahí y no sólo en esta ocasión, no caería, porque danielle estaba con ella.

Sus mejillas se coloraron mientras aún sostenía su mirada al frente, sintió sus manos temblar pero no tuvo miedo. Sintió cosquillas en su abdomen y suspiró más tranquila.

— danielle — llamó sin despegar la mirada al frente — te amo.

Haerin frunció su ceño al no recibir respuesta por parte de su novia, giró un poco su cabeza para asegurarse de su tan indeseada suposición.

Y sintió como el alma se le salía del cuerpo al mirar a danielle a muy, pero muy lejana distancia de ella.

¡¿Había estado en la bicicleta sola todo este tiempo?!

espera...

¡¡HABÍA ESTADO EN LA BICICLETA SOLA TODO ESTE TIEMPO!!

Haerin sonrió al darse cuenta de ello, aún que aún no se sintiera del todo segura como para acelerar, era su primera vez andando sola sin caerse.

Era algo estúpido, lo sabía, pero escuchar como danielle celebraba y aplaudía por su pequeño logro, la hacía sentir como si fuera la campeona de alguna competencia de ciclismo.

— ¡Lo lograste haerin! — gritó marsh corriendo a su dirección, mientras haerin, con cuidado, se detuvo y bajo de la bici, corriendo igual a la dirección de danielle.

Se sentía como esas películas románticas en las que la pareja corría en un prado lleno de flores y un atardecer de por medio.

Danielle abrazó el cuerpo de haerin, haciendo que los pies de la menor se levantaran del suelo.

— ¿lo hice bien? — preguntó haerin antes de recibir un fugaz beso de marsh.

— estuviste al menos cinco minutos andando sola, eso definitivamente es hacerlo bien, mi niña — danielle le sonrió a haerin, y haerin le sonrió a danielle.

Juntas, aprendían nuevas cosas.

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