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𝗱𝗲𝘀𝗱𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝗵𝗮𝗲𝗿𝗶𝗻 𝘆 𝗱𝗮𝗻𝗶𝗲𝗹𝗹𝗲 𝘀𝗼𝗻 𝗻𝗼𝘃𝗶𝗮𝘀, 𝗹𝗮𝘀 𝗻𝗼𝗰𝗵𝗲𝘀 𝗻𝗼 𝘀𝗼𝗻 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝗱𝗼𝗿𝗺𝗶𝗿

— Maldición, ¿de dónde viene ese ruido? — murmuró minji mientras se levantaba de la cama.

Estaba oscuro, y el reloj marcaba las tres cincuenta y siete de la madrugada, no era hora para levantarse, pero aquellos ruidos se llevaban escuchando desde hace un buen rato, y al menos minji, necesitaba dormir.

Abrió la puerta de la habitación, dando paso a un oscuro pasillo. Minji tragó saliva algo insegura sobre cruzar por ahí. Tomó su teléfono y encendió la pequeña lámpara que tenía incluída, pero a decir verdad, aún tenía algo de miedo.

Atravesó el pasillo sigilosamente, como esas películas de ninjas intentando invadir una casa. En completo silencio.

Sintió un escalofrío en su columna luego de escuchar pequeñas risas que venían de abajo, respiró con fuerza intentando calmarse.

— Tu puedes minji, tu puedes — susurró.

Bajó con cuidado las escaleras, volteando repetidas veces hacia atrás, hasta que llegó a la cocina, a la fría y muy oscura cocina.

— ¿Quién anda ahí? — preguntó en voz alta, preparando su puño en caso de cualquier fantasma que pudiera llegar a ver, espera, eso era aterrador. Tembló de nuevo, sintiéndose más insegura.

Aquella risa, volvió a escucharse, y venía de la sala.

Con sigilo y miedo, minji caminó hacia ese lugar, sudaba un poco ya que detrás de las pared era un lugar muy oscuro y no quería encontrarse con algún demonio sentado en su sofá.

Entonces, corrió al sofá y se lanzó ahí, aventando golpes a cualquier lugar.

— ¡¡SAL DE AQUÍ SER EXTRAÑO, LO QUE SEA QUE QUIERAS NO LO TENDRÁS ENGENDRO DEL MAL!! — gritaba la pobre minji.

— ¡Cálmate unnie! — escuchó, entonces se detuvo por un momento y observó a su alrededor, frente a ella, estaban la pareja de oro, haerin y danielle.

— ¿Qué hacen aquí? Es peligroso — les dijo minji alarmada.

— ¿Peligroso? — preguntó haerin.

— Unas malditas risas se escuchan desde aquí, váyanse a sus habitaciones o el monstruo vendrá por ustedes — minji debería ser actora, hacía muy bien el papel de chica dramática asustada.

— ¿Monstruo? — danielle rió — Te haz vuelto loca unnie, hemos estado aquí todo el tiempo, y las risas que escuchaste éramos nosotras.

Minji aún parecía asustada.

— Estamos viendo películas — aclaró haerin apuntando a la televisión, en la cual se reproducía Shrek 2.

— ¡¿A las cuatro de la mañana?! — minji suspiró cansada y avergonzada.

— A las cuatro de la mañana — confirmó Dani.

La pareja de chicas rió intentando calmar a su mayor, que aún se encontraba muy confundida, en shock literalmente.
Al final terminó mirando la película con ellas, y se dió cuenta de que las noches de estas chicas, no eran para dormir.

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