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𝗱𝗲𝘀𝗱𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝗵𝗮𝗲𝗿𝗶𝗻 𝘆 𝗱𝗮𝗻𝗶𝗲𝗹𝗹𝗲 𝘀𝗼𝗻 𝗻𝗼𝘃𝗶𝗮𝘀, 𝗻𝗶𝗻𝗴𝘂𝗻𝗮 𝘁𝗶𝗲𝗻𝗲 𝗺𝗶𝗲𝗱𝗼

La ciudad había sido invadida por las pequeñas gotas de agua que caían del cielo, lleno de oscuras nubes grises.

El sonido de la lluvia chocando con la ventana, era lo más audible hasta ahora, las luces de la ciudad se veían borrosas debido al agua, que no dejaba ver lo hermosa que era la ciudad de noche.

Haerin, miraba todo aquello desde su cama, totalmente en silencio con cuidado de no despertar a la persona dormida a su lado, danielle, su novia.

En medio de la oscuridad, la furia de la lluvia apareció, manifestándose con un ruidoso trueno que parecía quebrarse y explotar en el cielo. Haerin cerró sus ojos con fuerza y ocultó su cuerpo bajo las sábanas frías.

— Danielle... — susurró bajito la gatita asustada, pero su novia no parecía escucharla — Por favor despierta.

Movió el cuerpo de la mayor, y ella pareció reaccionar ante su toque, algo confundida por su repentino despertar, pero más preocupada por ver los ojos cristalinos de haerin.

— Bebé... ¿Qué pasa? — preguntó levantándose de golpe y guiando el cuerpo delgado de haerin a su pecho.

La menor sólo pudo aferrarse al cuerpo de la otra, con sus ojitos cerrados y sus manos temblorosas.

— ¿No haz podido dormir? — preguntó danielle, dando besitos a la frente de haerin.

— No es eso — dijo haerin.

— Entonces, dime qué pasa, no me gusta verte así, nunca me habías despertado y mucho menos me eh levantado con una imagen de ti llorando haerin — danielle le dió un tierno, pero duradero beso a la menor, demostrándole que tenía todo su apoyo sin importar lo que fuera.

Entonces, otro ruidoso y agresivo trueno se escuchó, haerin dió un salto en su lugar y se aferró con una fuerza inigualable a la cintura de danielle, ocultando su rostro en el cuello de la misma, marsh comprendió todo.

— Ah, entiendo — la mayor sonrió con ternura, haerin era su pequeño gatito al cual debía cuidar de sus miedos. Y es que aunque la menor fuera muy neutral y muy inexpresiva en muchos sentidos, por dentro, era una pequeña niña que debía ser cuidada y acompañada por quienes más ella quería — Haerin, mí haerin.

Danielle tomó con cariño el cuerpo de su novia, dándole besos por todo el rostro y parte de su cuello y hombros, tratando de calmarla. Entrelazando sus manos y haciendo suspirar a haerin.

Todo en ella era hermoso, haerin era hermosa e incluso asustada se veía realmente bien, su olor suave y su cuerpo tan sensible ante los dedos y labios de danielle, sus suspiros y su lenta respiración, sus manos temblorosas y tímidas que se paseaban por el cuello de la mayor. Haerin era perfecta.

— Estoy aquí, estoy junto a ti haerin — los truenos y la lluvia parecían hacerse más intensos, pero la menor reaccionaba con menos miedo, enfocada totalmente en los dulces pero necesitados toques de su novia en su piel — Te amo.

— Dilo otra vez — pidió haerin dándole un fugaz beso a danielle.

— Te amo, te amo haerin — ella suspiró satisfecha, y las manos de la mayor viajaron por debajo de su blusa, causándole pequeños destellos de satisfacción y cosquillas — ¿Tu me amas también?

— Sí, lo hago — contestó.

— Dilo — danielle detuvo sus toques para de nuevo abrazar a haerin, ambas sintiendo miles de mariposas en su abdomen — Dime qué me amas también.

— Te amo, danielle — contestó haerin uniendo ambas frentes, sintiendo la respiración caliente de su novia, danielle la besó — Te amo, te amo, te amo — dijo para luego volver a unir sus labios.

Danielle sonrió entre el beso, y se recostó en la cama haciendo caer a haerin sobre ella, sin dejar de besarse.

— No debes tener miedo, nunca haerin — susurró la mayor, sintiendo el cuerpo cálido de haerin sobre sí.

— No tengo miedo cuando estoy contigo — haerin, dió tiernos besitos en el cuello de su novia — De alguna manera, me siento segura a tu lado, me haces sentir tan bien danielle, siento que puedo ser capaz de hacerlo todo con tan sólo mirarte.

— Igual yo, cuando estoy contigo me siento invencible ¿sabes? — danielle comenzaba a quedarse dormida, al igual que haerin.

— Te amo — susurró la menor, depositando un último beso en los labios de su hermosa novia, luego de eso, ambas se olvidaron de todo y de todos, dejando a la oscuridad y la lluvia, en completa soledad.

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