<15>

3.1K 325 24
                                    

El escuchar una suave melodía de piano, murmullos de personas ajenas y las risas era casi un alivio para ti.

Por fin podías respirar aire fuera de aquella propiedad.

Habías tenido tiempo para meditar a fondo tu situación, y sabías exactamente que hacer.

Tus tacones hacían un suave ruido al caminar, tú y Mikey rodeados de los hermanos, Sanzu, Kokonoi, Mocchi y Akashi, todo mientras sujetabas el brazo de Manjiro con una sonrisa.

Muchos se acercaban a saludar y felicitar, en cambio, tú solo mirabas, una vez en la mesa la plática comenzó, platica que en su mayoría se centraba en los asuntos de la misma organización.

Asi qué preferiste dar una vuelta.

"Iré al tocador Mikey" Susurraste por debajo esperando que aquellas palabras no significaran gran problema, a los segundos Manjiro asintió concediendo su permiso, así que tomaste camino perdiéndote entre la gente.

"Sanzu" De inmediato el nombrado acudió al llamado de su superior, al entender dejo su asiento sin molestia buscando dirección.

El sonar de tus tacones se detuvo una vez que entraste al baño de damas, estaba vacío para tu suerte, tomaste un respiro y con la duda plasmada en el rostro miraste tu reflejo en el espejo.

"¿De verdad voy a hacerlo?"

Te preguntaste a ti misma, estabas consciente de la 'amenaza' qué Manjiro había dictaminado, pero algo en tu interior esperaba que no fuera devastador para él, que entendiera tu necesidad de hacerlo y lo superara.

Una vez preparada dirigiste tu vista a la ventana del sanitario, era estrecha, pero con un poco de trabajo pasarías.

Agradecías estar en un edifico de una sola planta, pero la realidad es que el solo hecho de no saber si había alguien al otro lado de la pared te erizaba la piel.

Con un último respiro estuviste lista, te quitaste tus tacones y subiste sobre el lavamanos y con esfuerzo poco a poco saliste del edificio, soltaste tus manos de la ventana, dejándote caer sobre el frío suelo de un callejón.

Éxtasis. El éxtasis recorría con rapidez cada esquina de tu cuerpo, haciéndote sonreír, con cautela caminaste algunos pasos siendo guiada por el sonido de los autos a la salida de aquel largo callejón, las luces de los edificios deslumbraban tus ojos haciéndote parpadear, tus manos sostenían tus tacones con fuerza y tus pies avanzaron aumentando la rapidez con el único propósito de alejarte.

No sabías exactamente que hacer, pero sí a donde ir.

Mientras experimentabas aquel sentimiento de libertad, otro sentía como su mundo caía lenta y cruelmente.

"¿Estás seguro?" Preguntó con seriedad, sus puños se cerraron con fuerza y su mirada endureció.

"Sí, debió usar la ventana" Respondió su mano derecha con la mirada cabizbaja, no sabía exactamente como sentirse al respecto.

"Encárgate" Ordeno, dejó su asiento y salió del restaurante sin inmutar a nadie.

La noche se había vuelto blanca y esperanzadora, pero también negra y desgarradora.

La adrenalina terminó por disminuir después de unas cuantas calles, estabas a una distancia bastante prudente del restaurante, y ahí fue cuando pudiste pensar en paz. Miraste a tu alrededor notando que estabas en un parque infantil, tomaste asiento en uno de los columpios para descansar y pensaste en como actuar de ahora en adelante.

¿Debería ir a la policía? ¿Continuar mi vida? ¿Y si me busca? ¿Me mudo? ¿Qué pasará con mi trabajo? ¿Mis amigos y familia? ¿Y si les hace algo? Pero... ¿Y si él se hace algo? ¿Y si se lastima? Todo porque me fui... ¿Sería mi culpa?

Tal vez eras libre en tu forma física, pero comenzabas a ser prisionera de tus pensamientos.

Eso hasta que una voz masculina te interrumpió.

"Parece que tuviste una mala noche, ¿Puedo sentarme? A mi tampoco me gusta mi noche" Al verlo encontraste a un hombre de cabellera rubia, un llamativo tatuaje en su cien y un cigarrillo a medio fumar entre sus labios.

"Adelante" Respondiste, mirándolo sentarse a tu lado, continuó fumando en silencio mientras tú recargabas tu cabeza en la cadena del columpio y reanudabas tus pensamientos.

Sabías de lo que Manjiro era capaz, lo que te aterraba era que cumpliera su amenaza sabiendo que quedaría en tu conciencia siendo un acto que podías prevenir al quedarte con él. Pero, por otro lado, sabes que necesita ayuda, que no puedes brindarle, sabías también lo que tú necesitabas, pero no negabas el cariño que le habías tomado, después de todo también tuvieron momentos dulces.

Entonces.

¿Qué debías hacer?

"¿Qué tan mala debió ser tu noche para tener esa cara?" Pregunto el extraño apagando la colilla con su zapato.

Dudabas en contestar, después de todo es un extraño, pero podías alterar la realidad un poco.

"Digamos que hui de mi ex, pero sabe donde vivo" Respondiste alzando el rostro para mirarle con claridad.

"¿Es un secuestrador?"

"No" Mentiste entrelazando tus dedos, el frío viento soplo sobre tu espalda provocándote escalofríos.

"¿Entonces que te preocupa?"

"Me da miedo la posibilidad de que vuelva y me acose"

"¿Tiene acceso a ti?"

"Sí"

"Ese es un problema, No tienes con quien quedarte?" Negaste con la cabeza ante su pregunta, no tenías familia aquí y tus pocos conocidos estaban trabajando en el hospital. "Puedes quedarte en mi taller si quieres, si eso te hace sentir más segura, yo me quedaré en mi departamento, está en la planta de arriba, así que estaré a una llamada de distancia, el taller tiene cama, así que estarás cómoda"

Su propuesta parecía amable y sincera, además no tenías con quien ir. Así que las opciones eran ir con un total extraño o dormir bajo el tobogán de piratas.

"Puedes llamarme Draken"

"Puedes llamarme Draken"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

═══════ •♡• ════════

Hola tesoros

Espero lo hayan disfrutado

XOXO

═══════ •♡• ════════

DOC. «Manjiro Sano x Reader»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora