El Modo de Sherlock Holmes

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Plutarco estaba dolido por tener que comenzar desde el inicio, pero el tenía que  acabar el trabajo, el no era de los que se iban sin acabar algo, pero quería volver a casa con su familia, y ahora iba a tardar más en volver, ya que todo acababa de complicarse, y pensó que debería de haberlo aceptado. Plutarco pensó 'Algo se les tiene que haber pasado por alto, en las escenas del crimen, o algún testigo', así que se levanto del sofá, fue a la cocina, y abrió un vino Keblaf del 56, el mejor de su cosecha, se echó un poco en un vaso, se sentó en su butaca, y se lo tomó poco a poco, todo mientras pensaba sobre el caso. Después de acabarse el vaso, dijo en voz alta "Pues claro, soy reestupido, reestupido, veré las escenas del crimen por mi propio ojo y yo interrogarte a los sospechosos, reestupido".
Esa noche, le costaba mucho dormir, tenía el extraño presentimiento de que algo malo iba a ocurrir, y de que una gran pista se perdería si esperaba, y que no podría detenerlo, miro el reloj y eran tan solo las 3 de la mañana, pero sabía que ya no dormiría más, así que se levanto, se vistió y se fue aún de noche. Poco después de montarse en el coche, se pregunto dónde iba, una gran pregunta, pero no lo sabía, lo único que sabía era que una de sus pistas, que posiblemente una persona importante para el caso moriría esa noche. Poco a poco, estaba siendo dominado por la ansiedad, cuando se le vino a la mente ' Las primeras víctimas vivían en el 23A de Station Avenue'.
Se dirigió allí, y al llegar, encontró una cinta policial alrededor, paso por debajo, abrió la puerta y encontró la casa muy limpia y ordenada, como si no hubiese ocurrido nada. Entro en la cocina, y miro en los cajones, pero solo había cubiertos, platos, ollas... Así que dejó de buscar allí y paso a los aseos, miro en los cajones, en los que no había nada, bajo la tapa del bater, en la cisterna, pero nada, cuando estaba por rendirse, entro al cuarto de matrimonio, y registro los cajones, los saco todos y les dio la vuelta, sonó un <Plang>, mire en ese cajón, y había dos cartas, y bajo ellas reposaba el falso suelo del cajón.

En la primera carta ponía:

    Querida Kelly
  Ya estoy cansado de guardar   
  este secreto, no puedo más,
  lo voy a destapar todo,
  todo saldrá a la luz, y
  será nuestro fin.

En la segunda carta ponía:

     Estimado Tu
  Ya hablamos de esto, y
  juraste guardar el secreto,
  mañana lo hablamos, en el
  parque a las 9:00, no
  llegues tarde.

Plutarco salió de la casa y se dirigio al parque, una vez allí, se sentó en un banco, saco el ordenador de su mochila, y hackeo las cámaras del parque, no fue difícil, ya que la seguridad era muy reducida, miro las cámaras desde las 8:55 a las 9:05, y solo vio a Kelly ya a alguien de espaldas, llevaba una gorra, y era imposible buscar su cara en la red de la policía, pocos segundos más tarde, el señor miraba fijamente a la cámara, pero llevaba gafas y un paño en la cara, además, se veía borrosa. Intento mejorar la calidad del vídeo, pero no pudo, era inmejorable.

Como era muy temprano, y todavía faltaban horas para poder interrogar a los sospechosos, así que me puse una alarma a las 9:00 y me tire en la parte de atrás del coche. Cuando sonó la alarma, se noto dolorido, pero no le importaba en ese momento, se tomó un Paracetamol con un poco de agua, y se dirigió a la mansión de la escritora, más tarde iría a ver cómo estaba, pero ahora iba a lo importante.
Una vez en la mansión, llamo a la puerta y un Joe recién despertado con cara de sueño, le abrió la puerta, al ver a Plutarco pregunto "¿Que haces aquí?" Y Plutarco respondió "Como tengo un máster en psicología y en criminología, he pensado que soy el más adecuado para interrogar a los sospechosos", a lo cual Joe de mal humor, saco un cigarro, lo encendió, dio una calada y dijo "Ni quiero ni tengo porque dejarte interrogar a mis sospechosos, así que largate". Joe cerró la puerta y Plutarco se montó en su coche, pero no se rendiría tan pronto, dejo el coche al lado de la carretera, a unos 600 metros de la mansión, cosa que evitaría la sospecha de Joe. El lado izquierdo de la mansión estaba rodeada de árboles, así que se subió al más alto, y salto a la ventana. Se quedó agarrado a la ventana, pero era muy resbaladizo y lo recordó:

Narra Plutarco:

Mi hermano y yo estábamos en el bosque que había tras nuestra casa, nos encantaba jugar al escondite allí, y pasábamos allí la mayor parte del tiempo. Un día, estábamos jugando al escondite, y como mi hermano era la persona más competitiva que conocía, se subió a un árbol muy alto, tarde horas en encontrarlo, y ahora tenia que pillarle, ya que el tipo de escondite que estábamos jugando, era de pillar, por suerte, ese mismo verano, habíamos ido a un campamento, donde nos enseñaron escalada, a hacer fuego, y otras actividades al aire libre, así que yo lleno de confianza, escale el árbol, y fui a pillarle, pero el salto y cayó a otro árbol cercano, pero rodo y se quedó colgando, yo muerto de miedo, baje a ese otro árbol de un salto, cuando la rama en la que estábamos empezó a bajar y romperse, yo le cogí la mano a mi hermano, y el me dijo con la cara llena de lágrimas "Suéltame Pluti, si no caeremos los dos", yo, que no podía permitirme perder fuerza sollozando, le dije "Agarrate fuerte, todo saldrá bien", y el me dijo "Tranquilo Pluti, esto no es tu culpa", se impulsó con la pared y cayó al suelo con un sonido de huesos partiéndose <Crack>, un dolor me recorrió todo el cuerpo y sentí la perdida en el fondo de mi alma, luego baje del árbol, y corrí hacia el, no respiraba, me asusté mucho, le cogí y me lo lleve a casa, grité "¡Mamá, Mamá, Christian se cayó del árbol, Mamá, Mamá, ayúdalo, ayúdalo!".
Días más tarde atendí a su funeral, mamá estaba destrozada, y yo no volví a subirme a un árbol más.

Al recordar eso tenía por mi vida, y casi me suelto, pero con una verdadera demostración de fuerza, conseguí entrar por la ventana y quedarme en el suelo, al levantarme, vi el cuerpo de un señor en el suelo con un cuchillo clavado en el pecho, en ese momento, me quite la mochila, y saqué los polvos de talco, el escáner, y el ordenador, lo encendí, y mientras tanto, imprecne un papel en polvos de talco y lo puse en el mango del cuchillo, pasé las huellas resultantes por el escáner, y las busque en la red de datos de la comisaría, me salió que eran las de una tal Jessica, lo limpie todo, salí de la habitación, al mirar a la puerta, vi que quien había muerto era Alexander, y había otro nombre más en la puerta de al lado, era Jessica, rece por que fuese esa Jessica y entre, la vi con las manos ensangrentadas, ella vino a mi y cerró la puerta, además, me dijo "Se lo que parece, pero no es lo que piensas Plutarco", yo saqué la pistola y la apunté, la mire extrañado,(Como diciendo que sabes tú que yo no se) ella me dijo que había una carta sobre la cama, una que la incriminaba, así que la cogí y la leí:

   Querido Alexander

A llegado la hora de tu
muerte, y te aseguro de que
no podrás evitarla.
   
    Besos Jessica

Mire la carta, la mire a ella, y me dije 'No parece tan estúpida como para poner su nombre en la carta, pero nunca se sabe', luego, le dije desconfiado " Te creo, pero se de buena tinta que nadie más lo hará, esa que dice ser tu amiga, Ella creo que se llama, en cuanto lo sepa te arrestara, ¿Y eres inocente no? Tienes que deshacerte del cuerpo, solo entonces serás libre"

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⏰ Última actualización: Oct 12, 2023 ⏰

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