♡︎𝙳𝚒𝚊𝚛𝚒𝚘 𝚍𝚎 𝚞𝚗𝚊 𝚙𝚛𝚒𝚗𝚌𝚎𝚜𝚊 𝚎𝚗 𝚞𝚗𝚊 𝚝𝚘𝚛𝚛𝚎♡︎

Ella y yo.

Ayer me enamoré.
Me enamoré de una chica.
Una chica silenciosa.
Una chica franca.
Una chica tranquila.
Una chica que me hace pensar.

Esta chica me mira a los ojos directamente.
La primera vez que lo hiso,
sentí pánico por aquellos ojos profundos y extraños,
pero aprendí a verlos y a descubrir la belleza que habita en esos ojos vacíos y profundos.

Ahora me regala una sonrisa junto a un suspiro
mientras me abre los brazos en busca de un abrazo.
Un abrazo que al inicio se me hacía lejano y frío.
Ahora se que esa frialdad es la misma con la que me recibo a mi mismo entre mis propios brazos.

A veces cuando visito a esa chica me llevo un libro,
o mis audífonos con una canción que me guste,
o un cuaderno para dibujar,
o para escribir los más sinceros versos.
Y a ella no le molesta,
a ella le gusta verme hacer cualquier cosa.

En ocasiones estoy tan cansado que no la quiero conmigo,
porque aveces me ahogo en el poso de sus ojos
o en la frialdad de su abrazo.

Y a ella no le molesta que nuestra íntima reunión sea interrumpida por alguien más.
Pero en el momento que alguien más me hace compañía, está chica se va.
Sin refutar.
Sin pelear.

Esta chica me hace pensar en mi.
Me hace analizarme.
Estudiarme.
Darme cuenta si lo que estoy haciendo está bien o si siquiera lo disfruto de verdad.

Ella me enamoró cuando aprendí que no es mala,
que es otra chica poco comprendida.
Una chica a la que muchos llamaron mala, pero solo no se molestaron en ver poco más allá del vacío de su rostro niveo, decadente de agite, y de expresión pasible.

Por eso somos ella y yo.
Un ermitaño enamorado,
Y la chica que se llama soledad.