Scars // Katsuki Bakugo (💥)

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A Katsuki le costaba todavía asimilar el hecho de que había muerto.

El momento en que el brazo (si es que así podía llamarse a esa extremidad deforme) de Shigaraki dio en el centro de su pecho se sintió como si lo hubieran pinchado. Como si mientras su cuerpo inmóvil rodaba por la tierra le estuvieran quitando el aire por un orificio. No sintió cuando terminó de moverse. Sólo recuerda esa vaga imágen de él pidiéndole con vergüenza a un All Might desfigurado que le firme su carta favorita, que según él había sido una alucinación por el cansancio, pero tampoco la había entendido mucho. Luego, nada.

Y luego abrió los ojos, como si se hubiera despertado de un sueño. Porque así lo había sentido él. Sólo se había dormido en medio de la batalla porque, aunque no lo quisiera admitir, estaba exhausto en esos momentos. Por eso le confundió ver que estaba en una cómoda camilla de hospital y no tirado en el suelo.

Best Jeanist, que estaba a su lado en una silla, rompió en llanto al ver a su pupilo despierto, y esto lo confundió mucho más. "¿Qué carajo? ¿Por qué mierda estás así?" le había dicho. Pero tomando cada vez más conciencia notó, no solo la insana cantidad de vendas que lo rodeaban, sinó el cuerpo completamente entumecido y un peso raro en el pecho.

Su maestro y unos doctores tardaron en explicarle la situación debido a lo compleja que era y cómo le caería. Y no le cayó para nada bien. No podía ser. A ver, no era cosa imposible, los quirks de resurrección probablemente existieran, pero no había chance de que fuera cierto. Negaba la cabeza, inamovible, gritando a diestra y siniestra que dejarán de gastarle una broma. Causó tal escándalo que tuvieron que dormirlo unas horas más. 

Pero ahí estaba, esa marca en su pecho que en algún momento estuvo hueca, con su corazón y pulmones completamente destrozados, prueba de que todo lo que le habían contado sí había pasado. Que por un momento su pulso había frenado. Que un héroe lo había salvado al costo de su propia vida 

Edgeshot, el héroe ninja, a quien le debía su victoria, vitalidad y ojo derecho. Estaba completamente agradecido y enojado con él, pues tampoco podía comprender tal sacrificio. Lo único que sabía de él es que era muy amigo de su maestro desde que estudiaban juntos. Pero de seguro había gente que también lo esperaba, preocupada por lo que podría pasarle en ese horrible campo. Gente que lo amaba, que lo necesitaba. Había abandonado todo para salvar a un mocoso.

Pero lo que más le inquietaba era la eterna duda que nunca sería respondida por su causante.

Si había muerto tanta gente, héroes y civiles, en la guerra, ¿por qué tomarse la molestia de devolverle la vida a una sola persona? Le parecía demasiado injusto por todas las pérdidas que habían sufrido a causa de la guerra y que muchos no podrían pasar por el mismo alivio que sus padres al verlo volver.

Y, por sobre todas las cosas,

¿Por qué él...?