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Ovidio seguía siendo atractivo.

Se presentó con mi Madre.

¿Y tú quieren eres?

Rebecca, la hija de Natalia. - nos saludamos, con un beso en la mejilla e Iván parecía estar molesto -

¿Que sucede, Rebecca? Te noto triste - dijo Ovidio, sentadose a mi lado -

Es que estoy un poco aburrida. - respondí -

Pues yo te puedo ayudar. ¿Quieres que te enseñé a disparar? Estando aquí, necesitas saber.

¿De verdad? - dije emocionada -

¡Claro!.

Así no, Chula.

¿Entonces cómo? - me tomó de la cintura, y después me ayudó a sostener el arma, por fin pude disparar bien -

Gracias, Ovidio. - me di la vuelta, quedamos solo a unos centímetros. Ovidio entonces me besó, yo le seguí el besó, nos separamos por falta de aire -

¿Que están haciendo? - dijo Iván al ver qué Ovidio me tenía de la cintura -

Solo estaba enseñando a Rebecca, a disparar.

¡Quita tus manos de su cintura!

Natalia, llegó y noté qué tenía un anillo de diamante. Abrazo a Iván y lo beso.

¿Y ahora que pasa?

Tenemos una noticia. - Iván la apartó de él -

No creo que sea un buen momento, Natalia.

¿Por qué? - pregunto mi madre -

Por qué quiero que sea más formal.

Iván creía que yo era una estúpida, entonces decidí a hablar.

¿Se van a casar?

¡Si! - dijo mi madre sonriendo - ¡Nos vamos a casar! En el viaje a Colombia, Iván me propuso matrimonio. - Iván dio un suspiro -

¡Felicidades! ¡Nat! - se acercó a ella y la abrazo -

En ese momento Ivan y yo nos miramos, yo solo demostraba mi desaprobación. En ese momento sentí un dolor en el vientre.

¿Estás bien? - pregunto Ovidio -

¡Si! ¡Estoy bien!


Nuevamente estuve llorando, no amo a Iván, pero él era muy cruel. Recordé la ausencia de mi período. Fui a comprar una prueba de embarazo.


Esperé 30 minutos y solo apareció una línea durante, me sentí muy aliviada, de igual manera tenía que ir al médico.

- suspiré aliviada. Tire la prueba en el bote de basura de mi baño. -

¡Ey! - dijo Alfredo - Pareces prisionera aquí, siempre estás sola.

Pues no puedo salir por así lo ordena Iván.

¿Te gustaría conocer a la sobrina de mi esposa? Tienen la misma edad, seguro serán buenas amigas.

Si! Por favor! Me volveré loca si no hablo por persona de mi edad!

Al rato vienen.

Entonces conocí a Sarahí, ella llegó con una amiga, Clara. Alfredo tenía razón, me llevaba mucho mejor con ellas que con mis antiguas amigas. Sin embargo a veces bebían demasiado, incluso consumían drogas.

Durante días evadí a Ovidio, estaba tan avergonzada por lo ocurrido.

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