Han Jisung, un chico de 18 años que ama divertirse en fiestas y encuentros con amigos o familiares. Un buen estudiante que no tiene preocupaciones hasta que llega Lee Minho a hacerle la vida imposible.. Pero todo esto cambiará desde que Jisung sufre...
Habían pasado ya unos días desde el encuentro de aquellos dos, para ser exactos, 5 días. Resulta que Minho estaba en el mismo salón que Jisung a pesar de que este era 2 años mayor que el. Minho lo molestaba siempre que podía, lo empujaba, insultaba, humillaba y cosas por el estilo, aún así Jisung no le importaba lo que los demás le hicieran, el era un chico listo y no se dejaba llevar por cualquiera.
- Maldito Minho, solo busca problemas. - Exclamó mientras arrugaba la cara e iba caminando en dirección al baño, marcando sus pasos en pisotones, Minho le había echado todo el jugo encima; era un patán.
-¿Qué decías de mí? - Una voz detrás de él le preguntó con un tono amenazante. Jisung sintió como todo el cuerpo se le debilitó y se le erizó la piel.
Dio la vuelta y pudo observar a un chico mucho más alto que el y con un cuerpo más fornido mirándolo de forma tranquila pero fría, esa miraba que tanto odiaba, la de Lee Minho.
- Sí, ¿Algún problema? - Se quejó con el seño fruncido. A decir verdad, a Minho le causaba gracia como el menor quería ser intimidante y no podía, parecía bobo intentando.
- Agh.. Eres muy molesto, enano. Te dije que fue por accidente así que no le des más vueltas al asunto. - Reclamó con falsedad, todo el mundo sabía que Minho odiaba a Jisung y Jisung odiaba a Minho, no podían llevarse bien de ninguna manera, y eso que sólo había pasado cinco días.
- Tú siempre dices que es accidente, Lee. Nadie te cree eso, ni tu propia mamá. ‐ Dijo esta vez más tranquilo porque sabía que Minho no le podía hacer nada ya que según el, era un cobarde.
- Si cierto, pero tengo que recordarte que tu eres un accidente, no se como tu madre pudo estar tan feliz cuando naciste, solo sirves para molestar. - Gruñó de forma fría, ni el sabía que había dicho tal cosa, pero lo que sí noto fue cómo la sonrisa del castaño se desvaneció y sus ojos se agüitaron.
‐ E-eh.. Sabes, adiós, no quiero ni verte en este momento. - Habló entrecortado y con un nudo en la garganta. Jisung era un chico muy sensible aunque no le importaba lo que dijeran de él, pero en este caso sintió como su pecho empezó a oprimirse, así que agachó la cabeza y se fue de ahí lo más rápido.
Minho no entendió que había pasado.
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Minho había llegado a su casa luego de no hacer nada en todo el día, digo "nada" porque el pelinegro no hacía ni una pizca de algo en clases. Subió a su recámara y encendió el TV para jugar en su Xbox, de repente, escucho unos golpes en su puerta.
- Lee Minho, abre la puerta. - Su mamá lo llamó desde el otro extremo tocado la puerta cada vez más fuerte. Minho se levantó con pereza y abrió la puerta de su habitación, al otro lado lo esperaba una mujer alta, piel pálida, de unos 44 años, pelo lacio y una mirada mucho más fría que la de el. Lee Sun-Mi, más conocida como Sunmi, era una empresaria de mucho prestigio y buena mentalidad, ella era la dueña de Lee's Makeup, su tienda de maquillaje.
- Ya ratos te estoy llamando para que bajes a cenar, deja ese video juego de lado y ven. - Exclamó con tono desafiante, pues sabía que si no lo hacía así, Minho no iba a hacerle caso. Minho bajó con ella y se sentó en la enorme mesa que quedaba cerca de la cocina.
- ¿Y papá, comeremos juntos? - Preguntó un poco decepcionado, el señor nunca cenaba con ellos. Se sentó en una silla y comenzó a comer.
- No, y yo tampoco cenaré aquí, tengo mucho trabajo y no puedo perder el tiempo contigo. - Respondió la mujer mientras iba caminando hasta la salida recogiendo sus cosas. Minho solo la miro, la verdad era muy normal para el, casi nunca estaban en casa así que se acostumbro a tal trato.
- Está bien, adiós madre. -Habló para luego seguir comiendo hasta terminar y así subir a su cuarto de nuevo. Iba a ser una noche larga para Lee Minho.
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Jisung estaba terminando de ordenar su habitación para poder hacer más portadas de todos sus nuevos cuadernos, eso siempre le emocionaba. Cuando se iba a sentar en el escritorio, pudo observar un resplandor un tanto fuerte que se adentraba desde su ventana, la luz de la luna estaba super brillante. Jisung caminó hasta el balcón y salió para admirar la luna más de cerca, su pasatiempo favorito era dibujar el cielo, mas cuando estaba de noche.
- Que linda mi luna.. Tan brillante como siempre. - Jisung susurró, la luna era su lugar seguro, algo que estaba con el pero no presente, si no en la mente. Una nube ocultó la luna y no le quedó más remedio que entrar de nuevo, ya era tarde así que se fue a dormir pensando lo hermoso que era esa luz...
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Pobre nuestro jisung, Minho cae mal eh- SJSJJS Igual hay que entenderlo. Cualquier error me dicen.😽 801 palabras.
