Han Jisung, un chico de 18 años que ama divertirse en fiestas y encuentros con amigos o familiares. Un buen estudiante que no tiene preocupaciones hasta que llega Lee Minho a hacerle la vida imposible.. Pero todo esto cambiará desde que Jisung sufre...
Maldita sea, Jisung no había parado de llorar, no sabía nada de Minho hace un día y todo por ser un estúpido, el sabía que tenía la culpa. Usar esa expresión no fue lo mejor, y ahora se siente pésimo. Lo que quería era estar con el ese momento, abrazarlo y decirle lo mucho que le gusta y lo amaba, sin ningún remordimiento y sin nadie que los molestara.
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— Jisung, deja de llorar por un hombre. — Hyunjin estaba comiendo un pan mientras consolaba al peliazul.
— ¡¡NO ES UN SIMPLE HOMBRE, ES LEE MINHO!! — Lloriqueo gritando.
— ¿Y que sientes por ese tal Lee Minho? — Hyunjin le preguntó.
— ¿Qué siento por el? Es el chico más lindo que he visto en mi vida, tanto físico como personalidad, forma de ser, actitud.. Todo en el es hermoso. Esos ojos como perlas brillantes, sus labios, cuerpo, voz, cabello, risa, sonrisa, manos, caricias, abrazos.. Sus lindas palabras de consuelo, cuando era de noche y observábamos la luna, todo se sentía tan lindo al estar a su lado o en su regazo. — Con lágrimas brotando de él, terminó de hablar.
— Entiendo, adiós. — Se despidió con el bocado en la boca.
— ¿Por qué todos se van hoy? — Se tiró a la cama llorando, cuando de repente vio un papel en la sábana.
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— Hyunjin te adoro. — Jisung gritó con emoción, corrió a cambiarse ya que eran las 6:21 p.m, si no llegaba a la hora que era, posiblemente no tendría la oportunidad de nuevo. Fue lo más rápido posible.
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— Jinnie, ¿Ya vas a llegar? Son las 6:27, no jodas, re tarde y vos no estás aquí. —
— Te dije que dando las 30, calma pendejo. — La voz en el telefono cortó y Minho quedó un poco enfadado.
— Maldita sea Hyunjin, ¿Dónde estás? — Frustrado se dio la vuelta, quedó sorprendido por quien estaba ahí parado, era Jisung, quien tenía un papel en la mano y lágrimas cayendo de él.
— ¿Honnie? — Tartamudeo.
— ¿Jisung, qué haces aquí? Vete. — En brazos cruzados agarró su patinete para irse de ahí, pero un abrazo por la espalda lo detuvo.
— ¡No me dejes! Tengo que decirte algo.— Con el nudo en la garganta y su cuerpo pegado al del contrario, hizo fuerza.
— ¿Qué pasó? — Le gruñó enojado.
— Por favor, háblame de nuevo. Se el error que cometí, pero la verdad es que te amo demasiado, te amo como no te imaginas y lo que siento por ti no es solo como amigos, esa noche tenía miedo de que supieras mis sentimientos, pero me di cuenta que por pensar en mí olvidé tus sentimientos y lo que sentías. Perdón por ser tan idiota y no notar lo que querías decirme, desde que te conocí haz mejorado mi vida y yo he mejorado la tuya, admite eso. Los dos podemos solos, pero estando juntos logramos más cosas... Te amo Lee Minho, el único que me hace sentir enamorado de verdad. — Habló hasta quedarse sin aire, notó como el cuerpo del mayor se relajó y dejó el patinete.
