12. El tiempo va deprisa...

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— Eso es... — murmuró Ukyo sorprendida

— Un carro de Okonomiyaki nuevo — añadió Ranma rápidamente — Es para ti... —

— Ranma, hiciste esto por mi? Eres tan dulce! — hablo Ukyo con tanta felicidad acercándose a abrazar al chico de la trenza, pero este le detuvo de los brazos — Qué pasa?, Déjame agradecerte este regalo de bodas! —

— No, Ukyo... No es un regalo... y menos de bodas...—

— Qué? Pero... No entiendo, si no es un regalo, entonces qué es? — Comentó aún emocionada,  el azabache tomo aire, estaba nervioso ante lo que diría

— Estoy regresandote la dote que tú padre nos dio por ti cuando éramos niños... —

— ...Qué?... —

— Lo siento Ukyo, pero... Ya no quiero ser tu  prometido — solto el chico de la trenza con firmeza mientras la castaña lo miraba incrédula sin poder responder

Aunque no era la única, el resto de la familia estaba igual de sorprendida, a excepción de Soun, Nabiki y Jing, quienes ya tenian en mente el plan del azabache

— Qué descortés eres Ranma!!! — menciono Ryoga con altaneria — Asi no se les habla a las mujeres —

— Cómo se les debe hablar, joven? — habló Jing mirando fijamente al chico del colmillo — Gritando en el día de su boda?, Interrumpiendo uno de los momentos más importantes? — Ryoga se quedó mudo, dio pasos hacia atrás, él era tan culpable como Ukyo y los otros, además, le había arrebatado a Ranma la oportunidad de quitarse aquella horrible maldición, aunque igual padecía una...

— Ranma... — murmuró Akane, lo suficientemente fuerte como para ser escuchada por el chico de la trenza

— No hay excusas Akane — soltó Ranma mirando fijamente a su prometida, no con enojo pero si con firmeza para que ella no se interpusiera de alguna forma — Te devuelvo todo lo que mi padre alguna vez tomó injustamente, nuestro promesa de matrimonio queda anulada  y.... Espero que no vuelvas a meterte con Akane nunca más —

A la pobre Ukyo sus ojos se llenaban de lágrimas, era inevitable sentir tantas emociones negativas en ese momento, tanto esfuerzo, tanta búsqueda... Había sido en vano, el joven de la trenza ya había elegido a su compañera, y no era ella...

— Ranma... Por qué?... — Murmuró la castaña con la voz entrecortada

— No es justo para Akane que este metido en varios compromisos, así como tampoco es justo para ti esperarme cuando... No siento lo mismo... — Ranma desvío la mirada, le dolía ver a Ukyo llorar, sabía que no era un chantaje pero aún así no daría un paso atrás

— Gracias... — soltó Ukyo con una sonrisa entre lágrimas — Aunque... Tu y yo no estemos juntos... Agradezco que hayas respetado el legado que mi padre me dejó... — comenzó a sollozar siendo Akane quien se acercó a consolarla

— De veras lo siento Ukyo... — susurró ella mientras la abrazaba y lloraba con ella

— No Akane, yo debería disculparme... Arruine tu boda y también arruine momentos en los que solo tu y Ranma debían estar... — murmuró dolida

— Tranquila, no te guardo ningún rencor — añadió Akane ayudando a la castaña a secar sus lágrimas

Ukyo miraba fijamente a Akane mientras le ayudaba, suspiro y con una pequeña sonrisa le susurró — Ahora entiendo por qué Ranma te eligió... Felicidades Akane, sé que serás una esposa maravillosa —

La menor de las Tendo se quedó sorprendida ante aquellas palabras, Ranma no había ni alcanzado a escuchar, lo que único que escuchaba eran lever murmullos que no comprendía, así que tuvo que quedarse con la duda, sin embargo, se encontraba tranquilo al ver que ambas no estaban peleando ni nada por el estilo

— Ya tenemos que irnos, Ryoga — Dijo Ukyo limpiando las últimas lágrimas — Les agradezco mucho su hospitalidad — añadió haciendo una leve reverencia

— Siempre será bienvenida Ukyo —

Y con eso, ambos jóvenes partieron de la casa de los Tendo, directo al restaurante de la chica, donde la chica cerro sus puertas por aquel día, siendo su compañía el chico del colmillo

— Ukyo, estás segura que estás bien? — pregunto Ryoga mirando con preocupación a la chica, había estado mirando a la nada desde hace un buen rato

— Si... — murmuró ella sin dejar de mirar por la ventana de su habitación, ni siquiera se percató de todo el tiempo que había pasado allí, el sol ya se estaba ocultando permitiendo ver las numerosas luces que el pueblo de Nerima le permitía ante la creciente oscuridad

— Si necesitas algo... —

— Gracias Ryoga, aunque en realidad... Solo quiero tiempo para asimilar la noticia... —

— De acuerdo... Ukyo, puedo preguntarte algo? —

— Qué ocurre? —

— Bueno... Tu eres de las personas que... Cuando algo no es justo o no le gusta lo dices abiertamente sin ser grosera, le sorprendió que no le dijeras nada a Ranma sobre esa decisión, qué pasó contigo? —

A la castaña se le llenaron sus ojos de lágrimas otra vez... — Me dio miedo... — Murmuró — Él se veía tan decidido que... Me dió miedo contradecirlo y pensé que tal vez me diría algo peor... Sé que en el fondo también fue difícil para él hablarme así pero él ha cambiado Ryoga... Y ya no puedo hacer nada ante eso... —

— Entiendo... — dijo desanimado dando unas palmadas de consuelo en el hombro de la chica

— Supongo que es una lección para ambos, Ryoga — continuó Ukyo, Ryoga la miro confuso — Tu tienes que olvidarte de Akane también... —

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— Ranma... No creí que serías tan directo con Ukyo... — murmuró Akane acercándose al joven de la trenza, quien había estado en el techo haciendo unos quehaceres después de que casi toda la familia le felicito por la valentía ante Ukyo

— Quiero que te sientas segura con nuestro compromiso Akane — soltó el joven de la trenza sin voltear a ver la menor de las Tendo, quien, sorprendida por sus palabras se ruborizó, aunque no tanto como la cara de Ranma

— Gracias... — Dijo ella con dulzura — Significa mucho para mí — La chica bajo con cuidado la escalera dejando solo al chico de la trenza junto con sus incontables emociones de felicidad...

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El día transcurrió con normalidad en la casa Tendo, todo estaba en calma, Kasumi se encargaba de algunos quehaceres de la casa, Genma y Soun se dedicaban a jugar en el pórtico, Nabiki se dedicaba a sus negocios, Ranma entrenaba en el dojo y finalmente Jing terminaba de acomodar algunas cosas cuando paso por el cuarto de Akane, la menor estaba sentada a la orilla de la cama con vista al dojo

— Querida, estás bien? — pregunto Jing desde el marco de la puerta

— Si tía... Solo que... Creo que aún no reaccionó por completo a lo de hace raro... No esperaba que Ranma fuera tan directo con Ukyo... Él y ella se conocen desde niños y... Sé que su amistad es importante para Ranma... — comentó Akane con melancolía

— Bueno, es un joven muy considerado no lo dudo, pero ya era hora de que te diera tu lugar mi niña — dijo Jing brindándole más confianza a la menor de las Tendo

— Yo haré lo mismo... — agregó Akane — Si Ranma es capaz de hablar tan directo con Ukyo, yo tambien puedo ponerle un freno a los que quieran algo más conmigo — terminó con decisión, sin percatarse que el chico de la trenza había escuchado, simplemente se dirigía a su habitación después de haber entrenado un poco, aquella sonrisa boba no se le borraría ni en sus sueños

— Eso suena muy bien — continuo la mayor — Sabes Akane, me eh preguntado... Además de ser la esposa de Ranma, has pensado que más te gustaría hacer con tu vida? —

SISTEMA DE DEFENSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora