Déjate las gafas puestas | FREENBECKY

12.

La habitación fue consumida por el silencio. El momento pareció prolongarse para siempre, por una eternidad. Becky ni siquiera podía pensar con claridad, toda percepción del tiempo se le fue de las manos. ¿Habían sido horas? ¿Meses? ¿O simplemente segundos? Parpadeó, mirando fijamente a los ojos de Freen. Nunca la había visto llorar, ni siquiera creía que fuera capaz de hacerlo. ¿Hacer llorar a los demás? Seguro. Pero Becky  ni siquiera había contemplado que alguien pudiera herir los sentimientos de Freen, y mucho menos hacerla reaccionar así.

Becky tragó saliva incómodamente, sin palabras. Sabía que Freen estaba esperando una reacción y finalmente encontró su voz.

"¿Tu que?" se las arregló, incapaz de decir más que eso. Freen casi saltó cuando Becky habló, luciendo completamente conmocionada. A pesar de la humedad que los rodeaba, sus ojos habían perdido su brillo habitual. Parecía completamente perdida. 

"Yo... yo era animadora en mi antigua escuela", dijo, con la voz áspera y tranquila. "Cuando esa chica se enteró de mí, yo... yo sentí que todos me perseguían ¿Sabes?" Hizo una pausa por un momento, apartando la mirada antes de encontrarse con la mirada de Becky de nuevo, con lágrimas frescas formándose. "Todos mis amigos me abandonaron. Las chicas me tenían miedo. Los chicos..." Dejó escapar una risa áspera, sacudiendo ligeramente la cabeza. "Bueno, tan pronto como se dieron cuenta de que no era algo en lo que pudieran meterse, no quisieron saberlo".

"¿Incluso Heng?" preguntó Becky, pero Freen volvió a negar con la cabeza. 

"Heng ya se había ido," respondió la chica. "Probablemente estaba jodiendo a Nita cuando traté de llamarlo esa noche". Ella se rió de nuevo, pero sonaba lejos de ser divertida. "Y lo llamé mucho esa noche..."

"Entonces, ¿Qué pasó después?" preguntó, frunciendo el ceño. "No podrías haberte ido de inmediato, ¿Verdad?" 

"Traté de resistir por un tiempo", respondió Freen, encogiéndose de hombros. "Pero... bueno, ya sabes cómo es la gente". Becky asintió. "No era exactamente la misma persona que soy ahora, como si eso no fuera obvio. No sabía nada sobre defenderme. Quiero decir, estaba bastante en forma, estando en el equipo de porristas y todo eso, pero no estaba en forma para empezar una pelea". Dejó escapar un suspiro, pasando una mano por su cabello enredado. "No es que alguna vez hubiera querido hacerlo antes de entonces..." 

"¿Es así como terminaste... bueno..." Becky se detuvo, gesticulando de arriba abajo del cuerpo de Freen. A pesar de las lágrimas que aún corrían por sus mejillas enrojecidas, la chica esbozó una pequeña sonrisa. 

"¿Construida como un buey con esteroides?" ella preguntó. "Sí, pensé que tal vez podría lidiar con los insultos, pero...una semana después de que me sacaron del armario, un tipo se me insinuó. Iba de camino a casa, estaba oscuro, y este tipo apareció detrás de mí, dijo que me iba a 'curar'. Una anciana que pasó manejando lo asustó, pero yo..." La chica se detuvo de nuevo, luciendo como si estuviera luchando por encontrar las palabras. "...Nunca había estado tan asustada en mi vida. Pero luego tuve una idea, a la perra que me sacó del armario nadie se atrevió a tocarla nunca, ya que todos le tenían demasiado miedo. Así que me hice una promesa justo en ese momento. Que me haría tan fuerte como ella". 

"Así que te convertiste en lo que más odiabas", reflexionó Becky, reflexionando sobre las palabras de Freen. "Ella acosó a una chica dulce e inocente hasta que esa chica no tuvo más remedio que copiarla para contraatacar". 

"Algo así", respondió Freen con otro encogimiento de hombros. "No es un acto, ya sabes. A veces desearía poder hacer que todo desaparezca, la salida, la intimidación, los meses de entrenamiento y lecciones de boxeo con un instructor un poco espeluznante, pero..." suspiró. "...lo que ves ahora es mi verdadero yo. La Freen Sarocha que se postuló para presidenta de la clase superior con una campaña de promesas de 'Pixie Stick' y legislación contra tornados, está muerta y enterrada".