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A la cuenta de tres, voy a llorar
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Nayeon POV.

Tuve que aceptar mi realidad.

Todo lo que he vivido con Jeongyeon hasta ahora había sido solo un sueño, un maldito sueño.

No conocía a su familia, ella no se me declaró, no tenía un anillo en mi dedo. No fui a su apartamento... Siempre me quedé aquí en este apartamento desde que salí de The Hills.

Entré en una depresión tan profunda cuando Jeongyeon me abandonó, que acabé entrando en una realidad paralela viviendo un lindo sueño de amor con ella, que en realidad no existía.

Esa noche en la que salía para intentar conseguir dinero... No era Jeongyeon la que estaba en aquel carro, fue todo una mera ilusión.

En realidad la persona era la tal Vero.

La recuerdo haberme poseído varias veces, parecía no cansarse nunca. No podía sentir placer alguno, ella estaba siendo agresiva.

Pero, ¿qué podía hacer? Me pagaban por eso.

Pero ahora, me desperté a la realidad y tengo que contentarme con ser aquello que siempre he sido: Una prostituta.

HAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

¿Cuántos infartos tuvimos aquí?

Nayeon POV

Desperté.

Algo me trajo de vuelta, sacándome de aquel lugar y de aquella desesperación torturante.

Tosí con fuerza, tratando de respirar otra vez.

Confusión.

No podía asimilar ninguna información correctamente.

Estaba claro.

El cuarto todavía estaba invadido tímidamente por la luz que surgía del exterior a través de las cortinas, pero esta vez la realidad que llegaba poco a poco comenzaba a tener más sentido.

—Tranquila...

Intenté liberarme de aquellos brazos.

Eran brazos fuertes, y aunque la sensación de tenerlos allí me pareciera conocida y hasta reconfortante, luché contra ellos, muy perdida como para entender.

Tosí más veces y una náusea repentina me tomó con una fuerza muy grande, demasiado para tratar de detenerla.

Estiré el cuello a un lado, sin conseguir ver bien, y todo lo que estaba dentro de mí salió en un chorro de muchas cosas mezcladas y asquerosas.

Mi garganta ardía como si fuera fuego, y pude sentir los brazos a mi alrededor aflojar el apretón y unos dedos asegurar mi cabello en un tipo de cola de caballo improvisado, tratando de separar los mechones del sudor que cubría mi cara y cuello.

Las náuseas vinieron en oleadas, y cada oleada resultaba en un nuevo chorro de algo asqueroso. Mi cabeza empezó a doler instantáneamente, pero poco a poco fui retomando el control de la situación, vomitando cada vez menos, viendo cada vez más.

Un suelo de madera oscura.

Gracias a Dios no era una alfombra.

—Calma, princesa... —La voz detrás de mí salió vacilante, temblorosa.

Mi cuerpo entero temblaba.

Vomité más.

Sin pensar en nada, levanté mi mano derecha que estaba en mi pecho y la estiré, mirando fijamente la alianza fina en mi dedo, pidiendo silenciosamente que no desapareciera delante de mis ojos.

My sweet prostitute/2yeon (G!P) (Adaptación) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora