Capitulo 05:
Una vez dijo un sabio "No conozco a la mitad de ustedes, ni la mitad de lo que querría, y lo que yo querría es menos de la mitad de lo que la mitad de ustedes merece", sí son palabras confusas las que dijo Bilbo Bolsón en aquel libro tan conocido de J.R.R Tolkien. A decir verdad, tarde tiempo en comprender lo que Significaban estás palabras. Ahora entiendo bien lo que con ellas intentó expresar, y nunca puedo estar más en lo cierto.
No conozco a la mitad de las personas que están en mi vida, ni la mitad que querría, y la mitad yo que querría es la mitad de lo que todos merecen. Y hoy cuando esté en esa fiesta, rodeado de personas equis y bebiendo una buena mezcla de vodka con algo, voy a recordarlas y decir "¿Qué hago aquí en vez de estar con Yeseo viendo alguna maratón en Disney?". A lo mejor luego de unas horas viendo a las personas hacer el ridículo, luego de besarme con alguien y beber, tome mi chaqueta y salga de aquella casa, caminé bajo la oscuridad y el frío, observé las estrellas y alguna pregunta filosófica venga a mi mente.
Ya saben, pasar el rato conmigo mismo y ver qué tal anda todo por mi cabeza últimamente, cómo se encuentra el JongSeong que allí regiona. Y a lo mejor me peleó conmigo mismo, me mandó a la mierda y luego vuelvo a caminar sin ningún destino. También está la minima probabilidad de que me encuentre con él, hablemos, bailemos y qué se yo, quizás algo más. Pero siempre está la probabilidad de que nos ignoramos.
No quieres ignorarlo.
A este punto solo sé lo que quiero cenar. Conciencia, no me jodas ahora.
-¿Así irás vestido?
La mirada juzgadora de Beomgyu no pasa desapercibida, de hecho, creo que la ha practicado antes de venir. Me mira con una ceja levantada y de brazos cruzandos, moviendo la cabeza. Es como esa maestra de la primaria que te regañaba por hacer algo malo y decía el típico "¿en su casa también escribe en la mesa, Park?", y entonces yo soltaba el "No señora, en mi casa no porque mamá me castiga". Terminaba castigado y con una nota en mi cuadernito azul de comunicaciones.
-¿Qué tiene de malo?
-Traes puesta una puta camiseta de Spiderman.
-Y tú un... ¿cinturón que hace el papel de top?
-¡JongSeong! -exclama él.
No hay nada de malo con su vestimenta, es más, se ve de puta madre. Lleva unos pantalones negros de cuero que se le pegan bien a sus piernas y marcan bien sus curvas (soy hombre y se apreciar la belleza de otro ser con pene), los combina con un top del mismo color con detalles rojos y unos bolceos de cuerpo con tachas. Tiene maquillaje, un sutil tomo durazno en los labios y un delineado acompañado de algunas brillos en los párpados.
Repito: se ve de puta madre.
-Vale, no a mi super y genial camiseta de Spiderman -respondo luego de unos segundos en lo que me hago un lado para dejarle pasar- Yeseo se pondrá triste. Dalo por hecho, Gyu.
Cierro la puerta y me dirijo a la sala, sentandome junto a mi hermanita. Mi mejor amigo me mira con los ojos entrecerrandos.
-¿Ahora qué hice?
-¡Ve a cambiarte!
Suelto un bufido y de mala gana me pongo de pie.
No es como si fuese tan mal vestido. Soy un fiel fan de mis vaqueros negros y camiseta de Spiderman, pero no, él cree que todos debemos vestir salidos de alguna revista Gucci o Praga.
-¡Y usa la chaqueta de cuero que te ha dado Soobin en tu cumpleaños!
Camino hacia el armario y saco la maldita chaqueta, luego abro el cajón y saco una maldita camiseta negra lisa. Y ahora seré el cliché Bad boy de maldita historia de adolescentes. Aplausos para Choi Beomgyu.
Me quito la camiseta de Spiderman en lo que de manera distraída comienzo a tararear la canción de colchones que siempre pasan en la tv, me miró en el espejo y mis ojos no evitan ir al pequeño tatuaje en mi abdomen, una luna. Tengo que retocarle el color, dejo de ser negro y ahora es un extraño gris verdoso. Se ve del asco.
-Tu colchón es tu mejor compañía... Colchones pucci... Para descansar...
Giro sobre mis talones y por un instante me sorprende, pero luego no puedo evitar que mis ojos se mantengan fijos en los suyos.
Desde esta distancia no puedo apreciarlo, pero sé que sus mejillas están rojas.
JungWon en un intento torpe cierra las cortinas. Digo torpe porque cae al suelo y hasta puedo ver cómo las cosas de su escritorio se mueven por el estruendo.
-¡Park, tenemos que irnos, joder! ¡Mueve el maldito culo de una vez, hijo del demonio!
Suelto una risa suave al ver la mano de JungWon salir de algún lugar debajo de su ventana y comí intanta tomar la cortina.
Es torpe, siempre lo ha sido.
La mezcla de tabaco, marihuana, sudor y alcohol atacan mis cosas nasales apenas ingresamos a la casa.
La verdad, desde afuera parecía un lugar bastante grande y por un momento creí posible el caminar sin chocar a alguien, pero adivinen qué, no es una opción. Posiblemente hayan al menos más de doscientas personas distribuidas por todo el lugar, unas cuantas en el jardín y otras en la casa, sin contar las que de seguro están follando en las habitaciones o baños. Bienvenidos a las fiestas de ultimo año.
-¡JongSeong, amigo!
Sonrió estrechando la mano de YeonJun, formando un abrazo luego.
El dueño de casa deja unas palmaditas en mi espalda al alejarse y mirarme con una sonrisa coqueta.
-Ví por ahí a tú ya sabes quién -levanta y baja las cejas, llevando la botellita de cerveza a sus labios.
-No soy adivinó, Choi.
-¡JungWon! ¡Tu JungWon!
Ouh...
Bueno, era sabido que estaría aquí, pero no creí saber de él tan pronto. La noche es joven como para estar cagándola con esto ahora, esperaba al menos haber tenido ya algo de alcohol en sangre.
Necesito un trago.
Camino hacia la cocina y tomo lo primero que encuentro.
-Oye, amigo, espera. Eso no está corta...
Y antes de que Changmin pueda terminar, ya me he tomado todo el contenido del baso.
-Por mil denios, esto está puro.
-Eso intentaba decirte, idiota.
.
.
.Personajes nuevos:
Choi YeonJun (TxT)
Ji Changmin (The Boyz)Media industria va a aparecer en la historia.
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Utopia
FanfictionEn el vasto lienzo de la existencia, nuestras vidas se entrelazaron en un momento fugaz que dejó una huella imborrable en mi ser. De todas las cosas que pudimos haber hecho, jamás nos aventuramos por los senderos que anhelaba recorrer. Nos conformam...