En el vasto lienzo de la existencia, nuestras vidas se entrelazaron en un momento fugaz que dejó una huella imborrable en mi ser. De todas las cosas que pudimos haber hecho, jamás nos aventuramos por los senderos que anhelaba recorrer. Nos conformam...
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Contengo la risa sin mucho éxito, al final termino por soltar una carcajada al ver la mueca de asco que pone JongSeong al probar el herbal que le he puesto entre los labios.
Nunca he sido fan de la marihuana y mucho menos del tabaco, aún así, en nueva York descubrí que extrañamente los cigarros herbales me ayudan bastante cuando tengo ansiedad o estoy nervioso por algo.
—Esto es asqueroso.
Blanqueo los ojos al tomar el cigarro que me pasa el mayor, aún con su cara de asco.
—Estoy seguro que eres el único uno por ciento de la población al que le gusta esa cosa.
—En realidad es todo parte de un plan maléfico que tengo —digo burlón mientras llevo el cigarro a mis labios— te mato con las hierbas y luego escondo tu cuerpo en la cochera.
—¿Por qué la cochera?
—No sé, lo he visto en una peli de polis.
El pelinegro parece divertido. Me gusta que se deje llevar y me siga en mis jueguitos, creo que de hecho, eso es lo que más me gustaba de él
Aún te gusta.
Me gustaba de él dije.
He notado la forma en la que me evade cada vez que estamos en el mismo lugar. Como finge no verme al cruzarnos a la mañana cuando sale a correr, también como evita hablarme en clase. No sé si sea porque aún está enojado conmigo por haberme ido sin despedirme, tal vez sea porque nunca le llamé al llegar a New York o lo más probable, porque no sabe cómo actuar a mi lado. Lo entiendo, me siento igual.
De hecho, estoy seguro de que si no fuese porque no estamos en nuestros cinco sentidos ni siquiera estaríamos juntos en este acampado en primer lugar. Sé que él ha intentado evitarme toda la fiesta, también lo evite por alguna razón. No sabía que decirle antes de tomar esa botella de no sé que y tomarla completamente solo, luego de eso, mi boca solo se movió por si sola. Así terminamos aquí, en un acampado sobre el capo de su auto.
—¿Cómo es que fuimos amigos tantos años?
Dejo el cigarro en mis labios y giro el rostro para verle. Él tiene su mirada en el cielo y una sonrisa en los labios.
—Somos tan distintos que me sorprende.
—Lo bueno es complementar, no ser iguales... —me oigo decir en un suave susurro.
—Tampoco sé si complementamos tanto.
—Yo creo que sí.
JongSeong niega lentamente, mirándome con media sonrisa.
—He cambiado mucho, no sabes si complementas con el actual JongSeong.
—Sé que eres un alma creativa que encuentra su refugio en el mundo de los colores —decido llevar la mirada al cielo puesto a que empiezo a hablar si pensar y no quiero ver su cara al escucharme— siempre perdido entre lienzos y pinceles, te sumerges en tu propia realidad, donde las pinturas cobran vida y las emociones se plasman en cada trazo. Siempre has sido así.
