La alborotadora hija del gran duque quiere vivir sola

𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 24

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Bonita me miró fijamente cuando le pregunté. No evité esa mirada. Bonita me dio unas palmaditas en la cabeza suavemente.

"¿Cuándo creciste así?"

“…….”

“Lo siento todo de nuevo. ¡Qué tiempo tan largo son nueve años!”

Bonita me sonrió, pero yo sentí una tristeza desconocida. Bonita, que había estado acariciando mi cabeza durante mucho tiempo, reanudó cuidadosamente su discurso.

"En realidad, no sé si debería decirte esto".

"¿Qué?"

"Creo que es demasiado".

La voz de Bonita dio un profundo temblor. Iba a decir que no tienes que decírmelo si estás tan preocupado. Pero los ojos de Bonita que me miraban estaban decididos.

"Señorita Elena".

¿Helena?

"La Gran Duquesa, la madre de María".

El nombre de mi madre era Helena. Para ser honesto, lo que más quería recordar cuando descubrí que me convertí en Mary era el nombre de mi madre. Lo alejé de mi cabeza por un tiempo porque pensé que me pondría muy triste. No quería arrepentirme de la existencia de una madre a la que ni siquiera pude conocer.

Cuando pienso en mi madre, incluso cuando soy Ha So-hee... Me entristece. No quiero amar a alguien a quien ni siquiera conocí.

Sin embargo, al escucharlo así, sentí un extraño anhelo. Murmuré el nombre de Helena en voz baja. Bonita me abrazó de nuevo.

“Fue un invierno frío cuando nació la señorita Mary. Nevó."

"……Ya Veo."

“Todavía es tan vívido. Cuando vio el cabello negro de la señorita Mary, dijo: "Te ves tan hermosa en contraste con la nieve".

“…….”

"No sabes lo feliz que estaba de saber que eras una niña".

En los brazos de Bonita, solo parpadeé sin decir una palabra. Porque nunca he oído nada sobre el día en que nací. No se sentía real. Sentí que escuché un cuento de hadas lejano

Ella está contenta de que yo naciera.…. Me alegró escuchar eso. Mi mamá estaba feliz de que yo naciera. Tal vez sea normal, pero estaba muy, muy feliz.

“Y el cabello de Helena era así de rojo”.

"Ho claro…"

“Cuando vi ese vestido rojo, pensé que a Helena le habría encantado, así que lloré”.

Bonita, que dijo eso, me quitó de sus brazos. Ella olió y tragó porque estaba avergonzada. Bonita sonrió dulcemente de nuevo.

“No quería contarte estas cosas porque pensé que era demasiado pronto”.

“No, quería escucharlo.”

“Era una persona tan dulce”.

Eso fue suficiente para mi. Entonces, podría sonreír brillantemente. Era bueno saber el nombre y el color de pelo de mi madre. Y que se alegró de que yo naciera.

"¿Vamos a cenar ahora?"

Me puse mi vestido rojo y me dirigí a la cena. Bonita sostuvo mi mano con fuerza todo el camino. Me sentí bien de estar más cerca de Bonita.