O8 ; tutsi.

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¿Qué diablos hace Jungkook aquí? Ese fue el segundo pensamiento que pasó por la cabeza de Taehyung cuando vio al chico que esperaba en la
entrada de su instituto. El primer pensamiento que pasó por su mente fue, que no podría verse más increíble que con esa cazadora de cuero y el pelo descuidadamente arreglado, apoyado con despreocupación contra su vieja moto.

—¿Jungkook? ¿Qué haces aquí?

El tercer pensamiento fue, que aquella sonrisa ladeada debería ser ilegal.

—Bueno, me han mandado a comprar algunas cosas para la tienda de mis padres y me apetecía venir a verte.

Todas las alarmas se encendieron en la mente
de Taehyung, aquello no era un simulacro, Jungkook quería verle. A él.

Jungkook se encogió de hombros fingiendo despreocupación, cuando la realidad era que no aguantaba ni un segundo más sin estar cerca del chico de bonita sonrisa cuadrada.

—¿Llevas mucho tiempo esperando? —Taehyung frunció el ceño y pensó por un momento. —¿Cómo sabías que este era mi instituto?

Jungkook rió suavemente y le sonrió de lado.

—Tú me dijiste dónde estudiabas el otro día, cuando comí en tu casa, y no, llegué hace un cuarto de hora o así. Supuse que las clases no tardarían en acabar.

¿Un cuarto de hora podía considerarse mucho tiempo? Taehyung no estaba seguro, pero el pensar en Jungkook esperando por él era como una inyección de adrenalina directa a su corazón.

La marca de su cuello volvió a hacerse notar, como si quemara, recordándole aquella especie de pesadilla erótica en la que se había sumergido la noche anterior. Sus mejillas ardieron a la par.

—¿Quieres que vayamos a algún lado? Te invito
a comer.

Taehyung mordió su labio para retener inútilmente la enorme sonrisa que quería adueñarse de su rostro.

—Claro.

Jungkook ni siquiera se molestó en tratar de ocultar su sonrisa de satisfacción.

Se miraron por un instante, en una extraña burbuja de felicidad irracional, hasta que un sonoro y exagerado carraspeo les obligó a volver a la realidad.

—¿Hola? ¿TaeTae? ¿No vas a presentarme a tu amigo?

Jimin miraba aquella escena con interés.

Taehyung parecía absorto en aquel chico, lo suficientemente ido como para olvidarse de su existencia.

—¿TaeTae? —preguntó Jungkook con una ceja alzada y una sonrisa burlona.

Las orejas de Kim ascendieron varios grados de temperatura.

—Minie, él es Jeon Jungkook. Jungkook, él es Park Jimin, mi mejor amigo. —presentó Taehyung, ignorando la diversión del chico.

Jimin escaneó de arriba a abajo a su nuevo conocido con descaro y cuando estuvo conforme con su análisis, mostró su particular sonrisa de mejillas abultadas y ojos casi cerrados.

—Un placer.

Jungkook se limitó a asentir con la cabeza. Aquel chico había colocado despreocupadamente una mano en la cintura de Taehyung, y se había ganado un lugar fijo en la lista de enemigos mortales de Jeon Jungkook.

—Entonces... ¿Comerás con él?

Taehyung miró al chico que le esperaba con una suave sonrisa y la mirada chispeante, no perdería el tiempo pensando.

—Si, lo siento, tendrás que ir solo a casa.

Jimin sonrió enormemente.

—¡No hay problema! Le diré a Namjoon que me acompañe.

𝗮𝗹𝗽𝗵𝗮'𝘀 𝗼𝘄𝗻𝗲𝗿 | 𝗸𝗼𝗼𝗸𝘁𝗮𝗲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora