Capítulo 17

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Hola!

Aquí estoy con la actualización semanal que les prometí ♥

Espero que disfruten mucho de la lectura y saben que siempre los leo en comentarios con sus opiniones y reacciones :D

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Para mi sorpresa, la certeza trajo consigo bastante más calma de la que podía imaginar. No podía evitar el deseo de verlo y poder dormir abrazada a él, pero el hecho de saber que teníamos un trato, que había una promesa pendiente en ese espacio de tiempo, me relajaba.

Ese primer día después de la charla que tuvimos y de su propuesta, inició tranquilo. Logré enfocarme en la confección del vestido, en la elección de la tela y de los complementos que le darían la magia a mi obra... aunque todo esto lo hice con cierto destello de lo que había sido esa noche mágica. Las también sonrisas me acompañaron gran parte del día.

A pesar de que sabía que no nos veríamos, salí al patio con la excusa de despejarme, pero con la intención de encontrarlo de sorpresa. No lo vi. Pero aun así me quedé a disfrutar de aquella calma.

¿Estaba bien aquello que estaba haciendo?

La pregunta saltó de golpe desde lo más profundo de mi mente.

Creo que en cierto punto había estado batallando para no escucharla.

¿Estaba bien todo eso? ¿Quererlo, que me quiera o que me elija a pesar de todo?

¿Cuál era el parámetro del bien y del mal? ¿Acaso estaba mal sentir?

No quería escuchar esas preguntas porque no quería encontrarles una respuesta que no me gustara. En parte, ese era el motivo por el que no había estado manteniendo conversaciones con Emilia. Nos habíamos mandado unos pocos mensajes, pero había estado evitando las llamadas que había propuesto desde ese lunes en la noche. Sabía que su voz racional influiría demasiado en mi y no quería alejarme de la magia que sentía en esos momentos.

Tampoco quería pensar en el mañana ni en los planes a futuro. Haberme encontrado cara a cara con la muerte repentina de mi madre me habían demostrado de la peor manera que los planes no tenían mucho sentido y que amargarse por un futuro incierto, valía muy poco y restaba demasiado.

En esos momentos me sentía bien, feliz, completa, en paz y viviendo una magia que hacía mucho tiempo no sentía. ¿Acaso estaba mal querer disfrutar de aquello sin pensar en como continuarían las cosas después? ¿Estaba mal elegir abrazar el sentimiento compartido? Quería creer que no, me obligué a creer que no y me obligué a apagar la vocecita que me decía que revea la situación una vez más.

Los minutos en el parque esa vez no fueron de mucha ayuda. Viendo que no podía callar los pensamientos, me puse de pie como un resorte y volví a mi tarea. Y para mi suerte, eso ayudó y mucho.

Nuevamente, me reencontré con la magia; una un tanto diferente pero igual de inexplicable que la que traía el enamoramiento a mi ser. Una magia que solo era capaz de sentir en aquel momento en que mis manos tocaban la tela y comenzaban a crear desde allí.

Vistiendo a la realezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora