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Bank regreso a la casa de sus padres peor que nunca, Wayne estaba leyendo en el sillón, pero dejó el libro al verlo llegar.
— ¿Has ido a ver a Panuwat?
Bank asintió, no queriendo verlo a la cara, lo que su madre le había dicho aún estaba en su cabeza.
Caminó hasta su habitación dispuesto a encerrarse ahí, pero Apasiri lo intercepto antes de que lo logrará.
— ¿Qué ha pasado?, Lograste solucionar tu problema con Mos, dime que no reconocerá al niño.
Bank la fulminó con la mirada, ya se sentía como una mierda desde que salió de su casa como para que ahora tenga que aguantar a su madre. — Sí madre, sí lo va a reconocer, es más está tan encantado con el niño que no dudó, que, en menos de una semana el pequeño sea hijo de Mos ante la ley.
— ¡Pero es que no has hablado con él!
— Si hable con él, — respondió tranquilo ante el grito, — ¿Quieres saber de qué hablamos? — hizo la pregunta pero no espero respuesta y soltó lo que deseaba decirle a su madre. — del divorcio, hablamos del maldito divorcio, ¿Contenta?
Bank entró a su habitación y le cerró la puerta a la mujer que seguía sorprendida, después deslizó su cuerpo y golpeó el piso con rabia mientras le invadían las lágrimas.
— Maldita sea, ¿Por qué me sucede esto a mí? — apretó los dientes con fuerza — ¿Qué es lo que hice mal, mi amor... Mos?, Necesito saber que cause en ti para recibir tal pago doloroso, duele.
Limpió sus lágrimas inútilmente con sus manos, era torpe borrarlas y obligarlas a no salir, no cuando estás seguían un curso distinto, saliendo sin intenciones de parar.
¿Este era su final?
¿El final de su absurdo e imaginario cuento de hadas?
¿Qué haría ahora?
No sabía y no tenía respuestas, porque después de todo, su vida siempre se limitaba en su esposo, a su vida de casado con Mos, vivía para él y ahora lo estaba dejando. Tan roto y frágil.
— Bank abre — su madre pidió — amas a Mos, no hagas esto, ustedes pueden arreglarlo.
— ¡A ti no te importa si lo amo o no! — le gritó — lo único que te preocupa es nuestras acciones en la empresa y en el que dirán.
— Banky, mi...
— ¡Déjame en paz! — le gritó y se tapó los oídos, tomó su computadora y se metió a revisar el manejo de la empresa, no podía solo llorar, tenía que hacer algo.
— ¿Changkham? — dijo en la línea del teléfono — ¿Mos te buscó para arreglar el asunto de su hijo?
El hombre suspiró — "Ya estoy al tanto de la situación, sé que quieren que esto no haga mucho ruido, pero no creo que sea posible."
— Lo sé, solo quería saber si estabas enterado. — dijo Bank — quisiera que llevarás nuestro asunto también, después de todo eres el abogado de nuestra empresa.
— "¿Su asunto?"
— Nuestro divorcio.
— "Él no me habló de eso."
— Pero ya lo estoy haciendo yo, ¿Lo arreglaras o busco otro abogado?
— "Lo haré" —aunque no se oía seguro había aceptado ayudarlo— "mañana mismo se lo notificaré a Mos, aunque él quiera matarme después, es mi mejor amigo y sé que le dolerá."
— A mí me ha dolido más su traición — le dijo rencoroso — mañana estaré contigo en la empresa, empezaré a hacerme cargo de mis acciones, después de todo Mos ya no tendrá ningún derecho sobre ellas.
— "Porque presiento que arderá troya mañana" — le dijo el abogado.
— No lo presientas, arderá Nani, arderá y el fuego será extenso, mañana iniciará la guerra.
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