𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥: 𝐄𝐥 𝐬𝐢𝐠𝐧𝐢𝐟𝐢𝐜𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐚𝐫𝐢𝐥𝐥𝐨

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▭𝅼▬࣪▭𝅼▬ׄ▭ ꒰🌼꒱ ▭𝅼▬࣪▭𝅼▬ׄ▭𝅼

Los amaneceres eran una de las pocas cosas favoritas de Harry, aunque disfrutaba de las maravillas que el mundo tenía para ofrecerle, ver como el sol se alzaba desde el horizonte para cubrirlo con el luminoso manto cálido, despertando a los gallos y anunciando un nuevo día era reconfortante, pensaba que había una oportunidad para volver a intentarlo.

Recordaba en tiempos anteriores su niñez, cuando esperaba con ansias un cortés saludo y como siempre era ignorado.

Sin embargo, ahora el cambio era enormemente significativo; lo saludaba con su amado esposo al lado iluminando su presencia, resaltando las pecas casi invisibles en sus mejillas, también le mostraba a su pequeño bebiendo desde un vasito, leche calentita para su estómago, con su nariz levemente sonrojada y el cabello apuntando hacia diferentes direcciones.

El amanecer de ese día le mostraba a Harry que aquellos deseos que en ocasiones se volvían plegarias, fueron escuchadas y recompensadas.

Extendió un poco más la manta que los tenía cubiertos ante el frío que se presentó esa mañana, le dio un vistazo a su celular para comprobar la hora: Las seis con cuarenta. Al ver que el sol finalmente se había quedado en lo más alto del cielo se dirigió a su esposo que ya se había acomodado.

ㅡ¿Qué piensas sobre dormir hasta el mediodía? ㅡPreguntó suavemente antes de bostezar.

ㅡEsa es una idea maravillosa, pero me gustaría disfrutar un poco más antes de irnos ㅡRespondió el ojiazul, abrazando el pecho del mayor por debajo de la manta.

ㅡMe hubiera gustado planearlo antes, lo siento.

Antes de ir a dormir Harry había recordado lo que leyó sobre el lugar donde se hospedaban, entonces se habían propuesto salir a ver el amanecer porque según la reseña contemplar el alba era una de las mejores experiencias, fue así como se levantaron con mucho cuidado para no despertar al menor, pero grande fue su sorpresa cuando Gus apareció a los minutos envuelto en una manta para verlo también.

ㅡYo si quiero mimir mucho.

ㅡEntonces vamos a dormir conejito.

Harry se estiró antes de tomar al pequeño azabache en brazos, mientras Louis se llevaba las mantas que habían usado hacia la habitación que compartían, aunque el menor tuviera su habitación prefirió dormir con sus padres.

Entre las cosas favoritas de Gus se encontraba dormir al medio de ambos; abrazar a Louis y sentir las caricias de Harry en su cabello para relajarse más rápido. Estar entre sus padres lo hacía sentir seguro, sabía que en sus sueños ya no lo visitarán las sombras, el frío había desaparecido para ser reemplazado por un agradable calor que le recordaba que nunca más volverá a estar solito.

Por eso las palabras salieron de él sin pensarlo demasiado.

ㅡPapitos, Gus los ama mucho porque siento un solecito aquí ㅡDijo al acomodarse correctamente, teniendo en sus brazos el peluche de conejito.

El rizado fue el primero en recostarse en su posición favorita, manteniendo un brazo debajo de la cabeza, poniéndole atención al pequeño que ya tenía ambos ojos cerrados.

ㅡ¿En serio? No me imagino el tamaño.

ㅡMuy muy gande, más gande que el señor sol.

ㅡNosotros te amamos aún más Gus ㅡLe respondió Louis, mientras lo cubría con su manta favorita, una vez estuvo tapado hasta el pecho dejó un habitual beso en la mejilla de Gus.

Al pasar los segundos y aunque el cansancio de haber madrugado seguía presente, ninguno de los dos adultos podía conciliar el sueño, y ante un pensamiento fugaz Harry decidió hablar.

𝐖𝐞 𝐚𝐫𝐞 𝐉𝐚𝐮𝐧𝐞 [𝐋.𝐒]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora