Harry se tomó el tiempo y la dedicación necesaria para tener listo el pedido. Fijándose en cada detalle para entregarlo en la fecha exacta que prometió que lo haría.
Pero entonces surgió una pregunta que no lo dejaría en paz hasta saber cómo responderla.
¿Debía entregarla él en persona o enviarla por correo?
Vio los detalles de la entrega y no estaba demasiado lejos de donde vivía, podría agradecerle personalmente por apoyar su arte y regalarle una sonrisa antes de irse.
Le preguntó a su cachorro y él le dijo que debería llevarlo, en señal de cortesía.
Dejó el pedido en la maletera de su auto, sentó a su bebé en su sillita en la parte trasera y entró para encender el motor y partir hacia el centro de la ciudad de Londres. Estaba algo nublado, nada fuera de lo usual, pero parecía que llovería más tarde. Debía darse prisa porque no llevó ropa extra para Sebastián, no quería exponerlo a un posible resfriado.
Ensayó lo que diría en el camino en su mente y cuando el GPS le dijo que habían llegado, se bajó del auto y fue por su cachorro antes de ir por el pedido. Entraron en el edificio y preguntaron en la recepción el número del apartamento de su cliente, cuando verificaron los datos, subieron en el ascensor hasta el quinto piso.
Buscando el apartamento 42C hasta que logró encontrarlo fue cuando se replanteó si debía llamar a la puerta o no. Estaba muy nervioso, su lobo inquieto y ni siquiera sabía con exactitud por qué.
"Debería irme, Ed. Podemos dejar el pedido en la recepción y dejar una notita de agradecimiento"
"Ya estamos aquí, Hazz. Toca la puerta, entrega y agradece el pedido y vete"
No suena tan complicado si lo decía de esa manera.
—Mi amor, quédate cerca de mami. ¿De acuerdo? Simplemente entregaremos esto y podremos volver a casa.
—De acuerdo—Sebastián se aferró a su pantalón y Harry llamó a la puerta.
Esperó alrededor de dos minutos a que abrieran, pero nadie lo hizo.
—Tal vez no hay nadie en casa, mami.
Harry asiente y se da la vuelta dispuesto a irse a casa, cuando escucha que abren la puerta y entonces se da la vuelta para regresar. No prestó mucha atención con quien estaba hablando porque estaba haciendo malabares para entregar la factura y sostener el pedido al mismo tiempo.
—¿Hola?
—Buenas tardes, soy Harry Styles y vengo de HS. Usted hizo un pedido hace un par de días atrás. ¿Es correcto?
—¡Oh sí! Gracias al cielo llegaste. ¿Te gustaría pasar? Me gustaría hacerte otro pedido.
Harry ahora sí levantó la mirada y no podía creer con lo que se encontró.
Ese hombre era de ensueño.
—Sí, pero no vengo solo—advierte el Omega, girando su cuerpo levemente para dejar a la vista a su bebé—¿No le molesta?
Sebastián saluda por unos segundos y vuelve a su lugar detrás de su mamá.
—Para nada, ambos son bienvenidos. Pasen, por favor.
Harry entra tomando la mano de su cachorro y espera a que su cliente le dé nuevas indicaciones.
—Puedes dejar eso allá—le indica.
Harry hace eso y le entrega un papel para que lo firme y por protocolo le pide que abra el paquete. Se sintió muy bien ver que le gustaron, era suficiente con ver la sonrisa de satisfacción que había en su rostro.
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Arte y Sonrisas ||Larry||
Fanfiction"¿Deberíamos entregarle el pedido en persona a quien nos compró toda la colección?" Para Harry encontrar a la persona que compró su trabajo era muy importante, para agradecerle personalmente que lo hiciera. "Tal vez sí. Puede que lo agradezca"