Arte y Sonrisas ||Larry||

Parte #4

Louis estaba abrazando a Harry mientras miraban la película que se proyectaba en la televisión. Sebastián estaba durmiendo en el otro sofá, pero ese no era el punto. 

Desde hace días notó que Harry actuaba distraído, lo notaba ausente e incluso un poquito inseguro con ciertas cosas. Y le preocupaba. Le preocupaba porque el Omega le importaba más de lo que creía.

Terminaron de verla y Harry se puso de pie para traer más botanas porque decidieron ver otra película, eran las diez de la noche, pero decidieron que Louis se quedara esa noche a dormir. 

El Alfa fue detrás de Harry y lo vio medio ausente parado al lado del microondas, lo trajo de vuelta cuando enredó sus brazos en su cintura y lo atrajo a su pecho.

—¿En qué tanto piensas, Hazz?

—En si te gusta con queso o mantequilla extra—responde Harry pensando que estaban hablando de palomitas.

Louis trató de ser suave porque no quería abrumar al Omega y que se sintiera atacado con su siguiente pregunta.

—Has estado pensando demasiado tiempo en eso, amor. ¿Hay algo que te preocupa?

Harry deja de apoyar su cabeza en su pecho y mira a Louis fijamente por un par de segundos y niega bajando la mirada. Solo bastó que viera sus ojos por unos segundos para saber que algo realmente estaba preocupándolo más de lo que debería.

—No es nada, son tonterías.

—Hey, ¿qué ocurre? No es una tontería si eso te preocupa, sol.

Harry soltó un suspiro y se rinde ante Louis. Tal vez si se lo decía, dejaría de sentir esa pesadumbre que comenzaba a apoderarse de él.

—Puede que si haya algo.

—¿Quieres contarme? ¿Hay algo que pueda hacer para remediarlo? ¿Hice algo que te molestó?

Harry niega.

—No hiciste nada malo, por favor no pienses eso nunca, es solo que hay algo en lo que estuve pensando desde hace unos cuantos días.

—¿Quieres compartir esa duda conmigo?

—Promete que no te molestarás.

Harry estaba a punto de mostrarle una parte de su corazón y le decepcionaría que lo juzgara.

—¿Por qué me molestaría, Hazz? 

Es que Louis parecía un sueño. 

—Solo para asegurar de que no sucederá, es todo.

Louis entonces le sonríe para tranquilizarlo.

—No lo hará. Ahora, dime que sucede.

Harry se sentó en la silla que tenía a un lado, Louis se sentó en frente suyo y tomó sus manos entre las suyas. 

—Lo que estamos construyendo se está poniendo muy serio—Louis asiente—Para mi lobo y para mí te has vuelto alguien especial, te presenté a mi bebé que es lo más preciado que tengo, sinceramente te hemos incluido en nuestras vidas y nos hemos encariñado contigo.

Louis entendía.

—Quiero pensar que eso es algo bueno, Hazz, porque ustedes también se han convertido en mis personas favoritas. Pero sigo sin entender qué ocurre, amor.

Harry lo dice bajito. Louis trató de escucharlo, pero solo escuchó un murmullo y casi nada de lo que dijo. William, su lobo, le estaba reclamando.

—¿Podrías repetir aquello último que dijiste?