𝓒𝓲𝓷𝓬𝓸

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Una semana después

Habían pasado siete días completos desde que todo había sucedido con Deidara, luego terminó con Mei gritándole a Kakashi su infidelidad, y largandose. Ella no había vuelto desde entonces. Hinata había escuchado una conversación telefónica con Kakashi y supuso que era Mei al otro lado. Y había terminado con él diciendo que estaba de acuerdo... era mejor que no volviera.

Sin embargo, todavía estaba aquí. Tal vez debería haberse ido, porque tenía la sensación de que aunque Kakashi quisiera que se fuera, no se lo diría. Él la dejaría quedarse aquí para siempre si ella quisiera.

Y las cosas estaban tensas, realmente tensas si estaba siendo honesta. Trató de mantenerse fuera de su camino, de darle espacio, porque sabía que si ella estaba pasando por eso, querría estar sola.

Entonces, ¿por qué sigues aquí?

Esa era la pregunta que se hacía constantemente. Y por mucho que quisiera darle su espacio, no quería irse porque una parte de ella pensaba que tal vez él también la necesitaba aquí. Tal vez no debería estar solo en este momento, pasando por esto, viviendo solo con este dolor.

Las comidas se tomaban en silencio, y cuando alguno de ellos entablaba una conversación, era breve. Pero la idea de volver a casa comenzaba a sonar mejor porque tal vez ella se estaba entrometiendo.

Mientras se sentaban a la mesa del comedor, el único sonido era el de los cubiertos golpeando contra la porcelana. Levantó la vista mientras se llevaba el tenedor a la boca y miró a Kakashi, que parecía distante, como si estuviera pensando. Hizo los movimientos de masticar y tragar, tratando de alejar todo. Cogió su vaso y bebió un largo sorbo.

"Así que... hoy realmente resultó ser un día soleado", dijo después de dejar su copa.

Él asintió. "Hacía buen tiempo. Deberíamos haber ido en el barco." no levantó la mirada hacia ella cuando respondió.

Se aclaró la garganta. "Estaba pensando en volver a casa". Él la miró ahora. "No esperó que me lleves de regreso ni nada. Puedo tomar el autobús". Dejó el tenedor con cuidado y se movió en su asiento, muy consciente de la espesa tensión. "Creo que ahora no es el mejor momento para estar aquí. Las cosas son simplemente... raras. Odio decirlo así, pero quiero ser honesta."

"¿Odias estar aquí?" Su voz era tranquila y neutral.

Sacudió su cabeza. "No odio estar aquí. Odio esta rareza entre nosotros. No es culpa de nadie. Sé que las cosas están mal en este momento, y creo que tal vez necesites algo de tiempo para ti. Me siento como una carga."

Se pasó una mano por su pelo platino y exhaló, ella se sintió culpable por haber abierto la boca.

"¿Terminaste de comer, Hinata?"

Bajó la mirada a su plato, un poco sorprendida por el abrupto cambio de tema. "Sí." Agarrando su plato, iba a despejar su lugar cuando Kakashi estaba justo frente a ella, tendiéndole la mano. Lo miró, sorprendida.

Mientras llevaba los platos al fregadero, simplemente lo observó. La sencilla camiseta blanca que llevaba se extendía a lo largo de la ancha y musculosa extensión de su espalda. Los tendones y los músculos eran fácilmente notables debajo del material, y no pudo evitar el calor que floreció dentro de ella. Frunció el ceño por qué se sentía así, especialmente en un momento como este.

"¿Puedes unirte a mí afuera y mirar la puesta de sol?"

Por un segundo no se movió, todavía sorprendida de que él hubiera cambiado de tema tan rápido. "Sí. Está bien"

Tomó un par de cervezas y ella lo siguió por la puerta trasera. El sol ya comenzaba a ocultarse por debajo del horizonte, los rosas, amarillos y naranjas se mezclaban para crear un matiz de colores que pintaba todo como una obra de arte.

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