Sabrina.
—¿Qué estudias? —Le susurré curiosa.
Él evitó mi pregunta y me hizo un shhh con los labios, yo puse los ojos en blanco y empecé a transcribir a mi ordenador lo que decía el profesor. De vez en cuando notaba como Aiden me observaba fijamente, lo que me ponía aún más nerviosa.
Pasó tan solo media hora de clase y pude observar como la mayoría de mis compañeros estaban aburridos, tumbados en sus mesas o ya se habían salido de la clase. He de confesar que estuve a punto de hacer la última, pero me resistí.
Bostecé y miré hacia la mesa de Aiden, vi como estaba dibujando algo en un cuaderno pequeño. Moví mi cabeza intentando averiguar qué es lo que era, pero él cerro rápidamente la libreta.
Por fin sonó el timbre y pudimos salir de clase, yo me levanté lo más rápido que pude para salir de aquella infernal aula.
—Parece que mucho no te ha gustado —Me miró arqueando una ceja.
—¿No te ha parecido aburrido?
—Historia del mundo Actual, que interesante. —Puso sus ojos en blanco—. La verdad, estuve entretenido —Me miró mientras caminábamos hacia la cafetería.
Nos sentamos en una de las mesas que había en la terraza, yo dejé mi bolso en la silla de al lado y él se sentó justo enfrente de mí.
—¿Con qué te entretienes tú? Para poder entretenernos los dos —Dije riendo e intentando sacarle el tema del cuaderno.
—¿Yo? Dibujando —Sacó un cuaderno, idéntico al de minutos antes, de su mochila y me lo acercó.
Para que mentirnos, dudé si debía mirarlo o no, en clase no quiso enseñármelo y ahora me lo tiende como si nada.
A lo mejor lo has agobiado.
—Venga, míralo —Lo agitó delante de mis manos para que lo agarrase de una vez—. Son tonterías —Creo que se refería a sus dibujos.
Finalmente me decidí y lo abrí, pasando hoja por hoja, él desvió la mirada mientras que yo observaba el cuaderno concentrada.
Eran retratos de Miranda, desde que era una bebé hasta ahora, correlativos en el tiempo. Algunos hechos con carboncillo, otros con bolígrafo. Pero, me di cuenta de que había un salto muy grande de un dibujo a otro, me explico, en uno de ellos Miranda parecía tener unos... seis años y al pasar la página habrían pasado cinco años más.
Me fijé bien y había hojas arrancadas entre ambos dibujos, alcé mi mirada buscando la de Aiden, pero él parecía buscar a alguien.
—Es... increíble —Dije cerrando el cuaderno de nuevo y haciendo que volviese hacia mí.
—Si bueno —Se rascó la nuca, nervioso—, Siempre me pareció mejor opción dibujarla que fotografiarla.
—¿Qué tienes en contra de las fotos? ¿Contaminan? —Sonreí vacilona, pero mi risa se esfumo cuando vi que él hablaba enserio.
—Cuando dibujas, dibujas tu propia realidad, puedes elegir como ver las cosas, puedes arreglar, añadir, quitar... Sin embargo, las fotografías —Hizo una pausa dramática y sonrió— hacen lo mismo, pero no las dibujo yo. —Empezó a reírse y yo le di un puñetazo en el hombro.
—¡PENSABA QUE DIRÍAS ALGO MAS PROFUNDO, SUBNORMAL!
Empezó a reírse y me miró al ver que no me reía.
Estaba enfadada.
—Bueno, no seas gruñona, que era una broma.
—¿Y de qué clase de circo te has escapado, payaso?
ESTÁS LEYENDO
Inefable
RomanceEscenas +18. Inefable: Algo tan increíble que no se puede expresar con palabras.