Fools +Yoonjin+

+22+

+3 años antes+

La tarde en el arcade junto a Yoongi había sido más que grandiosa, mucho más de lo que hubiera imaginado jamás. Las cosas entre ellos habían cambiado y el Seokjin sentía mariposas solo de recordar que se habían besado.

Iban camino a la mansión Kim y aunque en esa casa le esperaba un regaño sin sentido e innecesario no podía pensar en otra que no fueran sus manos entrelazadas y lo mucho que Taehyung le diría 'te lo dije' en cuanto lo supiera.

"¡Hyung!"- Jin observo con duda a su novio cuando este lo llamó.

"Ya llegamos"- Min lo observo divertido ante la cara de sorpresa que había puesto el mayor al salir de sus pensamientos.- "Creo que debes entrar".

Jin observo anonadado sus alrededores, preguntándose cuando es que habían atravesado los imponentes portones que amurallaban la propiedad de su familia.

"No quiero entrar"- se quejó quedito después de observar unos segundos las grandes puertas de la mansión, donde su madre y su tía lo esperaban.- "¿Puedes acompañarme?".

"Podría, sí, aunque por sus caras no parecen muy emocionadas de verme"- señaló.

"¿Porque tienes que comportarte como Taehyung ahora Seokjin? Siempre saliendo con tu primo y ese Min Yoongi, la rebeldía no te llevará a ninguna parte"- dijo riendo arremedando las palabras de su madre.- "Creo que no les agradas mucho".

"Oh mi pobre corazón, ¿cómo podré vivir con este dolor a partir de ahora?"- se burló el pelinegro colocando su mano sobre su corazón dramáticamente.

Seokjin rio aún más fuerte mientras el menor lo observaba con una media sonrisa.

"¿Estás listo para ir ahora?"

"No"- dijo haciendo un puchero.

Yoongi tomó su mano y la acarició con cariño.

"Tae también debe estar esperándote"- le recordó.

"Esta enojado conmigo".

"Él no está enojado contigo, triste tal vez, pero no enojado".

"Supongo que debo entrar si no quiero que alguna de ellas venga a sacarme del auto"- suspiró rindiéndose.

"Todo estará bien hyung, sabes lidiar con ellas"

"Lo sé, es solo que hoy fue un buen día, no quiero que arruinen eso".

Con su mano libre, el menor tomó el mentón de Jin y lo obligó a mirarlo.

"Nada puede arruinar este día si así lo decides".

"Tienes razón"- asintió con una pequeña sonrisa.

Jin se inclinó y colocó un beso sobre la mejilla del pelinegro antes de despedirse y salir rápidamente del auto.

Camino con la cabeza baja, mientras oía de fondo como su pelinegro se alejaba. Resistió la tentación de voltear y siguió su camino, intentando ser lo más invisible posible, no quería llamar aún más la atención de su madre que seguramente ya estaban molesta con él.