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Kim Jungkook hijo de Kim Namjoon y Kim Jeyu, su esposo siendo un importante oficial y ella igual, siendo una importante oficial de las fuerzas armadas, ambos se terminaron enamorando y fruto de eso tuvieron a un pequeño de ahora 4 años llamado Kim Jungkook, a quien ahora llevaban a su primer día de escuela.


—¡Vamos mami aceleraaaa!—decía aquel niño con ojitos de Bambi mientras saltaba en el asiento trasero del auto.

—Kookie entiendo que estés emocionado, pero estamos en un semáforo y cuando es así no se puede avanzar hasta que el color rojo que ves allá cambie a verde cariño— le explicaba Jeyu.


Su madre era muy paciente, linda y delicada como muñeca de porcelana; piel blanca, manos delicadas, cabello castaño pero su color natural era el cabello negro como la noche, rostro pequeño y grandes ojos.


Kim Jungkook era la viva imagen de ella.


Pero aunque su madre diera la imagen de ser una frágil mujer, no era para nada una muñequita, ella es una agente especial Vice-Jefa del FBI.


—Kookie siéntate, sabes que no puedes ir de pie en el asiento mientras conduzco— volvía hablar su madre con la mirada al frente por manejar —Cariño por favor, siéntate y se un niño obediente para mami.


Luego de aquel gran tráfico llegaron a la entrada de la escuela donde se veía a los niños despedirse de sus padres y a otros padres tratando de dejar a sus hijos los cuales lloraban por no querer ser dejados ahí.






Jungkook veía toda aquella escena con una cara de confusión, su mamá le había explicado que no debía de llorar, que ella siempre regresaría por él y que este era un gran lugar para hacer amigos.

—Jungkook cariño, mami está aquí al frente— le decía Jeyu mientras agitaba su mano frente a su distraído y pequeño hijo.


—Mami, prometo portarme bien— dijo el pequeño de cabello azabache mientras se ponía firme y con su mano en la frente haciendo un saludo de soldado para luego darle un beso a su mami en la mejilla y luego despedirse con una pequeña reverencia.


—¡Cuídate cariño!— le gritó Jeyu mientras veía a su correr a la entrada de aquella escuela.





Jungkook entró aquel salón siendo dirigido por una maestra para que luego lo posicionara en una de las mesas. Con timidez miraba a todos los niños que estaban ahí jugando con otros en sus mesas, mientras que en la que él estaba se encontraba vacía, estaba por levantarse a agarrar juguetes de aquellos estantes, cuando vio a un hombre junto a un niño delgado, de piel acanelada y totalmente serio en la entrada del salón, aquel niño se despidió con un beso en la mejilla de aquel hombre para que luego este avanzara y se sentara en la misma mesa que aquel pequeño de cabello azabache.




Sin prestarle mucha atención el pequeño Jungkook dirigió su atención a los estantes para tomar aquellos juguetes, los cuales estaban demasiado altos y le era difícil alcanzarlos. Mientras continuaba su lucha con tratar alcanzarlos, una mano se interpuso en su vista.


—Tómalo— le dijo aquel niño que había visto hace un minuto entregándole uno de los juguetes.

—Oh! Muchas gracias— le agradeció el pequeño Jungkook tomando el juguete que este le entregaba.


—De nada—dijo aquel niño de manera seca para volver a sentarse en la pequeña silla.



Jungkook simplemente siguió la acción del contrario y se sentó.



Dulce Pecado | TAEKOOK|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora