Alejaos De my.*

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84. Ganaste.

¿felicidad? ¿No quieres que Daphne sea feliz? ¿por qué? Sarah, sin embargo, era su amiga.

"¿dinero? ¿dinero? ¡Cuántas personas han muerto por tu culpa, y tú ni siquiera lo sabes, porque fingiste ser ingenuo y lamentable, y fuiste desafortunado y odioso!

"... ... ."

"¡Que sabes! Yo, yo, por ese dinero... ... !"

Daphne notó que la sangre salía a borbotones de la boca de Sara. En realidad, es ella misma la que está a punto de ser traicionada y morir, pero Sarah miró a Daphne como a un enemigo y estalló de ira.

"¿No es eso? Cuando te vi durmiendo, quise agarrarte del cuello y matarte.

Sara le dio a Daphne una sonrisa aguda y llamó.

"¡Te odio! ¡Te odio! ¡Te odio!"

Daphne se quedó aturdida ante el sonido de los gritos de Sarah. ¿Por qué esta persona se odiaba a sí misma? Pero Daphne también sabía la respuesta.

a nadie le gustaba

No había forma de que a nadie le gustara.

Ser amigos era una ilusión.

Cuando Sara, a quien consideraba una amiga, odiaba a Daphne, Daphne se reía. Le dio una excusa desesperada a la persona que consideraba un amigo.

"Soy... ... . No es porque yo quiera."

"... ... ."

"Realmente no lo sabía".

Daphne dijo como si le rogara a Sarah. Daphne también lo sabía. No fue su culpa. Ni siquiera era lo que ella quería. Ella quería vivir una vida normal, pero nadie la dejó ir. Pero Sarah dijo que era su culpa.

"¡No saber es un pecado! ¡No saber es un pecado! Si no hay personas a mi alrededor, ¿por qué no hay personas a mi alrededor, por qué las personas que fueron amables contigo están desapareciendo?

"Pensé que todos me odiaban... ... ."

"¡Donde es eso!"

"... ... ."

"¿Sabes cuántas personas murieron por tu estupidez? Debiste haber sido infeliz solo, sin conocer a nadie, para no cargar con tu desgracia.

"Soy... ... ."

"¡Tu nacimiento en sí mismo es un pecado, tu existencia en sí misma es un pecado, una maldición!"

Ante las palabras de Sarah, el corazón de Daphne ya ha caído al infierno. Hablando de Daphne, Sarah tenía razón. Una persona que nació con el pecado mismo, una persona cuya existencia misma es pecaminosa. Una maldición andante.

Las lágrimas se acumularon y fluyeron de las lágrimas de Daphne. También era un pecado gemir como Sarah. Daphne tuvo que aceptar ese odio.

Es una vida que es realmente una molestia, pero es repugnante querer vivir... ... .

En ese momento, Yoannis, que lo había estado observando en silencio, salió.

"detener."

"... ... ."

"Está frente a Su Majestad. hazlo con moderación."

Sarah inclinó la cabeza ante esas palabras. La habitación se llenó de resfriados de mujeres. Asherard, que lo había estado observando en silencio, se acercó.

"¿Es muy difícil?"

"... ... ."

"Nadie te amó jamás".