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- Disculpe señor, nos acaba de llegar información importante - Dijo un hombre de en promedio 26 años, llevaba puesta una bata blanca larga y sostenía una máscara que llegaba a cubrir toda su cara. Estaba acompañado por dos guardaespaldas de grande compostura que estaban cuidando la habitación donde acababa de entrar el joven.

- Habla - Dijo otro hombre sentado en la punta de una gran mesa de comedor. La mesa estaba llena de platos y bandejas pero solo había una persona sentada. El hombre expresaba altanería y seriedad; su elegante vestidura, educada postura y mirada asesina lo decían todo. -

- Hace unos pocos días se presentó una explosión en una tienda de conveniencia en el planeta Tierra. Nuestros hombres afirmaron que estaban persiguiendo a un sólico fuera de la embajada de su planeta, es decir, que había escapado o que nunca había entrado a esta. - Dijo nervioso el más joven.

- ¡Ve al punto! - Dijo impaciente el contrario.

- Si señor. Este sólico se escondió de nuestros hombres en la tienda dicha y luego de la explosión se le vio escapar con una mujer de aproximadamente 19 años, baja, con pelo corto y castaño; y un hombre de aproximadamente 21 años, mucho más alto que la mujer y de pelo blanco.

- ¿Y eso que tiene que ver conmigo?

- Luego de una profunda búsqueda podemos afirmar que las dos personas que escaparon con el joven son experimentos "perdidos" suyos. Estos son los historiales. - Dijo pasándole al hombre dos carpetas blancas marcadas con los nombres "StarVt - Telepatía animal y telequinesis" y "Gato Cap - Fusión animal y Respiración ligera" al parecer llenas de hojas con información de cada uno.

Cuando el joven le paso los papeles, el señor de mayor edad los reviso con pereza y desinterés. Pasaba las páginas llenas de palabras e imágenes confusas e inentendibles; pero al llegar a la última página de una de las carpetas, el hombre abrió los ojos como platos y se acomodo en su silla con una expresión mucho más seria, luego tomó con rapidez la otra carpeta y la ojeo hasta llegar a la página de su interés.

- Quiero ir a la sala de estos dos experimentos.

- Si señor, por acá.

El joven guio al hombre con paso veloz. Pasaban al lado de puertas de titanio con planillas a sus costados y pequeñas mesas al frente. Enfermeros que los veían pasar no evitaban las confusas miradas y los susurros curiosos al notar la aparente urgencia del asunto. 

Luego de unas cuantas habitaciones más, llegaron a lo que parecía la planta más baja del edificio, caminaron por un largo pasillo vacío y oscuro al parecer deshabitado y, al final de este, una habitación con una puerta de titanio como las demás la cual atravesaron sin problema alguno. Caminaron mucho más después de haber atravesado la puerta de titanio, al lado del camino central se veían pequeñas cabinas perfectas para personas o "guardias" y al final de ese pasillo se encontraba una mesa mucho más grande que las demás con una cajita de color amarillo pálido llena de manillas, anillos y demás accesorios; unos pasos más adelante estaba otra puerta esta vez echa de hierro.

- Es esta señor. - Dijo al frente de la puerta -

- ¿Pues que esperas? ¡Ábrela!

- Si señor - Dijo el joven obedeciendo la orden. Este giraba un tipo de timón y al final empujo un poco la puerta abriéndola por completo, cuando ambos entraron se encendieron las luces que estaban distribuidas por toda la sala. Esta habitación era redonda, con pequeñas divisiones, al parecer como un intento de habitaciones, alrededor de una mesa grande en el centro de la habitación. Aún de la parte exterior notablemente abandonada, esta sala estaba completamente limpia y lista para su "uso". El hombre de mayor edad pasaba al lado de las divisiones y detallaba sus condiciones; cada una tenía un algo específico que creaba las perfectas condiciones para quienes en ese momento estarían descansando plácidamente en su hogar.

-La Leyenda de Nuestro Amor- MaglloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora