Capitúlo Uno

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Secretos de mi Memoria


























Ciudad de México

— Muñeco! Ya trajiste toda la ropa? — exclamó la madre de el pequeño Sançar desde su habitación. Estaba acabando de preparar la maleta de el menor para su viaje a Colima, y el adorable niño insistió en el mismo traer su ropa hasta la maleta.

— Ya solo falta este montón, anne — respondió con dificultad para respirar Sançar, no fue tarea sencilla traer esa ropa hasta el lado opuesto de la casa. Como su madre lo acostumbró, ayudaba en lo que podía y buscaba hacer sentir cómoda a Ciaran aunque fuera con algo tan menor como hablarle en turco, su idioma nato.

— Estas mejorando tú turco, Sançar. Eso merece una visita a la heladería, mi muñequito de porcelana — dijo Ciaran dándole un pequeño beso en la nariz a su retoño.

— Si! Pero tenemos que esperar a que llegue papi, ma, o se pondrá triste.

— De acuerdo, amor. Ve y ponte los zapatos en lo que regresa papá, ya no tarda.

El pequeño siguió las instrucciones de su mamá y corrió hasta su cuarto, en donde se debatió entre sí debería de usar sus tenis de su caricatura favorita, Súper Campeones, o los que su madre le acababa de comprar, unos hermosos zapatos de Cars. Al final se decidió por los de su animación favorita, y para cuando volvió a la recámara de su madre, su padre ya lo esperaba.

— Papi! Vamos por helado?

— Mi campeón! Claro que si, mi niño. Ya te pusiste los zapatos? — dijo Emilio mientras abrazaba a su hijo, no de sangre, si no de corazón.

— Si papi! Y mamá ya está lista?

Al oír eso, la hermosa Ciaran salió de su baño mientras se abrochaba el último botón de su chaqueta.

— Estoy lista, mis amores. Vámonos.

La familia emprendió su camino hacía la heladería, en la cual decidieron que después irían al parque. A pesar de estar cansado, de Emilio nunca salía un no a jugar con Sançar.

Después de pasar una linda tarde de juegos y diversión, tomaron camino hacia su casa. En el camino, el más chico cayó en los brazos de Morfeo. Su madre aprovechó para hablar con Emilio.

— Gracias Emilio, eres un ser maravilloso.

— De que hablas, amor? — cuestionó con una expresión dudosa el jugador del Ámerica.

— Por todo. Has aceptado a Sançar como tú hijo y haces demasiado por nosotros dos —
respondió la morena con un apretón de mano.

— De que hablas, corazón? Ustedes son lo mejor que me pudo pasar. Ustedes son mi razón de ser, Ciaran — dijo el joven futbolista besando la mano de su amada.

Y es que sin duda, Emilio no veía una vida sin Ciaran. Agradecía mucho al club en el que se formó, no solo por su carrera, sino por que ahi fue donde conoció a la mujer que tanto ama. Era su primer día entrenando con el primer equipo, por lo cual su horario se alineó con el de Ciaran, y por cuestiones de el destino el pelinegro tropezó con el pequeño Sançar. Ciaran, siendo una chica muy educada, se disculpó por la torpeza de su hijo. Ahí, el azulcrema notó la belleza y el porte de la turco-mexicana, y sin perder tiempo, la invitó a tomar un café. Al principio, la hermosa joven se negó con miedo de causar molestias, pero Emilio no se rindió fácilmente y gracias a eso, ahora se encontraban felizmente juntos.

A pesar de que ya llevaban casi dos años juntos, nunca habían hecho su relación pública. No por que Emilio fuera celoso o la quisiera mantener en secreto, sino por la propia petición de Ciaran. Los únicos que sabían eran las familias de ambos, por parte de Ciaran solo su padre, ya que su madre había fallecido ya hace cinco años, junto con los mejores amigos de ambos; Isabela y Esteban. Ciaran prefirió no presentar su relación no solo para que funcionara bien, sino para que el padre de su hijo no la llegara a reconocer. A pesar de que ya había pasado media década de que Ciaran se mudó a la capital de la república mexicana, aún cargaba con el temor de volver a toparse con aquel al que tanto amo. Y es que su miedo era que su pequeño hijo sintiera algún rechazo por no haber estado en los planes de ninguno. Aún no era una relación sólida, pero el amor estaba seguro y presente. Más el eligió su carrera antes de intentar algo serio con la encantadora Ciaran.

Secretos de mi Memoria - Kevin AlvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora