Advertencia: Esta es una parodia (algo fuerte) de esta película.
Imagínense que esta historia está siendo contada por un hombre de avanzada edad con una voz un tanto grave y un tanto amargada. Cómo alguien que se sintió un poco agobiado al ver la película (Yo XD)
Autor: - "Los trolls son unas criaturas un tanto peculiares, o por lo menos, los de esta historia. En sus pequeños cuerpos de apenas unos centímetros había capacidad suficiente para almacenar incontable horas y horas de alegría y diversión. Haciendo que hasta las personas más positivas se "empalagasen" tras varios minutos de ver a estos pequeños personajes tras la pantalla grande. Por suerte, esta historia será muy diferente." - Concluye con un tono algo más alegre.
En esta historia podemos ver a Ramón. Un peculiar troll, que por razones que él nunca ha querido compartir, es amargado y prefiere mantenerse alejado de la diversión y del resto de los suyos. Hacía apenas unas horas, Poppy, la hija del rey y futura reina de los trolls, lo había invitado a participar en la fiesta más escandalosa y descabellada que los trolls habían hecho jamás. Sin embargo, el amargado troll se rehusó rotundamente, incluso haciendo comentarios un poco... fuerte de la aún inexperta princesa.
Ramón se encontraba en su casa, una pequeña casita un tanto alejada del resto, un lugar donde el amargado troll podía disfrutar de cierta paz y tranquilidad. Ramón estaba sentado sobre su sofá favorito, y miraba con cierta nostalgia aquellos recortes de papel que Poppy solía hacerle para levantarle el ánimo, y aunque todos pensaban que él simplemente los desechaba, la verdad era que solía guardarlos en uno de sus repisas. Es posible que el amargado troll incluso recordase aquellos días en los que él solía ser feliz. ¿Pero quién sabe?
Ramón estaba perdido en sus pensamientos, cuando de repente, siente un fuerte ruido que lo hace tambalearse y derribar algunas cosas que tenía a su alrededor. Alguien estaba tocando con fuerza su puerta, y Ramón creía tener una vaga idea de quién podía ser. Sólo un troll en toda la aldea podía ser tan persistente y escandalosa a esas horas de la noche. Sin duda alguna era la princesa Poppy que había ido a invitarlo de nuevo para que fuese a la fiesta. Pero cuando abrió una pequeña rendija en su puerta, se encontró con una extraña sorpresa.
A diferencia de lo que Ramón pensaba, no era Poppy quién tocaba a su puerta. Se trataba de nada menos que del mismísimo rey Peppy, y este mostraba una evidente cara de desesperación.
Ramón: - ¿Rey Peppy? ¿Qué está haciendo aquí? - Preguntó desde el otro lado de la puerta.
Peppy: - Ramón. ha pasado algo terrible... Tienes que ayudarnos. Te lo suplico. -
Ramón: - Espere. - Le dijo mientras quitaba la decena de pestillos que aseguraba la puerta de su casa para que el rey pudiese pasar al interior. - ¿Qué pasó? -
Peppy: - Los bertenos... Los bertenos vinieron. Tú tenías razón. Tenías razón todo este tiempo. - Ramón agarró al rey de los hombros y lo sacudió para hacerlo entrar en razón.
Ramón: - ¡Mi rey! - Le gritó con fuerza. - Necesito que se calme y me cuente qué pasó. - El rey Peppy tomó una bocanada de aire y luego habló.
Peppy: - Un berteno salió de la nada... estábamos en la fiesta... y... y... no lo vimos venir. Se llevaron a varios de nosotros. Y se llevaron a Poppy. -
Ramón: - ¿A Poppy? -
Peppy: - Debo... debo... debo ir a buscarla. Debo ir tras ella. Tu... tu quédate aquí. Ayuda a los otros debo irme ahora. -
El rey se veía claramente fuera de sí. Actuaba de manera errática y obviamente no podía hacer tal tarea. Ramón trató de calmarlo, pero no hubo forma de hacerlo, y el amargado troll no tuvo más remedio que darle una fuerte cachetada para hacer que volviese a entrar en razón.
El rey quedó en shock por varios segundos, pero al pensar todo con claridad, no pudo hacer más que comenzar a llorar descontroladamente. Ramón lo veía con tristeza. ¿Qué podía hacer un pequeño troll contra un berteno? Se preguntaba en su interior. Pero ese no era momento de dudar.
Ramón: - Mi rey. Acompáñeme. -
Ramón condujo al rey al interior de su casa hasta llegar a una extraña palanca. Cuando el troll tiró de ella, una sección del suelo se estremeció con fuerza y luego comenzó a descender a las profundidades de la tierra.
Peppy: - Ramón. ¿Qué es esto? - Le preguntaba mientras veía con asombro la inmensidad del refugio y todas las cosas que habían ahí guardadas.
Ramón: - Sabía que esto podría ocurrir en cualquier momento. Así que comencé a prepararme desde hace años. - Finalmente el elevador donde estaban llega al fondo del refugio. - Mi rey. Reúna a los que queden. No tenemos tiempo que perder. -
Peppy: - ¿Y tú qué vas a hacer? -
Ramón: - Recogeré algunas cosas. Será un viaje muy largo. -
Mientras hablaba, Ramón se acercó a unas de las cortinas que cubría una sección de su refugio, y al abrirlas, reveló algo impresionante. Un pequeño arsenal con varios frascos y herramientas que ningún troll había visto jamás.
Peppy: - Ramón. ¿Acaso tu...? -
Ramón: - Rey Peppy. Yo iré a buscar a Poppy y a los otros. Usted reúna a los trolls restante. Hay mucho por hacer. -
Ramón pensaba que podía serle útil mientras le daba instrucciones al rey. Finalmente el rey abandonó el refugio y se fue en búsqueda de los supervivientes mientras Ramón se preparaba para el viaje. Finalmente, el rey Peppy regresó con el resto de los trolls, pero su llegada no fue muy agradable para el amargado troll.
Los trolls invadieron el lugar y comenzaron a hacer de sus fechorías, después de todo, eran demasiado despreocupados para tomarse las cosas en serio. El rey Peppy se acercó a Ramón tratando de disculparse por la actitud de sus súbditos, pero Ramón tenía otras ideas en mente.
Ramón: - ¡SILENCIO! - Gritó con todas sus fuerzas tomando a todos desprevenidos. Ramón se veía claramente enojado. - ¿¡Se puede saber qué les pasa!? Sus amigos acaban de ser raptados y lo único que hacen es comportarse como unos imbé.. -
Ramón se detuvo antes de terminar la frase y trató de calmarse a sí mismo. Retiró con roña una especie de frasco de las manos de un niño y tras una cortina tomó una pequeña navaja, pero lo suficientemente útil para el pequeño troll. Luego, se acercó a donde estaba el rey.
Ramón: - Las provisiones de este lugar serán suficiente para resistir por dies días. Si es que las consumen con discreción.- Ramón estiró su mano y le ofreció un pedazo de papel al rey donde parecía estar una especie de mapa dibujado.
Peppy: - ¿Qué es esto? -
Ramón: - Muy al sur, hay un lugar que podría convertirse en nuestro refugio por un tiempo. Deben partir de inmediato y llevarse todo lo que puedan. Deben asegurarse de no dejar ningún rastro. -
Peppy: - ¿Debemos irnos de aquí? Pero... Este es nuestro hogar. -
Ramón: - Y ya no es seguro. Si los bertenos nos encontraron una vez lo harán de nuevo. Deben irse nos veremos en ese lugar en unos días. -
Peppy: - Ramón. - Lo llamó cuando este ya estaba de espalda al rey. - Sálvala. Salva a mi pequeña. - Ramón solo contestó afirmando con la cabeza y luego se detuvo sobre el ascensor.
Ramón: - Mi rey. Si en quince días no he regresado. No esperen por mi. -
Tras decir esto, Ramón accionó la palanca y abandonó el refugio para comenzar con su peligroso viaje.
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Trolls Fanfic - Ramón al Rescate
FanfictionNo era poco usual que Ramón se escondiera en su búnker una vez llegado el ocaso, pero esa noche era algo especial. La princesa Poppy lo había invitado a participar en la fiesta más escandalosa nunca antes vista, sin embargo, el amargado troll se reh...