(II) El Viaje

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Durante años, los trolls vivieron dentro de su pequeño santuario. Los más jóvenes no conocían del mundo exterior, y los mayores ya habían olvidado los peligros que el bosque escondía. Desde que llegaron a ese lugar, sólo había un troll que era lo suficientemente "testarudo" como para abandonar la seguridad de la villa. Ese troll, era Ramón.

Ramón se había aventurado por su cuenta en muchas ocasiones en los bosques alrededor de la villa troll. A simple viste, cualquiera pudiese pensar que el bosque era un lugar paradisiaco. Lleno de vivos colores donde la luz del sol iluminaba cada rincón. Pero el peligro puede estar presente, incluso estar a simple vista.

Ramón había "experimentado" de primera mano muchos de esos peligros. El troll tenían muchas marcas sobre su cuerpo que lo corroboraban, pero eso era algo que sólo Ramón sabía, puesto que ocultaba sus cicatrices y marcas bajo la ropa que siempre llevaba puesta. Su marca más evidente, era una enorme quemadura que recibió de una peculiar flor en una de sus peligrosas aventuras.

----Flash Back----

Era un caluroso día de verano. En aquel entonces, Ramón era más joven, y no tenía mucho conocimiento de las criaturas que habitaban en el bosque. El troll se dedicaba a recolectar materiales y recursos para su bunker, el cuál aún apenas alcanzaba los dos niveles de profundidad. Ramón sabía que el bosque era un lugar peligroso y siempre estaba alerta, pero ni siquiera él pudo prever lo que estaba por suceder.

Ramón estaba caminando con mucho cuidado bajo unos arbustos, ignorando que había un par de ojos que lo observaban. El troll recogía pequeñas ramas o cualquier cosa que le fuera útil, cuando escuchó un extraño ruido a sus espaldas. Ramón se dió la vuelta asustado y vió un peculiar ser redondo que lo seguía de cerca.

La criatura era de color morado, con unos ojos que sobresalían en la parte superior de su cabeza. Su boca semiabierta mostraba sus afilados dientes mientras la saliva caía descontroladamente de sus fauces. La criatura gruñía con un tono escalofriante que hacía que a Ramón se le erizada cada pelo de su cuerpo, pero eso era apenas el comienzo.

La criatura abrió su boca y Ramón pudo ver una extraña luz al final de la garganta del ser, pero sin previo aviso, una llamarada brotó de las fauces del monstruo. Ramón se dió vuelta por instinto y protegió su rostro, pero esto no evitó que las llamas lo alcanzaran, quemándole la espalda, parte de su hombro derecho, su cuello y parte de su cuero cabelludo.

Ramón rodó por el suelo para apagar las llamas, aún así, eran lo suficientemente fuertes cómo para dejar un horrenda marca sobre el cuerpo del troll. Aún con pocas fuerzas, y con un profundo dolor en todo su cuerpo, Ramón se puso de pie y corrió hacia su casa. Afortunadamente para él, el monstruo se trataba de una tipo de planta carnívora, y no pudo perseguirlo. Aún así, fue una experiencia que nunca olvidaría.

Ramón finalmente regresó a su casa y se sumergió en agua dentro de su bañera. Su cuerpo ardía como el infierno, aún así, el amargado troll no pidió ayuda, ni le contó lo sucedido a nadie. Ramón tan solo se quedó en casa por unos días, sin asomar la cabeza, curando su cuerpo con plantas medicinales y tratamientos que él mismo había descubierto.

Nadie lo visitaba, puesto que nadie sentía apego hacia él. Tan sólo la princesa Poppy llamaba a su puerta en ocasiones para saber si algo malo le pasaba, pero cómo era costumbre, Ramón siempre inventaba una escusa para estar solo.

----Fin del Flash Back----

Las experiencias de Ramón en el bosque no fueron muy agradables que digamos, pero al menos les dieron la experiencia suficiente cómo para sobrevivir a tan arduo viaje. En este punto de su vida, el amargado troll conocía cada rincón del bosque, así como los peligros que acechaban en cada paso. Y al viajar sólo, pudo llegar al pueblo Berteno en apenas unos días.

Trolls Fanfic - Ramón al RescateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora