17. Pepino

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"Voy a extrañarte mucho Jiang Cheng" -El precioso rubio con el que compartía escritorio, Tao Kun, le abrazó fuerte-. "Prometo ir a visitarte a la veterinaria, fue un placer trabajar contigo"

Era viernes por la tarde, su último día en el trabajo, y literalmente, sus últimos minutos ahí, volvería a clases la semana entrante, incluso Mu Qing le había llamado la noche anterior para preguntarle si seguirían haciendo las practicas en ese lugar o buscarían otro.

Todo eso parecía irreal, el tiempo había pasado volando para el confundido ojivioleta que estaba feliz porque dormiría una hora más (al menos eso esperaba), pero, que tenía un deje amargo en su paladar.

No iba a admitirlo, al menos no en voz alta, pero extrañaría a Xichen, incluso a Xenyu, y hasta al rubio niño que se sentaba frente a él y le llevaba dulces para Jin Ling al menos una vez a la semana.

"¿Xuanyu?"

"Hola Jiang Cheng" -No lo dejó responder cuando extendió una caja hacia él, con cuidado, el ojivioleta elevó la mirada, dudoso y sin mucha confianza, entrecerró los ojos, haciendo reír muy ligeramente al mayor de los jades-. "Es para Jin Ling, le compré unos a mis sobrinos y sé que tú sobrino se la pasa con ellos, si quieres verlo esta bien, pero sigue siendo para Jin Ling"

"Oh, no, no puedo acep-"

"No es pregunta" -Xenyu se acercó dejando pocos centímetros entre ambos, y se separó después, permitiendo que Jiang Cheng recuperara el aliento-. "Mi hermano no me dejará llevarte a tu casa, así que, espero verte pronto A-Cheng" -Dio una ligera reverencia al contrario y se retiró. Jiang Cheng suspiró, ignorando de nuevo al molesto sentimiento en él que lo confundía mucho-.

Aunque, algo empezó a resonar en su cabeza. Si Xichen sabía de las intenciones de Xenyu con él, ¿Entonces tanto él como el primer jade parecían jugar con sus sentimientos?

No quiso darle más vueltas al asunto, soltó un pesado suspiro antes de terminar de recoger sus cosas, y caminó a la oficina de Lan Qiren para despedirse, siguiendo a la de Lan Wangji qué solo murmuró un "Mh, suerte" antes de hacer una ligera reverencia y verlo irse. Y, terminó en la oficina de Xichen, tocando la puerta con sus nudillos, y asomando su rostro, ganándose una sonrisa sincera y radiante de parte del segundo jade.

"¿Estás listo ya? Déjame terminar de enviar un correo y nos vamos"

"Si estás ocupado, puedo ir-"

"Ven, siéntate, no tardaré" -Aún era su jefe, así que solo le quedó suspirar y obedecer mientras se sentaba frente al mayor-.

Inconscientemente o no, lo admiró mientras el contrario tecleaba concentrado. Se veía precioso, el perfil afilado pero delicado, y realmente tan blanco como el jade, al igual que sus hermanos, que si se lo propusieran, fácilmente pasarían por vampiros.

"Debo admitir que podrías pedirme lo que quieras y te lo daría, con tal de que sigas trabajando aquí" -Jiang Cheng elevó una ceja, y Xichen sonrió por aquello-. "Pero no lo haré, no te preocupes, se lo importante que es para ti tu carrera"

"Gracias Xichen"

"Ya terminé, podemos irnos" -El ojivioleta asintió levantándose al mismo tiempo que el mayor, y caminando detrás de él, cargando solo unas de sus cosas, el jade cargaba las otras-.

El camino fue tranquilo, conversaron de todo el trabajo que le dejó el menor a MianMian, además de enlistarle los pendientes que no podía olvidar, todo mientras veía por la ventana. Se distraería si lo veía a él en cambio.

Y al llegar, lo invitó a pasar, sorprendiendo al propio Xichen por aquello y sorprendiendose a si mismo. Con los nervios de punta y tratando de que no se notaran estos, dejándole pasar a su hogar, cerrando la puerta tras él, y con un suspiro de ambos qué no sabían como interpretar.

I Wanna be Yours (Xicheng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora