19. Vainilla

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"Tienes que estar bromeando"

"¿Acaso me veo como si estuviera de humor para bromear, imbecil?" -Huaisang solo prefirió callar, mirándole curar a un pequeño conejo que por alguna razón le recordaba a Lan Wangji-. "¿Por qué volvió? Además, ¿Por qué no me dijo que volvería?"

"Jiang Cheng, tal vez esperaba que fuera una sorpresa"

"Una mierda, el idiota y yo decidimos seguir por separado"

"¿Qué harás, Cheng Cheng?"

El precioso ojivioleta suspiró elevando la vista. Realmente no sabia que hacer.

En realidad, si hubiera vuelto antes, no tendría problema alguno, incluso hubiera saltado a sus brazos para golpearlo después. Pero ahora, se detuvo de golpe al verle, con un tornado de emociones envolviéndolo y deteniendole al mismo tiempo.

Lo había amado, tanto, que su corazón dolía de forma bonita, el aire parecía más ligero cuando estaba con él, y cuando se fue, todos se volvió lento, incluso tardó unos días en salir de la cama.

Su madre no decía nada, pero le preparó chocolate caliente esa ocasión, mirando un maratón de películas con él, donde Wei Wuxian se unió en cuanto volvió del colegio, sin ninguno de los dos haciéndole algún comentario.

Kang Taewon se había mudado por el trabajo de sus padres, había aparecido cuando recién iniciaron la secundaria, el extranjero era tímido, y además de que no sabía del todo bien el idioma, mezclaba algunas palabras haciéndolas innentendibles.

Jiang Cheng no era muy paciente, pero era menos tolerante hacia los abusivos, curiosidad o no, defendió  al extranjero en una ocasión, recibiendo un ojo morado, una visita a la directora, y a su mamá regañandole sin que el ojivioleta confesara la verdadera razón por la cual se peleó.

De ahí en adelante, el bonito coreano lo siguió a todos lados, incluso le enseñó su idioma. Literalmente, crecieron juntos, aprendieron del otro, Jiang Cheng descubrió que era coqueto, no era para nada tímido con él, le gustaba el arte, gracias a él, había aprendido de este, el cariño no se confundió, se transformó, tanto que a los quince, iniciaron una relación.

Una relación que terminó a los dieciocho, porque el contrario volvió a su país de origen. Aún así, no rompieron el contacto por un tiempo, intentaron incluso llevar una relación a distancia, qué no funcionó, y como no querían odiarse, era mejor dejarlo atrás, así que, siguieron con sus vidas, recordandose como algo lindo, pero no retomando aquello.

Un año después, antes de la muerte de sus padres, Kang Taewom volvió, por un semestre de intercambio por la universidad, el extranjero y él no volvieron a su antigua relación, pero eso no quitó el arranque entre ambos donde ninguno se separó durante unos días, y donde parecía que habían vuelto a aquello.

Tal vez solo fue que extrañaban al otro, pero, los dos sabían que no volverían a estar juntos, al menos no de esa forma. La distancia, el cambio de ideas, incluso los padres de Jiang Cheng les habían dicho que era lo mejor avanzar sin el otro, aunque Taewon se lo tomó bien, prefirió volver a Corea terminando el semestre.

Desde ahí, se escribían, y no dejaban de saber del otro, pero, cada día menos.

Después, pasó todo lo demás, ni siquiera le dijo que había ocurrido, solo dejó de hablar con él, no tenía tiempo para él, el otro había preferido volver a su país, y Jiang Cheng no lo culpaba.

Además, el contrario había conseguido una pareja allá, le dolió, si, pero tenía problemas más grandes, y él no necesitaba eso.

Mucho menos que volviera.

I Wanna be Yours (Xicheng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora