PRÓLOGO

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𑁍

"Somos seres estupidos e inestables
con una pobre memoria y
un gran don de autodestrucción."
-Plutarch







Tessa Sallow no podía evitar sentirse nerviosa mientras se preparaba para el Día de la Cosecha. Aunque había pasado toda su vida sabiendo que, como hija de un vencedor de los Juegos del Hambre, tenía más probabilidades de ser seleccionada, nunca había pensado que realmente tendría que enfrentarse a la arena ella misma.

Pero eso es exactamente lo que estaba sucediendo hoy.

Se miró en el espejo, ajustando su trenzado cabello rubio y su vestido de corte simple. Sabía que tenía que lucir lo mejor posible para la Cosecha, aunque eso no cambiaba el hecho de que su corazón latía a mil por hora en su pecho.

-¿Estás lista? - preguntó su padre, Henry Sallow, entrando en su habitación. Él también llevaba un traje formal pero Tessa podía ver que estaba tan nervioso como ella. Después de todo, él también había tenido que enfrentarse a los Juegos del Hambre en su juventud y entendía lo que estaba en juego.

-Creo que sí. - respondió Tessa, tomando la mano de su padre. - ¿Y Enzo y Amalia?

-Están abajo con Finnick y Mags. - Henry dijo con una sonrisa triste. - Ese chico es un buen mentor, pero creo que preferiría no tener que ver a otra persona que ama entrar en la arena.

Tessa asintió, sabiendo que la amistad con Finnick Odair era verdadera y que, aunque él era un mentor valioso, estaba igualmente preocupado por Tessa.

Bajaron las escaleras juntos, Finnick estaba sosteniendo a Enzo, su hijo de dos años, en brazos. El pequeño parecía ajeno a la importancia del día, sonriendo felizmente hacia los adultos a su alrededor.

Amalia estaba allí también, con su propio padre y hermanos. Ella y Tessa se habían conocido cuando eran niñas y rápidamente se habían convertido en mejores amigas. Ahora, Amalia tenía 19 y ella 17, estaban cara a cara, esperando lo que temían que sería un día de pesadilla.

-¡Mira lo que tengo! - dijo Finnick cuando los vio acercarse. Él sostenía un pequeño muñeco de pescado en su mano, sonriendo hacia Enzo. - Es para Enzo, para que tenga algo de buena suerte.

Tessa sonrió levemente, agradecida por la amabilidad de Finnick. Aunque su amistad con él a menudo la hacía sentir como si estuviera en la sombra de su padre, ella sabía que él era un buen mentor y un amigo fiel.

- Gracias, Finnick. - dijo Henry, aceptando el juguete para Enzo. - Es muy amable de tu parte.

- Lo menos que puedo hacer - respondió Finnick, mirando a Tessa por un momento antes de desviarse. - Así que, ¿cómo estás?

- Un poco nerviosa - admitió Tessa con una sonrisa torcida. - Pero estoy tratando de no pensar demasiado en ello.

- Es lo mejor que puedes hacer - dijo Finnick, dándole un abrazo rápido. - Tu nombre solo esta 5 veces en la urna, no te elegirán.

No estaba segura de que eso me ayudara.

Cuando llegaron a la plaza del distrito para la Cosecha, Tessa sintió un escalofrío correr por su espalda. Había una gran multitud allí, tanto del distrito 4 como de los alrededores, y todos parecían estar esperando con aliento contenidos.

Tessa sentía como si todo se estuviera moviendo en cámara lenta mientras se dirigía a su sección del escenario. Había miles de ojos sobre ella, mirándola como si ya estuviera muerta, no entendía por qué, tenía las mismas oportunidades que cualquier otro, no había pedido teselas, pero el distrito estaba enterado de la mala relación de su padre con Snow, sin embargo, continuo caminando y se postró en su lugar, ella se mordió el labio con fuerza para no mostrar su miedo.

Cuando la diputada del distrito 4 empezó a hablar, la mente de Tessa vagó hacia su familia y su mejor amiga. No podía soportar la idea de dejarlos atrás en este mundo, y sabía que debía hacer todo lo posible por volver a casa.

Logró ver a Finnick en el escenario, se encontraba junto a su padre y Mags. Sus miradas chocaron rápidamente, el ambiente estaba tenso, y ambos lo notaban. Cuando Finnick ganó sus juegos y se mudó a la aldea, estaba feliz de poder convivir con alguien de mi edad, fue egoísta, no consideró lo que él había vivido en los juegos pasados.

Cuando el reloj marcó las dos, el alcalde subió al podio y empezó a contar la historia de Panem, como todos los años, menciona que debido a la rebelión, cada uno de los distritos debe entregar a dos chicos, el endulza sus palabras y Willa, la escolta del distrito, se encontraba al borde del llanto aplaude al alcalde, como si no acabara de decir que nuestro castigo es que maten a 23 jóvenes al año, todos creían que era ridícula.

En la plaza, aguardaban en silencio esperando a que Willa anunciara a la tributo femenina.

- Llegó el momento de elegir a dos valientes jóvenes que tendrán el honor de representar al distrito 4 en los septuagésimos juegos del hambre - dijo con una notoria alegría, Willa era una persona extremadamente dramática. - primero las damas, como siempre.

Tessa estaba nerviosa, quería salir corriendo y esconderse en algún lugar de la playa en donde nadie me encontrara, pero entonces lo escuchó y su corazón se detuvo.

- Theresa Sallow.

La voz de Willa tembló.

- ¡No!

El grito de Henry se escuchó por todo el lugar. Intentó llegar hacia ella pero unos agentes de la paz lo detuvieron, Tessa intento formar una sonrisa para intentar tranquilizarlo. Su mirada se desvió fugazmente a Finnick, parecía que estaba en shock.

- Cyrus Seagrave.

Escuchar otro nombre me sacó de mis pensamientos, lo conocía. Cyrus subió al escenario y se postró al otro lado de Willa.

- ¡Les presento a los tributos del distrito 4! - gritó.

Ambos volteamos y nos saludamos. Uno de los dos iba a morir y no podía ser yo.

- ¡Felices juegos del hambre! ¡ Y que la suerte este siempre de su lado!

𝑻𝒉𝒆 𝑮𝒓𝒆𝒂𝒕 𝑾𝒂𝒓 -  𝑻𝒉𝒆 𝑯𝒖𝒏𝒈𝒆𝒓 𝑮𝒂𝒎𝒆𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora